Un rescate muy peludo en La Palma - Ahora

• En La Palma, Cruz Roja ha prestado ayuda de múltiples formas. Las actuaciones de la Organización han abarcado muchas tareas, desde limpiar tejados hasta atender y acompañar a gente afectada pasando por socorrer a animales.  

Alejandro, veterinario, jamás se habría imaginado que La Palma iba a ser el territorio donde iba a tener que tratar de gravedad a un felino. Voluntario de Cruz Roja procedente de Gran Canaria, llegó a la isla dispuesto a ayudar en lo que hiciera falta. Fue destinado al equipo de rescate que se dedica a, entre otras tareas, a retirar la ceniza de los tejados de las casas. Dicho y hecho. 

Sin embargo, hace apenas unos días, de forma totalmente fortuita, Alejandro se encontró de lleno con su profesión en un contexto totalmente inhóspito. “Estábamos limpiando y retirando las cenizas de un domicilio cuando unos compañeros comentaron que habían visto a los de la UME (Unidad Militar de Emergencias) con un animal en el suelo. Me dijeron que si quería ir a echar un vistazo y no me lo pensé: fui para allá”. 

Cuando llegó, se encontró con el equipo de la UME “asustado”. “Al decirles que era veterinario, se les iluminaron los ojos”, dice Alejandro. El gato se encontraba en un estado difícil; tanto, que en un primer momento Alejandro consideró que no se iba a recuperar. Con lo que pudo aprovechar del botiquín que tenía el equipo de rescate, y con la asistencia de compañeros y compañeras con formación en asistencia sanitaria, hicieron una primera valoración genérica y determinaron que el felino debía viajar cuanto antes a la carpa donde estaban otros animales.  

“La recuperación del gato fue toda una sorpresa” 

¿La buena noticia? Que el gato, gracias a la actuación de Cruz Roja, pudo salir adelante. “Por lo que me contaron, el gato se fue hecho una fiera. Su recuperación fue toda una sorpresa”, señala Alejandro. Por lo que respecta a la causa de su estado, el veterinario lo achaca a una intoxicación. “Para saber la causa concreta del tóxico habría que hacer pruebas, pero en base al contexto… quizá puede haber sido por gases o cenizas relacionadas con el volcán. También, en los gatos asilvestrados, es habitual la intoxicación por pesticidas, por ejemplo”, expone. 

Dejando el curioso incidente del gato al margen, Alejandro se queda con la parte humana de la gente que ha conocido en la isla. Otro aprendizaje que se lleva es adquirir una mayor perspectiva de lo que puede ser “un problema real en la vida, y no los que tenemos de forma cotidiana”. Pero, si hay algo que destaca por encima de todo, es la “solidaridad”. “Hablamos mucho del orgullo canario. Pues bien, esta es una oportunidad de demostrar eso de lo que tanto presumimos”, concluye.