Como si hubiese visto dos ángeles: la historia detrás de una foto icónica - Ahora

• Encarnación Villaplana es la protagonista de una fotografía que ha significado mucho para Cruz Roja, una imagen que desde el momento en el que se realizó hasta el día de hoy, ha servido para reflejar cómo incluso en mitad de una pandemia, la humanidad de las personas prevalece. La mirada de Encarnación se ha convertido en un reflejo de acompañamiento y verdad. 

Si pensamos por un momento en la pandemia nos vienen a la cabeza multitud de noticias, de situaciones, de personas y de imágenes que reflejan todo aquello que nos tocó vivir. 

Un mes después de que se declarara el Estado de Alarma en España, ocurrió algo que, a día de hoy, Cruz Roja sigue recordando. En el municipio de Petrer, Alicante, como en muchos otros lugares del territorio nacional, durante la pandemia, los equipo de Cruz Roja recorrían con la ambulancia los diferentes hogares que precisaban de alimentos, atención o acompañamiento. También realizaban labores de movilización a las personas que se encontraban en cama y necesitaban diariamente que alguien les ayudara a levantarse.  En esa situación se encontraba Encarnación Villaplana, una mujer con movilidad reducida que recibía ayuda diaria por parte de la Organización. “Perdió la movilidad e iba perdiendo facultades, pero lo único que no perdió fue dar besos y su sonrisa”, comentan emocionadas Reme y Mari Cruz, las hijas de Encarnación.  

“Perdió la movilidad e iba perdiendo facultades, pero lo único que no perdió fue dar besos y su sonrisa”

Uno de aquellos días, Vicente Olmos, voluntario de Cruz Roja y fotógrafo se animó a acompañar al equipo en la ambulancia, como una manera de aportar y dejar constancia, a través de la fotografía, de lo que estaba ocurriendo. “Se respiraba mucho miedo, era el inicio, pero al entrar en la casa de la mujer y ver su cara, supe que había valido la pena acudir”, afirma Vicente. “Los técnicos de Cruz Roja llamaban a nuestra madre: la Marquesa de la explanada, siempre le hacían bromas y a ella le alegraban la vida”, agradece una de sus hijas. Cuando los trabajadores entraron en casa de Encarnación para levantarla de la cama y acompañarle durante aquellas horas, “la expresión de la mujer era como si hubiese visto a dos ángeles”, asegura el fotógrafo. Al ver el gesto de ella con la llegada de los trabajadores de Cruz Roja, decidió no perder la oportunidad y capturar la imagen.  

“La fotografía resume en una mirada todo, a nosotros nos llegó al alma”, apunta Teresa Poveda, directora técnica local de Cruz Roja Peter. Durante aquellos meses de miedo e incertidumbre el acompañamiento que realizó Cruz Roja junto a las personas de riesgo significó mucho, “se crearon unos vínculos tan fuertes que la imagen lo demuestra a la perfección”, comenta Teresa. “Eran momentos de mucho miedo y para nosotras saber que al pulsar el botón, Cruz Roja  iba a venir fue un alivio muy grande”, defiende su hija Mari Cruz. Para la Organización, sin esperarlo y gracias a la presencia de Vicente Olmos como fotógrafo, se convirtió en la imagen de la pandemia, una expresión de verdad, de ayuda y acompañamiento.  

Al tiempo Encarnación, la protagonista de la imagen, falleció, pero su fotografía y lo que supuso no ha dejado de formar parte de Cruz Roja y del recuerdo de su familia. De hecho, el pasado 4 de diciembre, con motivo del Día Internacional de Voluntariado, se realizó un acto de celebración en la propia localidad de Petrer, con su imagen como reflejo de ese voluntariado presente y cercano. Al evento asistió la familia de la mujer como gesto de agradecimiento y apoyo a Cruz Roja. “Para nosotros fuisteis un aire fresco en medio de una situación tan complicada como la pandemia”, cierra conmocionada una de las hijas.