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Todo lo que implica la factura de la luz en 2022
MEDIO AMBIENTE
Todo lo que implica la factura de la luz en 2022
10/01/2022
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
  • Fue uno de los grandes temas del 2021 y todavía, recién estrenado el año, sigue dando que hablar. La factura de la luz se ha encarecido mucho y, aunque el Gobierno ha anunciado medidas para amortiguar su impacto, sigue trayendo de cabeza a buena parte de la ciudadanía.  

El 23 de diciembre de 2021 se alcanzó un récord que, a diferencia de otros, ha generado poco entusiasmo: se registró el máximo histórico en el mercado eléctrico español, con 383,67 euros/MWh, según datos de OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía), la organización que gestiona los mercados eléctricos existentes en España y Portugal. Pero diciembre no se queda, en términos eléctricos, en un mero día de subida: diciembre de 2021 se cerró, de media, con 239 euros/MWh, lo que ha situado a este mes como el más caro de la historia hasta la fecha. Son solo dos cifras (entre todas las que ha dejado tras de sí este sector en los últimos meses) para evidenciar que 2021 será recordado, en parte, por lo que ha supuesto para nuestra factura de la luz (y, qué duda cabe, para nuestro bolsillo).

Tras los cambios en la factura de la luz del pasado 1 de enero de 2021, el mercado eléctrico ha sufrido muchos y diversos vaivenes. Cabe señalar que el año 2021 nos ha dejado un precio medio de 111,4 euros/MWh, más del triple que el año anterior. Pero, ¿a qué se debe la subida de la luz? El alto precio de la electricidad se debe a muchos factores, fundamentalmente a los precios que se registran en el mercado mayorista de la electricidad, donde España y también otros países venden y compran energía cada día. La fuerte revalorización del gas natural en los mercados internacionales y la subida de los derechos de emisión del CO2 (es decir, el precio que se paga por las emisiones contaminantes) han sido algunas de las causas. 

 

Diciembre de 2021 se cerró, de media, con 239 euros/MWh, convirtiéndose así en el mes más caro de la historia

 

Con el fin de amortiguar el encarecimiento de la electricidad en muchos hogares, el Gobierno anunció una rebaja fiscal sobre los impuestos que gravan el recibo de la luz (IVA, impuesto de la electricidad e impuesto a la generación eléctrica) el pasado 24 de junio. Entre otros aspectos, destaca la reducción del 21% al 10% del Impuesto sobre el Valor añadido (IVA) en la factura eléctrica de los consumidores con hasta 10 kW de potencia contratada, siempre que el precio medio mensual del mercado mayorista del mes anterior sea superior a 45 €/MWh. Estas medidas, finalmente, se prolongarán hasta el 30 de abril de 2022.

Como consecuencia de todo ello, los tramos de la luz marcados en la reforma de la tarifa eléctrica del 1 de junio (que establecían precios por megavatio hora en tres periodos del día: valle, llano y punta) ya no resultan tan importantes. El propio Ministerio para la Transición Ecológica reconoció que, ante sus últimas medidas, se reducían las diferencias entre dichos tramos horarios

Por ello, en estos momentos es mejor ir consultando día a día las horas más caras y baratas para tratar, en todo caso, de ajustarse a las tendencias del mercado en lugar de dejarse llevar por los antiguos periodos valle, llano y punta. ¿Dónde hacerlo? Varias opciones: se puede consultar la página habilitada al respecto por Red Eléctrica o en el operador OMIE. Además, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también cuenta con un simulador de la factura de la luz

 

Consejos para ahorrar más y mejor en la factura de la luz

Para ahorrar más y mejor en la factura de la luz solo tenemos que cambiar ligeramente nuestros hábitos. Cabe recordar que, además de ahorrar, siguiendo unas sencillas recomendaciones también podremos contribuir a un consumo más racional y sostenible. Veamos cómo: 

  • Revisemos la potencia de nuestro contrato de electricidad. ¿Qué potencia tenemos contratada? ¿Realmente la necesitamos? Si, por ejemplo, nunca ha saltado el ICP (interruptor de control de potencia) puede que sea una señal de que podamos contratar algo menos de potencia.
  • Usemos los electrodomésticos de manera eficiente. Por ejemplo, elijamos (si podemos) el programa ECO del lavavajillas, es decir, programas que funcionen a temperaturas bajas (ya que, al calentar el agua, es cuando más consumen). Este criterio se puede aplicar a muchos otros aspectos: controlar dónde instalamos el frigorífico y el congelador, no poner el termostato a tope, apagar las placas eléctricas u horno para aprovechar el calor residual para terminar de cocinar, o apagar los aparatos en lugar de dejarlos en stand by. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si apagamos del todo la tele, el ordenador, el cargador o el equipo de música, se puede llegar a recortar un 10% del consumo energético, lo que puede suponer más de 50 euros anuales.
  • Conozcamos el bono social eléctrico. ¿Qué es? Un descuento en la factura eléctrica dirigido a personas especialmente vulnerables. Para ello, hay que cumplir una serie de requisitos. Se puede consultar todo en esta página web del Ministerio para la Transición Ecológica, donde también podemos revisar cómo solicitarlo. Ante la duda, una buena opción es acercarse a nuestra asamblea más próxima de Cruz Roja y solicitar información o asesoramiento para pedirlo. 
  • Ajustemos los termostatos, es decir, seamos coherentes con lo que necesitamos. Tener la casa a 21 grados en vez de a 24 recorta en un 20% el consumo energético; además, también se ahorra no bajando el aire acondicionado por debajo de 23 o 24 grados en verano. Para ello también resulta fundamental tener una casa bien aislada. En este sentido, Cruz Roja desarrolla diferentes acciones para combatir la pobreza energética, que engloban desde la atención a necesidades urgentes, ayudas para el pago de recibos, entrega de kits de eficiencia energética o talleres de ahorro doméstico, entre otros. 
  • Invirtamos en productos de bajo consumo como las luces LED, ya que tienen una vida útil más prolongada y son más eficientes que las tradicionales. También podemos usar burletes, que impiden que se cuele el aire por puertas y ventanas; o perlizadores, tanto para la ducha como para los grifos, para evitar la pérdida de agua caliente. Y, en este sentido, cualquier gesto de ingenio sirve, ya que por ejemplo aireando bien la ropa y tendiéndola muy estirada quizá podamos reducir también el gasto de la plancha. 

Para conocer otros consejos muy útiles, puedes consultar, además, esta otra pieza publicada en AHORA



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