Derecho Internacional Humanitario: incluso en las guerras existen normas - Ahora
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- El derecho internacional humanitario (DIH) es un conjunto de normas internacionales que establecen lo que se puede y lo que no se puede hacer durante un conflicto armado. Regula los métodos y los medios utilizados en una guerra y protege a las personas o bienes afectados por el conflicto.
El derecho internacional humanitario (DIH) es un conjunto de normas que trata de limitar los efectos de los conflictos armados. Su objetivo: salvar vidas y aliviar el sufrimiento, permitiendo además que sea posible volver a convivir cuando acabe la guerra. Estas normas tratan de proteger a las personas que no participan o que han dejado de participar en los combates y limita los medios y métodos de hacer la guerra. Por ese motivo, suelen conocerse también como “derecho de la guerra” o “derecho internacional de los conflictos armados”.
Las normas de la guerra son universales. Los Convenios de Ginebra, de donde surgieron las bases del DIH, han sido ratificados por 196 Estados. Son muy pocos los tratados internacionales que tienen este nivel de apoyo.
¿A quién protege el DIH?
A las personas que no toman parte en las hostilidades, como civiles, personal sanitario, trabajadores humanitarios, periodistas o personal religioso. También a las personas que ya no participan en los combates, como soldados heridos o prisioneros de guerra.
Todas estas personas tienen derecho a que se respete su vida y su integridad física y moral. Serán, en todas las circunstancias, protegidas y tratadas con humanidad. Además, estarán particularmente protegidos por su especial vulnerabilidad las mujeres, los niños y niñas, o las personas mayores.
Las normas de la guerra…
- Prohíben atacar a la población civil.
- Establecen que los enfermos y los heridos tienen derecho a recibir asistencia, independientemente del bando al que pertenezcan.
- Especifican que los detenidos deben recibir alimento y agua, y también se les debe permitir comunicarse con sus seres queridos.
- Prohíben matar o herir a un adversario que haya depuesto las armas o que esté fuera de combate.
- Determinan que los trabajadores sanitarios, sus vehículos y los hospitales dedicados a tratamiento humanitario no deben ser atacados.
- Prohíben la tortura y el trato denigrante a prisioneros.
- Prevén algunos signos distintivos que se pueden emplear para identificar a las personas, los bienes y los lugares protegidos como los emblemas de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, así como los signos distintivos de los bienes culturales
- Limitan los medios y los métodos militares que no distinguen entre las personas que participan en los combates y la población civil como balas explosivas, las armas químicas y biológicas, las armas láser que causan ceguera y las minas antipersonal.
- Prohíben expresamente la violación u otras formas de violencia sexual en el contexto de un conflicto armado.
- Reconocen el derecho de la población civil a obtener protección contra los peligros de la guerra y a recibir la ayuda necesaria.
Las violaciones de estas normas pueden constituir crímenes de guerra. En España, los crímenes de guerra están incorporados a nuestro Código Penal (artículo 608 y siguientes). El Centro de Estudios de Derecho Internacional Humanitario de Cruz Roja colaboró muy activamente en los trabajos preparatorios para la incorporación de los mismos en el Código Penal.
Los principios del Movimiento Internacional y el Derecho Internacional Humanitario
Los siete Principios Fundamentales de Cruz Roja –humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad– representan el marco ético, operacional e institucional de la labor del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Son la base del enfoque que adopta para ayudar a las personas necesitadas durante los conflictos armados, los desastres naturales y otras situaciones de emergencia. Sobre varios de estos principios también reposa el derecho internacional humanitario. Fundamentalmente son los principios de humanidad, de imparcialidad, de neutralidad y de independencia. Sin ellos, las partes que intervienen en un conflicto no aceptarían estas normas, que dejarían de ser eficaces en este contexto.
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