Un legado que mira hacia el futuro - Ahora

Cuando llevas algo dentro, desde la raíz, se nota. Y las ganas de ayudar y de estar por y para los demás lo llevaba y lo lleva en la sangre Jesús Monje, uno de los primeros voluntarios de la Organización en Cuenca. “Hace poco a mi padre le dieron la placa en reconocimiento de sus 45 años como voluntario de Cruz Roja, esto es algo que te marca”, defiende su hijo Israel. 

Jesús Monje perteneció a las Brigadas de Tropas de Socorro. Su hijo Israel cuando era pequeño acompañaba a su padre día sí, día también y lo observaba con atención. “Admiraba su labor, yo quería ayudar, nuestro padre nunca nos obligó a seguir vinculados a Cruz Roja, supongo que se lleva por dentro cuando ves que puedes aportar”, comenta su hijo. Israel tiene 42 años, lleva 27 años como voluntario en la Organización y actualmente es el responsable provincial de Emergencias y Socorros en Cuenca. Tanto Israel como su hermano Diego, que tiene 33 años, entraron a Cruz Roja desde abajo, desde Cruz Roja Juventud con 16 años. Poco a poco, la incansable ayuda de ambos hizo que fueran ascendiendo dentro de la Organización hasta llegar al lugar al que aspiraban, dentro del área de Socorros. 

“Mucha gente no entiende que estemos de forma altruista, pero el voluntariado para mí es una forma de vivir y más ahora que tengo a toda mi familia cerca e implicada”, se sincera Israel, el hijo mayor de Jesús Monje. Estas ganas de querer aportar, de ayudar y de estar dispuestos a todo ha ido pasando de corazón en corazón hasta llegar a la tercera generación de los Monje. Aitor y Gorka, los hijos de Israel, de 8 y 12 años, sienten Cruz Roja como su casa y están deseando poder aportar su granito de arena por pequeño que sea. “En el colegio no dicen que su padre es cocinero, dicen que es el jefe de la Cruz Roja”, se emociona Israel.

Para el veterano Jesús Monje, padre de Israel y Diego, salir de casa para ayudar siempre ha sido su razón de estar en el mundo. Con el tiempo poder ver como su legado continúa es señal de que predicar con el ejemplo y con la bondad por delante siempre gana. “Lo tendría que vivir todo el mundo, ojalá fuera una asignatura del colegio, hay que vivirlo y sentirlo para entenderlo”.