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Socorrista, mucho más que un trabajo temporal

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SOCORRISTA, MUCHO MÁS QUE UN TRABAJO TEMPORAL

Socorrista, mucho más que un trabajo temporal
Arranca la temporada de baño en muchos puntos de la costa española. En algunas playas, ya se han desplegado los primeros dispositivos de vigilancia y rescate, en otras se preparan para hacerlo en unas pocas semanas. Es el momento de formar, seleccionar y coordinar a los y las profesionales que velarán por nuestra seguridad en el medio acuático en los próximos meses.

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parte 1 socorrista trabajo temporal

España tiene aproximadamente 8.000 kilómetros de costa. Dos mares –el Mediterráneo y el Cantábrico– y un océano –el Atlántico– moldean el litoral y dotan a nuestro territorio de una singularidad única que atrae a millones de personas para disfrutar de sus playas. Sin olvidar las orillas de ríos, embalses o pantanos de las zonas de interior donde se permite el baño y que también son importantes espacios de ocio. Muchas veces no nos damos cuenta de su presencia, pero los servicios de vigilancia y socorrismo desplegados en las playas velan para que los demás podamos disfrutar de estos entornos con seguridad. Muchos de los y las socorristas que cuidan de nuestras playas están en estos momentos formándose y entrenando para poder hacer frente a cualquier situación que pueda surgir. Cruz Roja cuenta con centros acreditados en la mayoría de comunidades autónomas para obtener la titulación que habilita para trabajar como socorrista, tanto en playas como en piscinas.  

Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) que elabora la Federación Española de Salvamento y Socorrismo, 260 personas fallecieron por ahogamientos en espacios acuáticos españoles en 2021. De ellas, 223 lo hicieron en lugares (playas, ríos o piscinas) donde no existía servicio de socorrismo. La figura del socorrista está cada vez mejor formada y más profesionalizada. Lejos de lo que se puede creer de que cualquier persona está capacitada para desempeñar esta tarea, el socorrista necesita unas aptitudes, no solo físicas, que debe demostrar antes de poder subirse a una torre de vigilancia. 

parte 2 socorrista trabajo temporal

168 socorristas para vigilar las playas de Bizkaia

El 23 de abril, las playas de Plentzia Gorliz, en Bizkaia, se llenarán de aspirantes para conseguir algunas de las más de 200 plazas que Cruz Roja oferta esta temporada para trabajar de socorrista. Este año son, concretamente 168 plazas, además de otras 50 que se inscriben en la bolsa. Tendrán que demostrar su resistencia corriendo 800 metros por la playa y nadando 600 metros, además de pasar un examen teórico y una entrevista personal. En 2021 se presentaron más de 300 personas. Pero para poder trabajar en las playas antes, deben estar en posesión de los títulos requeridos: título de socorrista acuático y primeros auxilios, certificado de profesionalidad de Espacios Naturales y certificado de haber realizado el curso de DESA. 

 

 

Koldo Larrazabal es el encargado de coordinar al equipo de socorristas durante la temporada de playas de Bizkaia. Lleva 34 años trabajando en Cruz Roja.  “Una vez han pasado las pruebas, los y las socorristas continúan con una formación específica de salvamento en playas: técnicas de primeros auxilios, meteorología, socorrismo en playas, atención a usuarios, también hay una parte de preparación psicológica… Hay un examen final y con los resultados seleccionamos a las 168 personas que se quedarán, además de los 50 de la bolsa. Es una bolsa que suele tener bastante movilidad y al menos los primeros 30 suelen acabar trabajando”, explica Koldo.  

parte 2b socorrista trabajo temporal

“Para que el trabajo sea más dinámico, los socorristas van pasando por diferentes puestos. Hacen un rato prevención, otro sensibilización, advertencias a los usuarios, curas… van rotando por cada uno de los puestos para evitar la monotonía”, añade. En el caso de Bizkaia, el trabajo dura cuatro meses, pero muchos de los y las profesionales que cada año vigilan las playas llevan años haciéndolo y combinan este trabajo con otros de temporada. “Hay socorristas que tienen 20 años de experiencia”, cuenta Koldo. En cuanto al perfil que trabaja de socorrista, “destacan los deportistas, personas que se dedican a deportes en el agua y también estudiantes que están acabando sus carreras o sus oposiciones para bombero o policía, por ejemplo”.

parte 3 socorrista trabajo temporal

Baleares: “No todo el mundo sirve para ser socorrista”

Aunque suelen coincidir, cada comunidad autónoma regula la formación y la titulación que debe tener el socorrista. No es la misma en el País Vasco que en las Islas Baleares. En esta comunidad, Cruz Roja imparte dos tipos de cursos: de socorrista acuático; y el de socorrista de piscinas, enmarcado dentro de la legislación autonómica para dar cobertura a las piscinas de establecimientos públicos. Esta formación es mucho más corta, tiene unas 20 horas de duración y el curso está muy concentrado en aspectos básicos tanto de primeros auxilios como de salvamento acuático. El de socorrista acuático es un curso de 100 horas, con 60 horas de primeros auxilios, desfibrilación y otras 40 horas de salvamento acuático. Estos cursos se realizan antes de que se inicie la temporada de verano o una vez haya terminado. 

“Además de los requisitos básicos –ser mayor de edad y estar en posesión del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria–, para ser socorrista acuático se exigen unos condicionantes físicos que son, básicamente, saber nadar y bucear con cierta holgura, y que son más laxos en el caso del socorrista de piscinas. Mientras en el caso de salvamento acuático se pide que se nade 200 metros, en piscina son 50, también la prueba de buceo se reduce en las piscinas”, cuenta Gabriel Ferrer, coordinador de los cursos de formación de socorristas acuáticos de Cruz Roja en Baleares y profesor de los cursos. 

Respecto a las personas que se inscriben en los cursos para poder trabajar como socorrista acuático, los perfiles coinciden con los de Bizkaia–estudiantes y opositores–, pero Gabriel apunta un tercer grupo, “personas que vienen de otros países y necesitan o bien convalidar la formación que tienen o quieren sacarse la titulación de Cruz Roja para poder trabajar de socorrista en otros países, sobre todo de Latinoamérica: Argentina, uruguay, Brasil…”. Son personas que ya suelen tener experiencia. Habitualmente estos cursos los suelen realizar más hombres que mujeres, aunque la tendencia está cambiando. “Yo he impartido cursos donde la mayoría eran mujeres”, subraya Gabriel.  

Ante la pregunta de si cualquier persona puede ser socorrista, Gabriel Ferrer es categórico. “No cualquier persona puede ser socorrista. Hay un condicionante físico muy importante y un condicionamiento psicológico. Puede parecer que no es un trabajo duro, pero si tú cumples con todo lo que conlleva el trabajo, es duro. No hablo solo de salvamento. Afortunadamente, los salvamentos son los menos, pero la parte de prevención y vigilancia, estar constantemente alerta de la seguridad de los usuarios y de las instalaciones acuáticas es agotador y psicológicamente es duro. No es sencillo. No todo el mundo sirve para socorrista”. Ferrer también destaca otro aspecto que se suele pasar por alto, pero que es también importante para el desempeño del trabajo. “No hay que olvidarse del trato con las personas, una de las funciones del socorrista es comunicarse con las personas y es importante esa sociabilidad para el socorrista. Yo he conocido grandes nadadores que han sido muy malos socorristas”, concluye. 

parte 4 socorrista trabajo temporal

El equipo de socorrismo de Chiclana, una gran familia

En la playa de Chiclana (Cádiz), el pasado 28 de febrero, coincidiendo con el día de Andalucía, arrancó la temporada con el consiguiente incremento en el número de socorristas y de los recursos necesarios para el Servicio de Socorrismo que en este municipio gestiona Cruz Roja. Jaime García Martí es socorrista y patrón de embarcaciones. Trabaja en Cruz Roja en Chiclana desde hace tres años y es también formador de los cursos de salvamento, además de técnico en emergencias. Muchos de los y las socorristas que este verano vigilarán las playas de esta localidad gaditana han finalizado alguno de los cursos de socorrista acuático que imparte Cruz Roja en Andalucía con una duración de 200 horas. “Que hayan realizado el curso con Cruz Roja, de cara a las pruebas que se convocan para cubrir las plazas, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Sabes que la formación que han recibido es buena, los conoces y sabes lo bueno, pero también lo no tan bueno de cada uno”, explica Jaime. 

A las pruebas, que también organiza Cruz Roja, se presentan candidatos de toda España. En el caso de Chiclana, se pide que corran 400 metros y naden 800. Al salir del agua, deben enfrentarse a un caso práctico, y por último deben pasar una entrevista personal. Para Jaime, además de las cualidades físicas, lo más importante es tener ganas y que te guste el trabajo. “Algo que yo destacaría de este trabajo es el equipo humano. Aquí somos una piña. Hay mucha relación entre compañeros y compañeras y el servicio que se da es muy bueno”, añade.  

Los dispositivos de Socorrismo cuentan, cada vez más, con medios técnicos que ayudan tanto a la vigilancia como al rescate.  El verano de 2021 se presentó en Valencia el CRAS (Control Remoto Acuático de Salvamento), un dispositivo con forma de flotador que puede controlarse de forma remota para dirigirse hacia la víctima en solitario o transportando al o la socorrista a una velocidad de unos 10 km/h y tiene la capacidad de remolcar hasta 250 kg. También en Chiclana, el pasado verano se incorporó un dron para mejorar la tarea de vigilancia en la playa de La Barrosa que posibilita que el trabajo del socorrista sea más rápido y eficaz.

¿Cree Jaime que la figura del socorrista está reconocida? “Debería estar más reconocida. Un socorrista es mucho más que lo que se ve. Gracias a los socorristas se evitan muchos accidentes, no solo en el agua, también en la playa debido al sol”, afirma. 

Mari Carmen Fornell es socorrista desde hace cinco años. Antes nunca se había planteado ejercer esta profesión. La suya es una historia curiosa. Después de terminar un grado superior en Administración y trabajar en un hotel, Mari Carmen se quedó en el paro. Conocía Cruz Roja porque era voluntaria e hizo uno de los cursos para trabajar como limpiadora. Le llamaron para trabajar limpiando la playa y empezó a tener contacto con el servicio de socorrismo. “Algunos compañeros me animaron a que hiciese el curso de socorrista, pero yo no había hecho nunca deporte ni me venía preparada. Con lo que gané limpiando, me apunté al curso. Eso fue en 2018 y desde entonces he trabajo de socorrista en las playas de verano todas las temporadas altas y medias”, explica. 

Mari Carmen se apuntó al gimnasio para prepararse. Reconoce que las pruebas fueron duras, “pero soy muy tozuda y me empeñé en que tenía que conseguirlo”. Como Jaime, del trabajo destaca el buen ambiente que hay en el equipo y todo lo que se aprende. “Es un ambiente muy sano, aprendes cosas esenciales. Aprendes salud”, afirma.  Esta gaditana de 30 años señala, además, que una de las labores que realiza dentro del trabajo de socorrista le ha cambiado la vida. Mari Carmen siempre se ha sentido interesada en trabajar con personas vulnerables –está estudiando trabajo social a distancia– y empezó a desarrollar la labor de socorrista en la zona de baño asistido.  “Allí he conocido a gente maravillosa. He llorado de alegría y también me he reído muchísimo. De estas personas he aprendido mucho, sobre todo la fuerza de voluntad. La relación es tan fuerte que con muchas de ellas sigo manteniendo el contacto después del trabajo. Yo disfruto mucho con los usuarios del baño adaptado y he recibido mucho más de lo que yo les doy. Tanto que alguna vez que no tenía que trabajar y no había nadie para que pudieran bañarse, he ido como voluntaria”, explica emocionada. 

Aunque la labor de salvamento es la más llamativa, los socorristas realizan muchas otras funciones.  Una de las más habituales es atender a niños y niñas que se pierden en las playas. “Es muy importante empatizar tanto con los pequeños como con los padres y madres”, apunta. Respecto a la formación y a los conocimientos que adquieren, Mari Carmen destaca la formación continua que ofrece Cruz Roja. “Todos los meses tenemos prácticas, simulacros… hay formación constante, te ponen ante muchas situaciones para que luego sepas desenvolverte. Si esto te gusta, no paras de formarte”, añade.  El curso de socorrista acuático tiene que renovarse cada dos años, así que el año que viene Mari Carmen deberá volver a pasar las pruebas que ya pasó en su momento. De esta forma, se garantiza que los y las socorristas estén en forma y tengan todos los conocimientos necesarios para desempeñar su función. A Mari Carmen le encanta su trabajo: “me tiene enamorada”, añade. 

Cruz Roja estuvo presente el pasado verano en más de 230 playas (del litoral y de aguas continentales) gracias al despliegue de más de unos 2.000 profesionales del salvamento, entre socorristas acuáticos, personal sanitario, conductores, patrones, etc. Mari Carmen es una de estas profesionales. Como ella, miles de socorristas se preparan a conciencia estos meses para que los demás podamos disfrutar de un día en la playa.

Cifras que cuentan

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