Analizar la actuación para poder evaluar qué respuestas han sido más adecuadas y mejorar de esta forma la intervención. Ese es el objetivo que persigue el segundo informe sobre el impacto de la COVID-19 en la población atendida por Cruz Roja mediante su Plan RESPONDE. Un estudio que permite reflexionar sobre los dos últimos años de pandemia, y que se hace público en un momento marcado por la crisis en Ucrania, como ha recordado Toni Bruel, coordinador general de Cruz Roja, durante la presentación del informe. 

El compromiso del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna ha sido más que evidente durante los dos años de pandemia (de la misma forma que, ahora, lo está siendo ante el conflicto en Ucrania). Así lo ha puesto también en relieve Toni Bruel antes de ahondar en cómo el informe ha permitido estudiar las estrategias e intervenciones aplicadas por Cruz Roja y atender su evolución para dar una respuesta cada vez más eficiente. Con todo, el Plan Cruz Roja RESPONDE ha permitido alcanzar a más de 5 millones de personas y ha supuesto una movilización de 76.000 voluntarios y voluntarias en estos dos años. Un salto “exponencial” que ha sido posible gracias a las administraciones públicas, las empresas, y el esfuerzo ciudadano. 

Dos años de pandemia, dos años del Plan Cruz Roja RESPONDE 

Para llevar a cabo el estudio que analiza el impacto de la COVID-19 en la población atendida por Cruz Roja se han entrevistado a 1.500 personas usuarias del Plan RESPONDE durante el año 2021. De estas personas, un 64,9% son mujeres, y la media de edad ronda los 55 años.  

La principal diferencia con el informe anterior es que se han producido dos cambios en el perfil de personas usuarias del Plan Cruz Roja RESPONDE. Por un lado, se ha rejuvenecido la población usuaria (han disminuido las personas mayores de 65 años, y han aumentado las personas jóvenes de entre 18 y 30 años); y, por otro, se ha incrementado la llegada de personas nuevas.  

La pobreza energética, por otro lado, también ha aparecido como uno de los asuntos sobre la mesa. Es una complicación, de hecho, para un 34,3% de las personas encuestadas. Un 46%, por otro lado, ha reconocido tener dificultades en el pago de la vivienda y suministros. En el informe también se ha manifestado la existencia de una “economía sumergida de la vivienda” (alquiler de habitaciones en pisos compartidos, ocupación, vivienda prestada, o subarriendos) y reagrupaciones familiares en una misma vivienda como resultado de estos dos años de pandemia.  

El 47,6% de los hogares atendidos por Cruz Roja en su plan RESPONDE se encuentra en pobreza extrema

Todo ello ha provocado espeluznantes cifras: el 47,6% de los hogares atendidos por Cruz Roja en su plan RESPONDE se encuentra en pobreza extrema; el 76,5% en pobreza relativa (frente al 21% de la población general); el 32,1% en carencia material severa (frente al 7% de la población general); y el 11,2% en baja intensidad de empleo (frente al 9,9% de la población general). 

Estrella Rodríguez, directora de Estudios e Innovación Social de Cruz Roja, ha presentado los próximos caminos a recorrer no sin antes advertir sobre la “lenta y dificultosa” recuperación de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. “El incremento alimentario y energético les está costando”, ha señalado.  

Pero, clavando ya los ojos en el horizonte de futuro, el apoyo psicológico y psicosocial y la formación en competencias digitales (ya no solo en ámbitos como el empleo, sino también para relacionarse con las administraciones o los bancos) serán claves para la Organización. Por otro lado, y pese al cansancio y la fatiga de buena parte de los equipos y recursos humanos (tanto laborales, como voluntarios), Rodríguez ha resaltado que las personas que componen Cruz Roja han mostrado su satisfacción y orgullo por haber podido responder y reconducir los servicios habituales teniendo en cuenta las demandas de cada colectivo.  

Los retos en materia de inclusión social 

La brecha digital es un tema que preocupa especialmente a Cruz Roja. Un 48,3% de personas encuestadas en el informe no tiene Internet, y el 53,7% carece de ordenador. A ello se suman la falta de competencias digitales, especialmente en personas mayores y jóvenes con baja formación. Se aprecia, además, una brecha educativa que afecta a más del 30% de niñas y niños que tienen problemas para seguir clases online debido a la carencia de equipos, la falta de conexión o la falta de competencias digitales de las personas adultas.  

En este sentido, Olga Díaz, subdirectora del área de conocimiento de Inclusión Social, ha advertido que desde Cruz Roja se ha trabajado para ayudar a que las personas vulnerables adquieran competencias digitales; algo que ha incluido desde conocer qué es un navegador, poder mandar un correo electrónico, o saber cómo solicitar una prestación. “Tenemos guías y vídeos a las que pueden acceder las personas usuarias para reforzar estas competencias”, ha indicado. El préstamo de tablets, más allá de la posibilidad de usar dichos recursos en la sede de Cruz Roja, también ha sido clave en este sentido.  

"No solo hay que trabajar con la persona, sino con todos los actores externos próximos a la persona"

Por otro lado, no se podrían entender estos dos años de pandemia sin la soledad no deseada, que “no afecta solo a personas mayores o a las que no tienen redes sociales, sino a cualquier persona”, ha expuesto Díaz. Durante la pandemia se han articulado todos los canales, presenciales o telemáticos, para acompañar a personas y ayudarles a mantener sus redes de contactos. De esa actuación, además, se ha derivado un reto: el enfoque comunitario. “No solo hay que trabajar con la persona, sino con todos los actores externos próximos a la persona, como mayores, vecindad, personas cuidadoras, familiares, los establecimientos cercanos que frecuentan… para identificar, primero, por qué se sienten solas (necesitamos aliarnos con esas personas) y para hacerlas también partícipes de esa intervención diaria”, ha puntualizado. 

El servicio multicanal Cruz Roja Te Acompaña que se pondrá en marcha las próximas semanas ayudará a dar respuestas y atender, escuchar y acompañar a esas personas que se encuentran en esta situación. Otro objetivo es la incorporación de las nuevas tecnologías. “Ya lo hemos hecho con Alexa, a través de una skill, y desarrollando actividades para personas usuarias, por ejemplo, personas mayores que a través del dispositivo puedan hacer ejercicio físico desde casa y tener hábitos más saludables”, ha mencionado la subdirectora del área de conocimiento de Inclusión Social. 

Los retos en materia de empleo 

De las personas encuestadas en el informe, un 44, 7% se encuentra actualmente desempleada (la mitad perdió su trabajo durante la pandemia, y la otra mitad ya estaba desempleada en aquel momento). La precariedad económica que lleva a aceptar cualquier tipo de relación laboral (fraudulenta, sumergida, temporal, en condiciones de abuso…) es, por desgracia, otra realidad tangible. A ello se suma que un tercio de las personas encuestadas trabajan a tiempo parcial, siendo lo más común que en esta jornada se encuentren más mujeres que hombres (40,8% frente al 21%). 

“Tal y como evidencia el estudio, jóvenes y mujeres han sido dos de los grupos especialmente afectados. ¿Por qué? Porque la pandemia ha impactado en un descenso de empleos, ya sea porque muchas personas se han quedado sin ellos, o porque las personas que querían una primera oportunidad laboral no han podido tenerla, especialmente en sectores como el comercio al por menor o en hostelería”, ha expresado Maika Sánchez, directora del área de conocimiento de Empleo de Cruz Roja. “En 2019, el 43% de jóvenes se estaban insertando precisamente en esos sectores”, ha reflexionado. 

"Los empleos ya no están pidiendo lo mismo"

La pérdida de espacios derivados de la pandemia también ha influido negativamente en las soft skills (habilidades blandas), cruciales en estos momentos para las empresas. “El no poder interactuar, no poder practicar estas habilidades… ha generado un desánimo y un desconcierto que hemos intentado contrarrestar creando espacios donde puedan seguir viéndose; o entendiendo qué se está demandando en el mercado en estos momentos. Porque no: los empleos ya no están pidiendo lo mismo”, ha sostenido Sánchez. 

El servicio multicanal de orientación laboral de Cruz Roja ha triplicado así sus consultas este último año, con más de 3 millones de conexiones que han facilitado conocer dónde están esos nuevos empleos y cómo la transformación digital y ecológica es fundamental en este sentido. Por otro lado, Maika Sánchez también ha recalcado el aprendizaje de Cruz Roja en cómo se ha pasado a virtualizar muchas de las respuestas y servicios que antes únicamente se producían de forma presencial.  

Los retos en materia de salud 

En cuanto al impacto del COVID-19 en los hogares, en más del 25% ha habido contagios. Las mujeres, de nuevo, han estado más afectadas por la enfermedad y también presentan, en líneas generales, peor salud que los hombres. Por otro lado, un 17% de las personas encuestadas manifiesta fatiga pandémica.  

En cuanto a las consecuencias psicológicas y emocionales derivadas de estos dos años de pandemia se definen como “muy graves” en el informe. Así, 4 de cada 10 personas se enfrentan a algún problema de modo continuo (un 26,5% expresa preocupación; un 19,1% tiene dificultades para dormir; y un 16,4% sufre depresión; todas ellas manifestaciones que reconoce la propia Organización Mundial de la Salud). En especial, hay tres colectivos especialmente afectados por esta situación: la juventud (por la incertidumbre ante el futuro y la falta de oportunidades); las personas adultas (por la preocupación por sustentar el hogar); y los mayores (por la soledad y el aislamiento que conlleva la pandemia). 

“La pandemia de la COVID-19 ha puesto el foco en la importancia de la salud mental y emocional”

“La pandemia de la COVID-19 ha puesto el foco en la importancia de la salud mental y emocional”, ha corroborado Fátima Cabello, subdirectora del área de conocimiento de Salud de Cruz Roja. “Muchas personas se han enfrentado a la enfermedad en sí mismas, en familiares; incluso al fallecimiento, sin hablar de las repercusiones sobre la salud física indirectas que también ha provocado la pandemia”, ha expresado. Precisamente, para prestar toda la ayuda posible se puso en marcha en abril de 2020 el servicio Cruz Roja Te Escucha, centrado en el apoyo emocional. Hasta el momento, se han recibido más de 10.000 llamadas, de las cuales un 64% han sido efectuadas por mujeres, y un 50% ha estado relacionado con colectivos vulnerables.  

Ante la fatiga pandémica, común en muchas personas que están cansadas por lo que ha provocado la COVID-19, hay muchas reacciones y comportamientos, pero Fátima Cabello ha asegurado que la tarea más importante de Cruz Roja al respecto es informar y acompañar, así como sensibilizar y aportar herramientas para gestionar de la mejor forma posible la situación.  

Por último, Toni Bruel ha apuntado que “la pandemia no ha terminado”. “Tenemos que seguir vigilantes y ver cuáles son sus consecuencias a largo plazo”, ha estimado. La crisis en Ucrania también hace que haya que estudiar “cómo se interrelacionan estos contextos”. “Hay que buscar la mejor respuesta buscando la máxima integralidad, colaboración y coordinación con otros actores para sumar esfuerzos y mejorar la vida de las personas”, ha recalcado. 

Puedes descargar el informe sobre el impacto de la COVID-19 en la población atendida por Cruz Roja mediante su Plan RESPONDE II en este enlace.