Carlos Esquivias: Estar preparados para estar más seguros - Ahora

14 de marzo de 2020. Todos recordaremos esta fecha. Acababa de decretarse el estado de alarma en nuestro país y los terribles efectos de la pandemia de COVID-19 comenzaron a manifestarse en toda su crudeza, tanto en el ámbito sanitario como en el ámbito social. En ese momento todos estábamos en casa, desconcertados ante una situación inédita e inesperada. 

Sin embargo, al poco tiempo comenzaron a surgir las primeras muestras de solidaridad, tanto de ciudadanos particulares como de empresas, queriendo contribuir, dentro de las posibilidades de cada uno, a la lucha contra el coronavirus. 

En ese momento, el sector asegurador español, coordinado por UNESPA, la Asociación empresarial del seguro, decidió que, además de las acciones de solidaridad que estaba desarrollando individualmente cada compañía aseguradora, se pusiera en marcha una gran iniciativa sectorial conjunta que permitiera hacer frente con más fuerza a las consecuencias sanitarias y sociales derivadas de la pandemia. 

A pesar de la situación de confinamiento en la que nos encontrábamos todos, lo que dificultaba enormemente la tarea, se produjo una movilización masiva para responder a este reto, logrando en un tiempo récord la constitución de un fondo de 38 millones de euros, aportado gracias a la solidaridad de 107 entidades aseguradoras. Así nació “Estar Preparados para estar más seguros”, la mayor iniciativa conjunta de un sector económico en España para hacer frente a la COVID-19. 

El primer destino de ese fondo fue hacer algo que va en el propio ADN de las entidades aseguradoras. PROTEGER durante más de un año a más de un millón de profesionales sanitarios a través de un seguro de vida y de hospitalización gratuito para todo el personal que prestaba sus servicios en centros sanitarios, en residencias de mayores y en residencias para personas con discapacidad.  

Al término de esta primera iniciativa, una vez que se generalizaron las vacunas entre el personal sanitario, este seguro había abonado un total de 4,3 millones de euros a las familias de 143 profesionales que desgraciadamente perecieron luchando en primera línea contra el coronavirus y otros 4,1 millones de euros por subsidio por hospitalización entregadas a 4.487 trabajadores de centros sanitarios y residencias que tuvieron que ser hospitalizados al enfermar de COVID-19. En total, 8,4 millones de euros. 

Esta iniciativa se complementó con una donación a la Fundación Salud y Persona, destinada a prestar un servicio telefónico gratuito de apoyo y atención psicológica y emocional durante más de un año a los mismos profesionales sanitarios que habían estado cubiertos por la póliza, así como a sus familiares, pudiendo beneficiarse del mismo hasta 4 millones de personas.  

El segundo destino del fondo tenía como misión hacer algo que también nos es muy propio como sector, PREVENIR. Contribuir a estar mejor preparados como sociedad para hacer frente no sólo al coronavirus sino también a cualquier otra futura pandemia. Invertir en ciencia es prevención, es minimizar los efectos negativos de crisis sanitarias y es recuperarse más rápido y mejor. 

En este ámbito la iniciativa se concretó en diferentes acuerdos de donación destinados a proyectos de investigación para la lucha contra la COVID-19. 

La labor investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) contra la COVID-19 se apoyó con una donación de 7 millones de euros destinados a cinco proyectos, entre los que destacan los ensayos clínicos para crear una vacuna española o la investigación de fármacos de protección, antivirales y antiinflamatorios contra el virus. 

En este ámbito, también se contribuyó, mediante una donación de 3,8 millones de euros, a la financiación de varios proyectos de investigación sanitaria vinculados a la prevención y el seguimiento de la COVID-19 del Instituto de Salud Carlos III (vigilancia virológica a nivel nacional), del Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red (factores de riesgo y pronóstico de pacientes COVID-19 ingresados en UCI españolas) y de la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurodegenerativas (potenciales secuelas de la COVID-19 en personas mayores, con especial atención a los efectos neurológicos). 

Adicionalmente, dada la necesidad real y urgente de un gran número de pacientes afectados por COVID persistente (se estima que más de 500.000 personas en toda España), se realizó una donación a la Fundación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia para poner en marcha una serie de proyectos de investigación y formación relacionados con la COVID persistente. 

Finalmente, las iniciativas en este ámbito se culminaron con una donación de más de 4 millones de euros a UNICEF España para financiar la vacunación de más de 2 millones de personas frente a la COVID-19 en países vulnerables y con menos recursos a través del mecanismo COVAX, contribuyendo a través de esta aportación a un reparto equitativo de las vacunas contra el coronavirus en el mundo. 

El tercer destino del fondo tuvo como finalidad una meta que también es consustancial a la actividad del sector asegurador. Contribuir a REPARAR las consecuencias económicas y sociales provocadas por la pandemia, centrándonos en aquellas personas que más habían sufrido como consecuencia de la misma, con el objetivo de no dejar a nadie atrás.  

La irrupción del coronavirus en 2020 conllevó un fuerte repunte del desempleo, la caída o pérdida total de ingresos en muchos hogares, así como un aumento del número de personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica. En este ámbito se confió en la labor de tres instituciones con una larga y acreditada trayectoria en el cuidado y la protección de las personas más vulnerables de nuestra sociedad. 

Como primer hito en el ámbito social, el fondo solidario del seguro realizó una donación de 3,8 millones de euros a CRUZ ROJA, para apoyar su plan CRUZ ROJA RESPONDE frente a la COVID-19, que han servido para impulsar proyectos en todo el territorio nacional, en materia de empleo, inclusión social, salud y educación. 

En el ámbito laboral la labor de CRUZ ROJA se ha centrado en reforzar la empleabilidad de personas vulnerables que se encuentran sin trabajo. Para ello, se ha apoyado hasta la fecha a más de 8.500 personas en la búsqueda activa de empleo, en el emprendimiento de iniciativas de autoempleo y en la formación para la recualificación profesional.  

En materia de inclusión social, la labor de CRUZ ROJA se ha orientado a la reducción de la brecha digital de las personas vulnerables, realizando sesiones formativas para la adquisición de competencias digitales y facilitando el préstamo de dispositivos tecnológicos con conectividad, habiendo apoyado en este ámbito a más de 7.800 personas. 

En el campo de la salud, se ha apoyado también el programa CRUZ ROJA TE ESCUCHA de acompañamiento psicosocial con profesionales expertos en este ámbito, dirigido a personas en situación de fragilidad emocional, del que se han podido beneficiar gracias a esta donación 6.500 personas. 

Por último, en materia educativa CRUZ ROJA ha destinado los fondos, asimismo, a sus programas de acompañamiento educativo a niños y niñas en situaciones de dificultad social para favorecer su rendimiento académico y evitar el fracaso escolar, de los que se han podido beneficiar hasta ahora más de 14.000 menores. 

Todo ello además en un marco de transparencia máximo, a través de una herramienta Power BI desarrollada por CRUZ ROJA, que nos permite un seguimiento online, día a día, de los programas a los que se destina la donación, las personas que se benefician de la misma, cómo se reparte la ayuda territorialmente, etc. 

Continuando con la iniciativa en el ámbito social, se realizó una donación de 3,8 millones de euros a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), destinada a repartir 3,6 millones de kilos de comida y otros productos de primera necesidad a los colectivos más afectados por la pandemia: hogares monoparentales, jubilados, emigrantes, parejas jóvenes, trabajadores en ERTE o ERE, profesionales autónomos. Se ha prestado asistencia, gracias a esta donación, a 13.277 personas a lo largo de un año. 

Finalmente, la iniciativa en este ámbito finalizó con una donación de 3,8 millones de euros a CÁRITAS se ha destinado a garantizar el acceso a bienes de primera necesidad a familias en situación de exclusión social, así como al pago de suministros domésticos y alquileres; a sufragar acciones de refuerzo educativo para menores de edad; a impulsar cursos de formación para personas en situación de desempleo y desarrollar planes individualizados de reorientación laboral; y a programas de acompañamiento de mayores. 

Estamos muy orgullosos de todo lo que se ha conseguido hasta ahora y lo que queda por conseguir en el futuro gracias a la solidaridad conjunta de 107 entidades aseguradoras, coordinadas por UNESPA, que han demostrado que, en tiempos difíciles, la unión hace la fuerza. 

Animamos a otras empresas y sectores empresariales a seguir trabajando juntos, a seguir actuando unidos para conseguir un futuro mejor, apoyando a la investigación científica y a la recuperación social y económica en nuestro país, para lo cual hemos elaborado una campaña de concienciación, “Estar Preparados para estar más seguros”, que contribuya a dicho fin. 

No quiero terminar sin agradecer personalmente el trabajo de todas aquellas personas que tanto desde el sector asegurador como desde CRUZ ROJA han contribuido con su esfuerzo a que esta alianza haya servido para reforzar el plan CRUZ ROJA RESPONDE frente a la COVID-19 donde la sociedad más lo necesitaba en cada momento. Tanto UNESPA como CRUZ ROJA somos organizaciones de la sociedad para la sociedad, y nos sentimos orgullosas de cómo esta iniciativa ha contribuido a la sostenibilidad social, fortaleciendo la inclusión, la resiliencia y la cohesión de la sociedad española. 

Para mí, personalmente, ha sido un doble placer colaborar con una organización a la que conozco desde niño, y en la que mi madre trabajó más de 40 años de su vida.