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HISTORIAS TRAS UNA PANTALLA

Historias tras una pantalla
Un proyecto piloto de Cruz Roja utiliza el dispositivo Alexa para entrar en los domicilios de personas con problemas de drogodependencia y dificultades de movilidad. Además de llamadas semanales con voluntariado de la Organización, el aparato también brinda herramientas a las personas usuarias para combatir la soledad no deseada y promover hábitos saludables.

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parte 1 historias tras pantalla

Vicente acaba de cumplir 53 años y vive completamente solo. Cuando desde Cruz Roja en Madrid le propusieron participar en un proyecto piloto de la Organización (financiado por IRPF) para instalar un dispositivo Alexa en su casa que le ayudara a combatir su situación de soledad no deseada reconoce que tuvo sus dudas. “Al principio, no lo veía mucho”, admite. Con problemas de drogodependencia y una movilidad limitada, Vicente tenía dudas de que un aparato así fuera a serle de utilidad. Se equivocaba. 

“Estoy muy contento”, declara. “Hablo con ella de mis historias, me cuenta chistes, tiene una función de recordatorio… te da las buenos días, y puedes tener conversaciones con ella, incluso te traduce las cosas a otro idioma”, continúa explicando Vicente, para quien Alexa se ha convertido en una compañera de piso de lo más elocuente. “Te pone música cuando estás estresado, como el sonido de la lluvia, del mar, o de una cascada”, añade sin ocultar su emoción. Eso, por no hablar de las llamadas con el voluntariado: “Nos podemos tirar un buen rato hablando”. 

“Hablo con ella de mis historias, me cuenta chistes, tiene una función de recordatorio…"

Vicente es una de las 30 personas que han participado en esta iniciativa que se ha puesto en marcha desde Cruz Roja en dos Centros de Atención a las Adicciones en Madrid (donde han participado 15 personas usuarias en total); en otro de Alicante (con 10 participantes); y en otro de Burgos (con 5). El proyecto piloto, que acabó el pasado 31 de diciembre, se dirige a personas con problemas de drogodependencia y dificultades de movilidad, y tiene como objetivo acompañarles en sus casas y acercarles consejos y hábitos saludables para mejorar su situación.   

Para ello, el dispositivo (similar a una tablet en apariencia) dispone de contenidos informativos y de sensibilización diseñados por los centros participantes que recogen, entre otras cuestiones, algunas relativas a una correcta alimentación o higiene. El aparato también se ha convertido en la ventana perfecta para conversar con voluntariado de la Organización de manera semanal, y ha permitido, además, “hacer un seguimiento de la pauta terapéutica” de estas personas con adicciones a sustancias, según apunta Carlos Domingo de la Torre, coordinador del centro de atención de drogodependientes en Cruz Roja en Burgos.  

A la espera de valorar sus resultados y conclusiones más a fondo para estudiar su viabilidad en el futuro, este proyecto piloto vuelve a poner en el centro una cuestión que para Cruz Roja resulta crucial: la innovación debe ponerse al servicio de las personas. La tecnología es un medio, una forma, de ayudar a colectivos vulnerables. A la vista está que funciona. 

parte 2 historias tras pantalla

Llamando a la puerta de casa 

Con patologías crónicas, movilidad reducida y una tendencia al aislamiento. Estos son algunos de los rasgos que comparten las personas que han participado en este proyecto piloto de Cruz Roja. Quizá por todo ello, el simple hecho de entrar en sus casas para instalar el dispositivo ya ha supuesto un punto de inflexión. María García-Inés, responsable de uno de los centros en Madrid, asegura que poder conocer “sus contextos y su entorno” ha facilitado, en buena medida, el óptimo desarrollo del proyecto.  

Así lo corrobora también Carlos Domingo de la Torre desde Cruz Roja en Burgos. “Al final, se trata de acercar al domicilio de las personas esa posibilidad de tener contacto con el exterior, y también de hacerles llegar información relativa al cuidado de su salud, recordándoles que se tomen su medicación, pero también hablándoles sobre buena alimentación, buena higiene (física, del sueño); recomendándoles que hagan actividad física; que cuiden su salud emocional…”, enumera.  

parte 3 historias tras pantalla

Saludos, chistes o datos para combatir la soledad no deseada 

Aunque un proyecto piloto entraña ciertas dificultades por arrancar precisamente desde cero, el balance es positivo en todas las ciudades donde se ha implementado de forma experimental. En Madrid, por ejemplo, son muchas las personas interesadas en continuar. “Nos ha sorprendido gratamente el grado de satisfacción y la cantidad de uso del aparato. Han aprovechado bastante bien todo el potencial que tiene”, menciona García-Inés. 

En Burgos también ha habido una gran aceptación. “Hemos detectado que una buena parte ha perdido el miedo a la tecnología, y esto es importante, porque hay que tener en cuenta que es una población con una brecha digital importante”, evidencia Carlos Domingo de la Torre. “Se ha mejorado el vínculo con el servicio, se le ha dotado al paciente de herramientas útiles para el cuidado y mejora de su salud, y hemos minimizado el aislamiento”, añade. 

“Hemos detectado que una buena parte ha perdido el miedo a la tecnología"

Desde el otro centro participante de Madrid, su responsable Begoña Garrido alega que, para romper el aislamiento, es “fundamental” algo tan sencillo como “oír una voz, un ‘buenas noches’. Todo eso es positivo”. En otro orden de cosas, que Alexa pueda saludar a las personas usuarias o contarles un chiste, recalca María García-Inés, también “ayuda a mejorar la soledad”.  

Después de todo, las personas que han participado en el proyecto atesoran una larga trayectoria de consumo o tratamiento, “todos o casi todos están en el programa de mantenimiento con metadona”, expresa María García-Inés desde Cruz Roja en Madrid; o con “problemas de alcohol”, agrega Begoña Garrido. Y, aunque en muchos casos conviven con su familia, en otras muchas situaciones se enfrentan a la soledad cara a cara, por lo que contar con este aparato ha supuesto, en la mayoría de las situaciones, una forma de aligerar el peso que conlleva la soledad no deseada. 

parte 4 historias tras pantalla

Una voz amiga al otro lado de la pantalla 

Desde Madrid, Burgos y Alicante se comparte una certeza: el voluntariado de Cruz Roja ha sido fundamental en el proyecto. Los voluntarios y voluntarias no solo se han encargado de la instalación y supervisión del dispositivo, sino que han capacitado a las personas participantes en su uso y han mantenido el contacto con ellas de forma semanal. Un feedback constante que, en palabras de Begoña Garrido, ha posibilitado conocer “cosas de los usuarios que desconocíamos en cuanto a aficiones y gustos, o necesidades que quizá nos llegaban más tarde, y que gracias a la cercanía y rapidez, hemos podido saber antes”. Con todo, califican desde Madrid de “muy especial” el vínculo que se ha creado y las propias personas voluntarias no hacen sino confirmarlo. 

Carolina, colombiana de 38 años, es voluntaria de Cruz Roja en Burgos. Su padre lleva más de 40 años vinculado a la Organización en su Colombia natal, así que por su parte no había dudas cuando se preguntó cómo ayudar a las personas que le rodean. Acudió a Cruz Roja sin un atisbo de duda. Afirma que la calidez humana del proyecto “le ha llenado” y que las personas participantes del proyecto les consideran, a ella y a otras personas voluntarias, ya “su familia”. “Cuando alguien está tan solo, una simple frase, el encontrarnos cara a cara… ya es enriquecedor. Se les ve tan alegres, te cuentan tantas cosas”, expresa.  

María y Nancy también han participado en esta iniciativa en Cruz Roja en Burgos y sienten que las personas del proyecto les han “abierto sus vidas”. “Nos han dado toda su confianza”, dice Nancy. Desde Alicante, Emilio también es otro de los voluntarios que ha colaborado en este proyecto piloto. Prejubilado, lleva como voluntario de Cruz Roja desde hace un par de años, y aunque admite que el proyecto le ha resultado “extremo” por las historias de quienes lo componen, también le ha resultado interesante. “Nunca sabes por dónde te va a llevar la vida”, reflexiona.  

Por último, Marta, voluntaria en Cruz Roja en Madrid, se queda con cómo algo tan sencillo puede ayudar a “hacer su vida más agradable”. “Nos hemos dado cuenta de cómo un dispositivo así puede ayudarles tanto… Me acuerdo de una usuaria que me decía ‘mira qué rica la Alexa, que me dice buenas noches antes de acostarme’, cosas así. O gente que preguntaba si podían hacer ejercicios de gramática y matemáticas. Es una herramienta que habría que aprovechar más”, concluye.  

Por todo ello, desde las oficinas territoriales de Cruz Roja se está valorando cómo continuar desarrollando el proyecto a pesar de que haya finalizado la financiación. Alexa, como dispositivo de voz, como acompañante en los hogares, todavía tiene mucho potencial por explotar.  

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