Anna Salvia: “El porno es un pésimo educador sexual” - Ahora

Uno de los riesgos principales es el que de manera inconsciente se convierte en su manual de educación sexual: de él aprenden cómo hacer el amor, tanto las prácticas como cómo deben de comportarse en función de si son hombre o mujer. Pero el porno va más allá y también transforma el deseo del adolescente, erotizando todos sus contenidos, entre otros, la violencia sexual contra las mujeres. Finalmente, también puede provocar problemas en la autoimagen, en la respuesta sexual, en la masturbación y en las relaciones sexuales. 

Los menores usan dispositivos que no están protegidos y las webs de porno no cuentan con un buen sistema para evitar la entrada de menores, de modo que los menores se encuentran con porno a edades muy tempranas y a partir de la adolescencia lo usan para masturbarse sin ningún tipo de restricción. 

El hecho de que los niños y niñas y adolescentes no reciban una buena educación sexual en su casa y en los centros escolares está provocando que busquen respuestas en internet. Además, como desde bien pequeños aprenden que no pueden hablar sobre este tema con los adultos de su confianza, cuando les ocurren cosas malas no se lo cuentan a nadie. Muchos niños de entre ocho y doce años a los que doy talleres en los coles afirman que no le han contado a nadie que han visto porno, sienten que les van a regañar, aunque les haya aparecido sin buscarlo. 

Los vídeos porno están hechos para excitar al espectador. Es teatro. Esas personas no se comportarían así si no estuvieran grabando un vídeo y no buscan su propio placer sino el placer de quien mira. Sin embargo, las penetraciones violentas, los golpes y las vejaciones sí que se las han hecho a una persona de verdad. Al ser una actuación para excitar, a menudo se hacen prácticas sexuales que no son placenteras pero que generan morbo en el espectador. Un dato que lo ejemplifica a la perfección es que el principal órgano sexual de las mujeres, el clítoris, prácticamente no aparece. 

Es un tema largo y complejo, así que voy a abordar solo un aspecto. El porno relata unas relaciones sexuales basadas en la desigualdad entre hombres y mujeres, en las que la violencia sexual contra las mujeres y niñas se presenta como algo erótico y lícito para masturbarse. El porno invisibiliza la violencia sexual presentándola como sexo y no como violencia, como si fuera una manera más de hacer el amor. Deberemos hacer un gran trabajo de educación sexual para revertir estos pésimos aprendizajes. 

Una buena educación sexual es aquella que permite que esa persona desarrolle una sexualidad sana, segura y placentera. Debe incluir un buen conocimiento sobre la sexualidad humana, pero no se trata solo de informar sino que también consiste en acompañar, en ser alguien a quién acudir para compartir las dudas, las experiencias y los miedos, y para pedir ayuda cuando surgen problemas.