Las cinco vidas que un equipo de Emergencias de Cruz Roja salvó en la zona cero - Ahora
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- Al responsable de Emergencias de Cruz Roja en la provincia de Valencia y a otros seis compañeros, el desbordamiento del barranco les sorprendió en Picanya, la zona cero de la catástrofe. Gracias a la actuación conjunta del equipo que le acompañaba, pudieron rescatar a cinco personas que a punto estuvieron de ser arrastradas por la corriente.
Vicente Calatrava lleva 24 años en Cruz Roja y nunca se había visto en una situación como la que vivió el pasado martes 29 de octubre. El responsable de Emergencias de Cruz Roja en la provincia de Valencia junto a otro compañero personal laboral y otros cinco voluntarios de los Equipos de Respuesta Inmediata ante Emergencias (ERIE) acudieron al centro logístico de Cruz Roja ubicado en Picanya, un almacén donde se guarda todo el material de emergencias en la provincia: mantas, camas, kits de higiene… Lo hicieron a petición de la Generalitat Valenciana que había solicitado un albergue provisional que debía ser desplegado en Requena y Utiel, una zona que a esas horas ya sufría los efectos de las intensas lluvias que descargaron durante todo el día.
“Nos pusimos a organizar palés, camas, vehículos, furgonetas… En ese momento escuchamos un estruendo prolongado –más tarde averiguaríamos que era el puente de Picanya que se había destruido–. Empezaron a llegar coches y sus ocupantes nos preguntaban por un punto alto para resguardarse. Nos dijeron que el barranco se había desbordado y que venía hacia allí la lengua de agua. En ese momento ya había tres o cuatro dedos de agua por la lluvia y se notaba que empezaba a subir con rapidez”, cuenta el responsable de Emergencias de Cruz Roja en la provincia de Valencia.
En menos de cinco minutos el nivel del agua comenzó a subir. A Vicente, sus compañeros y las personas que se habían acercado allí buscando ayuda el agua les llegaba por mitad de los muslos. Vieron que aquello iba a ser una ratonera y decidieron salir fuera para buscar un punto alto. “En ese momento el agua nos llegaba a la cintura y la corriente ya era medio fuerte. Un señor de un almacén vecino nos hizo señas desde un primer piso para que subiésemos allí para protegernos, nos cogimos todos y subimos junto a la gente que nos acompañaba” recuerda Vicente Calatrava.
Vicente Calatrava, responsable de Emergencias de Cruz Roja en valencia, este sábado
Ya desde una altura en la que se sentían protegidos vieron las luces de móviles de algunas personas que se habían quedado atrapadas en la riada. Vicente y sus compañeros de Cruz Roja bajaron en su ayuda. Se ataron a una farola para que la corriente no se los llevara y, haciendo una cadena humana y ayudándose de los palos de cortinas que había en la nave donde se habían refugiado, lograron rescatar a cinco personas a las que les sorprendió la riada. En aquellos momentos no eran conscientes de la magnitud de la tragedia. El equipo de Emergencias de Cruz Roja pasó allí la noche. “La sensación esa noche fue de ser una familia. Nos sentimos acogidos, unidos. Allí había gente de 80 años, una familia con dos niñas pequeñas, varios perros… Yo quiero sobre todo darle las gracias al señor de la fábrica que nos acogió”, subraya. Cuando amaneció y pudieron ver los destrozos, “vimos un espectáculo dantesco”, relata el técnico de Cruz Roja.
“La sensación esa noche fue de ser una familia. Nos sentimos acogidos, unidos"
Vicente Calatrava ha estado presente en muchas emergencias de diversa índole, desde la pandemia al incendio de Campanar, incendios forestales o la crisis humanitaria de Ucrania con la llegada de refugiados, pero reconoce que ninguna ha sido como esta. Destaca que en la actuación del equipo el pasado martes, lo esencial fue el sentimiento de unidad siempre presente en Cruz Roja: “Los miembros del equipo de ERIE de albergues son compañeros de confianza, siempre están en los peores momento. No nos íbamos a dejar unos a otros en estas circunstancias. Aquí, la unidad fue esencial”, afirma emocionado.
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