“He vuelto a sonreír y a ser yo” - Ahora
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- Las heridas del pasado pueden convertirse en baches complejos de sortear. Por suerte, en ocasiones, dar con la puerta indicada y buscar ayuda puede ser la salvación para muchas personas.
Verónica Maicas tiene 50 años y vive en Castellón. Durante siete años, por motivos personales estuvo inmersa en una depresión que le paralizó en las diferentes áreas de su vida. Ella era camarera, pero cuando su salud mental dejó de responder tuvo que dejar de trabajar. Todo se le hacía cuesta arriba, hasta salir a la calle. Después de unos años difíciles, algo en ella empezó a cambiar. “Conocí Cruz Roja a raíz de mi trabajador social, él me animó a que fuera y aunque me costó mucho sabía que debía hacerlo, así que me decidí y fui”, cuenta emocionada la protagonista.
En ese primer encuentro con la organización, Verónica conoció a Sandra Gallén y a Alba García, técnicas de empleo de Cruz Roja en Castellón que le orientaron en todo momento desde la cercanía y la profesionalidad. “Charlé con ellas y me dieron muy buena impresión, yo venía con muchos miedos, pero ambas me dieron esa tranquilidad que me animó a seguir adelante”, apunta Verónica.
La protagonista venía de una etapa de su vida complicada en la que no salía de su hogar y evitaba relacionarse con la gente, lo que le hizo ir perdiendo esa confianza en ella misma que necesitaba recuperar poco a poco y con paciencia. Y ahí, entró la labor de la organización.
Cruz Roja en Castellón con financiación del ayuntamiento realiza un proyecto llamado ForCom (Formación en competencias) que pretende que las personas participantes lleven a cabo diversas actividades, talleres y cursos con el objetivo de que destapen su potencial. “Atendemos a personas en situación de extrema vulnerabilidad e intentamos acompañarlas en la mejora de su empleabilidad, pero, sobre todo, tratamos de estar presentes en todo momento, escucharlas y darles ese empujón que necesitan. A veces, simplemente necesitan a alguien que les diga que pueden hacerlo”, explica Alba García, técnica de empleo de Cruz Roja en Castellón.
Tras ese primer contacto y gracias al acompañamiento de las técnicas de empleo Alba García, Sandra Gallén y Marivi Conde, responsable del proyecto ‘Bienestar personal y Activación social’, Verónica se apuntó a diferentes cursos donde realizaban manualidades, gimnasia, informática y gestión emocional. Estos talleres de acompañamiento, además del apoyo psicológico que tuvo por parte de Lola, psicóloga voluntaria de la organización, fueron calando en Verónica hasta el punto de sentirse cada vez más ella. “Hacíamos terapia grupal, nos juntábamos diferentes mujeres y nos abríamos. Escuchar las vivencias de otras mujeres y animarme a contar la mía me ayudó mucho a dejar de sentirme culpable por lo que viví en el pasado. He aprendido a vivir con ello y a ocuparme del presente”, se sincera.
Al tiempo, y gracias a esa fuerza diaria de Verónica por acudir a Cruz Roja y querer salir de esa nube gris, se enfrentó a varias entrevistas y consiguió empleo en el ayuntamiento de Castellón durante un año. “Para mí fue duro volver a trabajar y relacionarme con gente a diario después de tantos años, pero el compartir con otras mujeres y verme siendo capaz ha sido un regalo para mí”.
Este proceso que ahora Verónica cuenta desde el agradecimiento ha sido para ella un camino repleto de dudas, miedos e incertidumbre, pero, sobre todo, un viaje en el que ha aprendido a quitarse culpas, dejar ir aquello que le cargaba de más y a volver a coger las riendas de su vida. “Mi hija me dijo una vez que había perdido la sonrisa, pues ahora puedo decir que gracias a Cruz Roja he vuelto a sonreír, he dejado de tener miedo y vuelvo a ser yo”, cierra agradecida la protagonista.
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