La soledad no deseada es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la sociedad actual. Esta soledad, una soledad que “duele”, está provocada por la falta de relación con otras personas y la falta de vinculación con el entorno comunitario. Nunca es una situación buscada y va más allá de la falta de compañía: una persona puede sentirse sola a pesar de vivir rodeada de gente. La soledad puede llegar en cualquier momento y no tiene ni edad ni género.

Sus causas, además, son muchas y complejas. Tal vez el desencadenante de la soledad sea una ruptura, la pérdida de un ser querido, un despido laboral o la jubilación. Pero no es lo único que puede producir este desagradable sentimiento. La soledad no deseada puede aparecer tras un cambio de residencia o de centro escolar, o ante la brusca irrupción de una enfermedad… Es posible que, incluso, ni siquiera responda a una causa específica o concreta y sea únicamente una consecuencia del paso del tiempo. Pero, aun así, es una soledad dolorosa para quienes la sienten que puede generar situaciones de exclusión social, por eso, Cruz Roja hace todo lo que está en su mano para aliviar ese sufrimiento. 

Plantando cara a la soledad

Hacer frente a esa soledad no deseada es uno de los ejes de las actuaciones que lleva a cabo en Cruz Roja. Y lo hace estando cerca de las personas que se sienten solas, a través de diferentes respuestas y actividades como la atención telefónica que busca acompañar a las personas que se sienten solas, y también de manera presencial, apostando por la compañía y la cercanía como herramientas clave para ofrecer un servicio personalizado y confidencial que pueda reducir el sentimiento de soledad y promover la activación personal y social de las personas en su entorno cercano. La organización conjuga el verbo “escuchar” en todas sus vertientes, y está al lado de las personas que lo necesitan cuando lo necesitan.

En paralelo, entender que estas personas forman parte de nuestras comunidades, corresponsabilizarnos de la situación como personas que nos encontramos cerca de ellas y contribuir a fortalecer sus redes de apoyo, influye en cómo, como sociedad, afrontamos los cuidados y apoyos que precisan para poder hacerle frente, de acuerdo a sus circunstancias individuales y a las del lugar en el que viven.

Mantener vínculos fuertes con otras personas de nuestro entorno protege frente a la soledad no deseada y permite a las personas afrontar el sentimiento de soledad. Pero en ocasiones, existen dificultades que llevan al aislamiento de las personas; es, en estos casos, cuando son especialmente útiles las herramientas tecnológicas, como los asistentes de voz, que permiten seguir en conexión cuando presencialmente no es posible hacerlo. Por ello, romper la brecha digital es uno de los principales objetivos de Cruz Roja. Y todo ello lo hace con una convicción: evitar la soledad es una cuestión colectiva, donde todo el mundo puede aportar, y donde la comunidad se puede implicar fortaleciendo vínculos y generando un tejido social donde todas y todos tengamos un lugar.

Mantener vínculos fuertes con otras personas de nuestro entorno protege frente a la soledad no deseada 

Cruz Roja quiere lanzar el mensaje de que es posible hacer frente a esta soledad no deseada. Una respuesta que es posible gracias al apoyo de administraciones, empresas y entidades colaboradoras como la Fundación Amancio Ortega para facilitar el acceso a los asistentes de voz para personas que se sienten solas o la campaña 'Ternura Contra la Soledad' promovida por Milka y Cruz Roja, entre muchas otras iniciativas.

Contra la soledad no deseada hay mucho que podemos hacer.