La tasa de desempleo de las mujeres es cuatro puntos mayor a la de los hombres. Dos de cada tres empleos precarios los ocupan mujeres. Seis de cada diez mujeres renuncian a un empleo por motivos familiares. Son tres sentencias firmes, contundentes y claras que evidencian las brechas de género existentes en el mercado laboral. Este 8 de marzo, Día de la Mujer, resulta más conveniente que nunca plantear que las mujeres, y especialmente las mujeres en situación de vulnerabilidad, parten con una mochila mucho más pesada a la espalda. Una carga que en muchas ocasiones dificulta la obtención de un trabajo digno.

En Cruz Roja hay plena conciencia sobre ello y se presentan muchas respuestas para llegar a una misma meta: alcanzar la plena igualdad en el ámbito laboral para las mujeres. Trazar un camino propio para el proyecto profesional de las mujeres que atiende, construir la confianza en el “yo puedo” generando nuevas oportunidades para ellas, reducir la brecha digital de género e invertir en el futuro de estas mujeres por medio de la capacitación profesional son las principales pretensiones de la Organización. Pretensiones alineadas, por otro lado, con el ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) número cinco, que advierte que “la igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible”.

Conseguir esta igualdad no siempre es fácil, especialmente para las mujeres que atiende Cruz Roja

Pero conseguir esta igualdad no siempre es fácil, especialmente para las mujeres que atiende Cruz Roja, que arrastran además dificultades añadidas. En algunos casos disponen de escasa o nula cualificación, no tienen experiencia (o solo la atesoran en la economía informal), asumen responsabilidades familiares no compartidas, sufren problemas de salud a causa de la ansiedad y el estrés, se encuentran en situación administrativa irregular, constituyen familias monomarentales sin redes de apoyo o son víctimas de explotación sexual o de violencia de género. 

En su lucha por cambiar esta situación, Cruz Roja vertebra su actividad a través de diferentes itinerarios. ‘Entremujeres’ dota de competencias estratégicas y conecta nichos emergentes con referentes femeninos; ‘Conectadas’ fomenta la reducción de la brecha digital de género en el acceso, uso y apropiación de la tecnología para la búsqueda de empleo; ‘Sara’ pone el foco en mujeres inmigrantes a las que se ofrece motivación, acompañamiento, formación sectorial e inserción al empleo; y ‘Puentes hacia el empleo’ promueve la igualdad en el acceso al empleo y la diversificación profesional de mujeres en dificultad social, por citar solo algunos de los programas. 

Gracias a estos itinerarios, en el periodo 2016-2021, Cruz Roja ha atendido a 25.317 mujeres, de las cuales 12.587 han encontrado un trabajo. Dos de ellas son Maribel y Assatou. 

Maribel, el camino hacia la autoestima y el empleo

Maribel, de 54 años, llegó al proyecto ‘Puentes hacia el empleo’ en febrero de 2021. Desempleada de larga duración, solo le quedaba un mes de prestación, y no tenía la opción de solicitar un subsidio para mayores de 52 años por no haber alcanzado los 15 años cotizados (contaba con 14 años y 11 meses). Casada, con dos hijos (el menor, estudiando; la mayor, con un empleo precario y expectativas de independización), vivía con “lo justo”.

Con experiencia como empleada de banca y auxiliar administrativa, Maribel se resistía a aceptar su situación. Un día, alguien le sugirió que, “con sus años”, lo que debía hacer era pedirse “una subvención y esperar hasta jubilarse”. “Me pregunté si es así como me veía la gente, lo que yo proyectaba”, reflexiona ahora Maribel. Coincidió justo con un proyecto de orientación laboral que vio anunciado en LinkedIn por parte de Cruz Roja. Y no se lo pensó más. 

“Al principio fui con mucha negatividad (por eso agradezco tanto a mis orientadoras todo lo que han hecho por mí); era ‘no’ a todo, interrumpía constantemente, me preguntaba qué hacía allí, qué me iban a enseñar que yo no supiera… Y fíjate, porque resulta que me enseñaron muchas cosas”, cuenta Maribel. Mediante su participación en las actividades en ‘Puentes hacia el empleo’ y el refuerzo con píldoras y actividades complementarias online, Maribel comenzó un proceso de transformación total. Tanto, que animada por sus orientadoras, decidió formarse en Telemarketing y Asistente Virtual. Posteriormente, la seleccionaron en la asamblea provincial de Alicante para la venta del Sorteo del Oro. 

Mediante su participación en las actividades en ‘Puentes hacia el empleo’, Maribel comenzó un proceso de transformación total

“Me han hecho cambiar el chip. Siempre que puedo se lo digo: ‘No sabéis el cambio de vida que me habéis dado a la hora de enfrentarme al mundo laboral de ahora, más todavía con mi edad’. Antes de empezar con Cruz Roja, pensaba que si fuera empresaria no me contrataría; ahora, me contrataría la primera. El cambio ha sido brutal”, explica emocionada Maribel.

Incluso estuvo compaginando su trabajo en Cruz Roja con el supermercado donde estaba de cajera durante un tiempo, porque “cuando tú pones ilusión y trabajas bien, se nota. Estoy muy agradecida”, insiste Maribel. “Pensaba que Cruz Roja no era para mí, porque lo atribuía a personas con mayores problemas, pero ahora que lo conozco por dentro, lo recomendaría en todos los sentidos. A personas que, como yo, en un momento dado se pueden quedar descolgadas. Nunca he tenido un ‘no’ por parte de Cruz Roja”, añade.

Quizá por ello, Maribel cree que en Cruz Roja está su lugar. “Voy a luchar por ello”, dice. Realiza todos los cursos que puede; uno de los últimos ha sido el del IMAP (la plataforma que recoge todos los procesos necesarios para la gestión de la persona usuaria desde la recogida de la demanda hasta la respuesta integral para la mejora de su situación), donde ve una posible salida laboral que le encantaría desempeñar. Tiene claro que el mundo laboral ha cambiado mucho, y que hay que estar en constante movimiento. La fuerza de voluntad de Maribel es ya imparable. 

Assatou, una historia vital que conmueve 

Assatou, de 23 años, no tenía empleo ni recursos para cubrir sus necesidades básicas cuando llegó a ‘Puentes hacia el empleo’, derivada del programa ‘Responde’, en febrero de 2021. Con dos hijos menores, la habían obligado a casarse cuando tenía 13 años con un hombre de 65. Huyó de su país en un viaje no exento de retos y obstáculos. 

En el año y medio que participó en ‘Puentes hacia el empleo’, obtuvo trabajos de corta duración (apenas unos días) haciendo sustituciones como auxiliar de limpieza. Previamente, también había trabajado como traductora, puesto que Assatou habla cuatro idiomas. Durante el tiempo que formó parte del itinerario, la joven demostró una enorme capacidad resolutiva y resiliencia, compaginando el cuidado de sus hijos con su itinerario formativo. “Cruz Roja me ayudó a hacer mi currículum, a usar el ordenador... también me daban un cheque que me permitía poder comprar alimentos para mis peques”, explica. 

Su persistencia le valió una candidatura al programa ‘Salta’ de Inditex, mediante el cual el grupo empresarial impulsa la inserción laboral de personas en situación o riesgo de exclusión en sus tiendas, fábricas y centros logísticos. En la actualidad, Assatou trabaja en una de las tiendas de la cadena de ropa en Madrid. La suya es una historia que conmueve por el cambio de rumbo que ha emprendido y por cómo ha sabido construir un nuevo futuro para ella y sus hijos. “Cruz Roja me ha cambiado la vida; si lo he conseguido, ha sido por su ayuda. Nunca pensé que podría estar donde estoy hoy”, concluye. 

Tendiendo (y cruzando) puentes hacia el empleo

‘Puentes hacia el empleo: itinerarios por la igualdad’ es un proyecto del Plan de Empleo de Cruz Roja que promueve el protagonismo de las mujeres en el mundo laboral. Para ello, se establecen los puentes necesarios para cerrar las brechas entre las competencias, talentos y aspiraciones profesionales de las participantes y el puesto de trabajo donde poder desarrollarse. 

Para conseguirlo, a las participantes se les brindan herramientas para que se empoderen, se capaciten y desarrollen su profesión gracias al compromiso de las empresas aliadas. En concreto, son tres los ejes que vertebran ‘Puentes hacia el empleo’: la orientación laboral, la formación y la intermediación.

‘Puentes hacia el empleo’ también tiene como objetivo movilizar el cambio en las empresas a través del fomento de la responsabilidad social empresarial, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y las medidas de conciliación por medio de jornadas de sensibilización. Otras acciones que se llevan a cabo son las mesas de diálogo, y los talleres de formación y campañas, entre la que destaca 'El Balance más Positivo' para la promoción de la corresponsabilidad empresarial para la conciliación entre la vida personal, familiar y laboral.