Desmontando los mitos del amor romántico - Ahora
Publicador de contenidos
- Los mitos del amor romántico se encuentran en todas partes, desde películas hasta libros pasando por cuentos populares. Desde Cruz Roja Juventud se desgranan para revelar lo tóxico que hay tras este concepto tan asentado en nuestra sociedad.
El 14 de febrero se celebra San Valentín y, con motivo de esta fecha, asistimos cada año a la reproducción de ciertos roles y estereotipos que ensalzan eso que se suele llamar “amor romántico”. Sin embargo, no hay nada admirable en comportamientos o declaraciones como que “el amor todo lo puede”, que existe “la media naranja” o que “la persona correcta llenará todos los aspectos de nuestra vida”. Por eso, este San Valentín, igual que otros, Cruz Roja Juventud conmemora el Día de ‘San Yo Primero’, para recordar la importancia del amor propio, la autoestima, el autocuidado y para que las personas jóvenes aprendan a identificar mensajes tóxicos.
Y es que los mitos del amor romántico están en todas partes: es prácticamente imposible escapar de ellos. “Una vida sin amor no es una vida en absoluto”, se recoge en La Cenicienta. “Tengo miedo de salir de esta habitación y no volver a sentir en mi vida lo que siento estando contigo”, se dice en la película Dirty Dancing. “El amor es irracional: cuanto más quieres a alguien, menos lógica tiene todo”, se puede leer en el libro adolescente Crepúsculo. No podemos evitar que estén ahí, pero sí podemos identificarlos y saber qué perpetúan y defienden con un análisis crítico y mucha conciencia.
Soy la naranja entera
Bajo la campaña ‘San yo primero’, desde Cruz Roja Juventud este año se ha trabajado en el concepto del lugar que ocupas tú misma o mismo en tu corazón con respecto al resto, para hacernos reflexionar sobre la importancia del amor propio. Además, se desmontan algunos de los mitos románticos más conocidos con una actividad de sensibilización que se realizará en centros escolares y de Cruz Roja.
Conviene tomar papel y boli, puesto que están más presentes en nuestra vida de lo que nos gustaría reconocer:
· El amor todo lo puede. Este pretexto defiende que el amor va a ayudarnos a superar cualquier problema, y da a entender, incluso, que si no se puede solucionar algo es porque no hay amor. Sus consecuencias son nefastas, puesto que, bajo el amparo del amor, se puede llegar a tolerar conductas tóxicas en una relación o aceptar cualquier tipo de situación.
· El amor a primera vista. Bajo este marco se encuentran conceptos como el “flechazo” o la idea de que dos personas están “destinadas”. Puede llegar a provocar que una persona viva una realidad distorsionada o idealice a la otra persona, lo que, a su vez, implica que se ignoren posibles relaciones porque no se han desencadenado con ese primer “flechazo”.
· La media naranja. Este mito sostiene que solo existe una persona a lo largo de nuestra vida que es ideal. También da a entender que somos una mitad que necesita encontrar a la mitad que le falta para estar completa. Esta creencia lleva a tolerar conductas tóxicas dentro de la pareja al aferrarnos al pensamiento de que esa persona es la “indicada”: la “única” en toda nuestra vida que nos va a querer.
· La persona correcta llena todos los aspectos de nuestra vida. Este mito refuerza la idea de que una persona nos va a satisfacer en todos los sentidos, y que somos responsables de la felicidad de nuestra pareja. Tiene muchos aspectos negativos, porque puede llegar a generar una obsesión por encontrar a otra persona para, así, empezar a vivir una vida plena y feliz. También puede influir en nuestra autoestima o autoconcepto si creemos o vemos que nuestra pareja no es feliz, aunque sea por algún motivo distinto a la relación de pareja.
· La pasión tiene que ser infinita. Este mito defiende que, si el amor es verdadero, las relaciones sexuales siempre serán increíbles, y que, además, se mantendrán siempre como al principio (en caso contrario, se habrá “acabado el amor”). Resulta tóxico porque lleva al planteamiento de que, si la llama de la pasión se apaga, no hay nada que hacer. También normaliza las conocidas “violaciones en pareja”.
· La exclusividad sexual. Este mito refuerza la idea de que solo nos puede atraer la persona de la que estamos enamoradas y, por tanto, puede hacernos sentir culpables o mal por sentir atracción por una persona que no sea nuestra pareja.
· Los celos son una prueba de amor. En la mayoría de las ocasiones los episodios de celos se deben a la creencia de que la persona con la que estamos “nos pertenece” y, por eso, tenemos miedo a perderla. Puede parecer una obviedad, pero hay que tener claro que nadie pertenece a nadie. Esta creencia puede surgir por una mala autoestima (algo que no es responsabilidad de nuestra pareja). Idealizar los celos, además, puede implicar que pensemos que, si no están presentes, es que ya no hay amor.
· Creer que, con nuestro amor, cambiaremos a la otra persona. Es algo recurrente en muchas películas: la chica acaba salvando al chico de su tormentoso pasado. No obstante, el amor no consiste en cambiar a nadie, sino en aceptar y compartir. Además, supone una responsabilidad añadida pensar que es nuestra tarea hacer que nuestra pareja cambie.
· El amor es placer y sufrimiento. Según este mito, el amor verdadero es el de Romeo y Julieta: un amor amenazado y condenado. Bajo la creencia de que sufrir por amor significa estar enamorado y amparándose en este pensamiento se puede llegar a permanecer en una relación tóxica.
· El amor lo perdona todo. Y, por esa regla de tres, puede parecer que haya que perdonarlo y tolerarlo todo. Este mito perpetúa y normaliza la violencia dentro de una relación, ya que parece que hay que soportar todo tipo de situaciones y comportamientos si hay amor de por medio.
a más gente, compártelo.