Resiliencia comunitaria para afrontar el cambio climático - Ahora
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- Cruz Roja y Zurich Seguros presentan las primeras conclusiones de ‘Resiliencia comunitaria ante riesgos climatológicos’, un proyecto pionero en nuestro país que busca compensar y reforzar las capacidades personales, comunitarias e institucionales con el objetivo de adaptarnos mejor a las cada vez más frecuentes olas de calor e inundaciones.
El cambio climático es, cada vez más, un asunto acuciante, una preocupación que traspasa cualquier tipo de frontera; y los datos no hacen sino respaldar esta situación. Desde 1970 ha aumentado el promedio anual de desastres desencadenados por amenazas naturales a nivel mundial, según señala el Informe Mundial de Desastres de la FICR del año 2022. La mayor parte de los desastres registrados, además, son de origen climático. Ningún país y ninguna comunidad queda a salvo de los efectos de un contexto que presenta muchos retos por delante.
Son solo algunas de las razones que han hecho que Cruz Roja Española y Zurich Seguros, junto con la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la Z Zurich Foundation, unan fuerzas para reforzar la resiliencia de la población ante eventos de carácter climatológico. El objetivo principal es mejorar la preparación y actuación frente a desastres como los que provocan las olas de calor e inundaciones, así como minimizar las consecuencias que pueden producir. Los primeros resultados de este proyecto, ‘Resiliencia comunitaria ante riesgos climatológicos’, se han hecho públicos esta semana y arrojan interesantes reflexiones al respecto.
La ciudadanía demanda más inversión, información, formación y recursos
El Medidor de Resiliencia Climática para Comunidades de la Z Zurich Foundation, una herramienta que utilizan ambas entidades en países donde llevan a cabo proyectos de este tipo, ha sido el método escogido para recabar datos. Para ello, se han realizado preguntas a vecinos y vecinas de los barrios de San Cristóbal y Vistalegre, en Madrid, y de Marxalenes, Ciudad Jardín, Amistat, Ayora y La Punta, en Valencia. Gracias a la información obtenida, el proyecto ya ha detectado fortalezas y carencias que servirán para crear comunidades más preparadas para afrontar emergencias climáticas.
Por ejemplo, si una vivienda sufriera una inundación a causa de las lluvias torrenciales, ¿sabríamos qué coger antes de salir de casa? ¿Tenemos preparada una lista de cosas imprescindibles a llevar, como los medicamentos o el cargador del móvil? En definitiva, ¿estamos, ciudadanía y administración, en disposición de afrontar de forma solvente una catástrofe climática?Entre las principales conclusiones, destacan las siguientes:
- Los hogares no tienen salud financiera. Por norma general, estos no disponen de ahorros que les permitan afrontar imprevistos como los que puede provocar una emergencia de este tipo. En este sentido, hay que resaltar que un alto porcentaje de los hogares están por debajo del umbral nacional de pobreza y/o por debajo de la media del ingreso nacional.
- Un alto porcentaje de hogares sufre pobreza energética. Muchas personas no disponen de acceso a servicios energéticos esenciales, como son un sistema de refrigeración, calefacción, iluminación o agua.
- Hace falta más información sobre los recursos disponibles. A raíz de las respuestas obtenidas, se puede concluir que existe un gran desconocimiento de los recursos existentes para gestionar desastres, como por ejemplo, los mapas de riesgos, los presupuestos de recuperación para inundaciones o el Plan de Acción contra las Olas de Calor. También existe un desconocimiento sobre cómo prepararse ante inundaciones: cómo tratar del agua contaminada, cómo realizar una evacuación segura, o cómo preparar el hogar ante esta situación, por ejemplo. La población tampoco posee conocimientos teóricos ni prácticos sobre los mensajes de alerta temprana o cómo actuar bajo ese marco y la brecha digital, además, impide que algunos grupos vulnerables accedan a sistemas de predicción.
- La población quiere participar más y mejor en la toma de decisiones. La ciudadanía desconoce, a grandes rasgos, cómo participar o influir en las decisiones relativas a temas tan importantes como la gestión de riesgos o la inclusión social de todos los grupos, incluida la identificación y priorización de problemas y soluciones. En este sentido, expresan que:
· es necesario velar por el mejor interés de toda la comunidad.
· hay que respaldar más al personal de respuesta ante los desastres.
· hacen falta más infraestructuras y suministros (refugios de enfriamiento para la población, distribución de equipos de aires acondicionados y ventilados, mejorar las instalaciones educativas) así como un mayor presupuesto para mantener las infraestructuras públicas (que se poden los árboles con la frecuencia idónea, que se realice un correcto y frecuente mantenimiento a las fuentes o al alcantarillado…).
Con todo, las respuestas también apuntan hacia la necesidad de mejorar la percepción de la seguridad, el bienestar y su protección y la de la comunidad, así como a reforzar el apoyo mutuo entre la propia comunidad, algo que para la población todavía falta. Vecinos y vecinas reconocen, a su vez, que dentro de la comunidad hay diferencias y que no existe equidad entre diferentes barrios.
“Para paliar este tipo de situaciones estamos trabajando en diferentes ámbitos. Por ejemplo, nos hemos propuesto actuar a corto plazo en la línea de la educación financiera, con la realización de talleres de gestión económica en el hogar, en los que los participantes aprendan a manejar sus finanzas personales de manera efectiva”, explica Iñigo Vila, responsable de Socorros y Emergencias de Cruz Roja Española.
"También vamos a realizar actuaciones en la línea de la educación y concienciación"
“También vamos a realizar actuaciones en la línea de la educación y concienciación, mediante talleres de ahorro energético y campañas de sensibilización para mejorar la eficiencia energética con la adecuación de los hogares y la asistencia financiera con la revisión de facturas energéticas. Proponemos, además, la realización de mapeos de recursos climáticos; dar a conocer los sistemas de alerta temprana y cómo actuar ante la alerta; realizar capacitaciones y formaciones dirigidas a la población sobre preparación, planificación y actuación ante una emergencia; la distribución de un kit de primera respuesta (mochila portadocumentos, botella de agua, crema solar, repelente, abanico, etc.) para afrontar situaciones de emergencia como olas de calor e inundaciones, etc.”, agrega.
Una colaboración global con un propósito universal
El proyecto ‘Resiliencia comunitaria ante riesgos climatológicos’ se enmarca dentro de una línea de trabajo a nivel mundial. Urban Climate Resilience Program, además de en Madrid y Valencia, se desarrolla en ciudades de Australia, Malasia, Italia, Turquía y Reino Unido, entre otras. En todas ellas se estudian los entornos urbanos bajo el mismo enfoque de medición de resiliencia comunitaria ante eventos climatólogos para evaluar fortalezas y debilidades que permitan desarrollar actividades concretas que impulsen y mejoren sus capacidades.
“Este proyecto pionero em España nos permitirá adaptarnos mejor a las cada vez más frecuentes inundaciones u olas de calor, y que su impacto negativo sea cada vez menor entre la población”, afirma Vicente Cancio, CEO Grupo Zurich en España. “Todos somos, en una u otra medida, vulnerables ante eventos extremos y, frente a ello, existe una patente necesidad de integrar la preparación ante emergencias en nuestra normalidad presente y futura. Claramente, es urgente (entre otras medidas) mejorar la comprensión que tenemos sobre cómo el riesgo forma parte de nuestras vidas e incrementar nuestras capacidades para hacerle frente”, concluye, por último, María del Mar Pageo, presidenta de Cruz Roja Española.
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