Pedir ayuda cuando nunca antes la habías necesitado - Ahora
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- Los nuevos perfiles que acuden a Cruz Roja desde que estalló la pandemia son en su mayoría mujeres (64%), de las que un porcentaje importante tiene entre 20 y 49 años e hijos a su cargo
Un 75% de las demandas que han llegado a Cruz Roja en estos últimos meses son de personas que, hasta ahora, nunca habían solicitado ayuda. Son los nuevos perfiles vulnerables que han surgido a raíz de la pandemia.
El trabajo de Cruz Roja ha tomado una relevancia muy significativa a raíz de la llegada del coronavirus. La experiencia de Cruz Roja ante otras situaciones de crisis ha sido clave a la hora de prever que esta pandemia podría desencadenar no sólo una crisis sanitaria, sino también una crisis social y económica.
“Ya hemos tenido otras situaciones como la gripe aviar y el ébola, por lo que tenemos experiencia de lo que puede ser una pandemia. Además, otras sociedades nacionales como Cruz Roja China nos informaron sobre la situación al comienzo de la COVID-19 en el país previniéndonos de que esta crisis sanitaria iba encaminada a desembocar en una crisis social”, explica Olga Díaz Escalona, Subdirectora del Departamento de Inclusión Social de Cruz Roja.
Pero esta no es la única experiencia que Cruz Roja ha tenido como referencia a la hora de actuar estos últimos meses, apunta su compañera Concepción Herreros Prados, directora de Inclusión Social: “La pasada crisis económica del 2007 también provocó que personas que habitualmente habían tenido trabajo y vivienda, se encontrasen con una situación de pobreza sobrevenida por las circunstancias”.
Sin embargo, hasta la irrupción de la COVID-19 en España, la mayor parte de personas que acudían a Cruz Roja para demandar apoyo a nivel de empleo, alimentos y hogar eran personas con perfiles vulnerables que habitualmente han tenido la necesidad de una cobertura de necesidades básicas por una situación de pobreza previa a la COVID. Sin embargo, esto cambió a partir del 14 de marzo de 2020.
“Desde el inicio de la pandemia, identificamos dos perfiles a través de las demandas recibidas”, explica Olga Díaz: “Por un lado, un grupo de personas al que ya veníamos atendiendo previamente, a quienes les ha azotado doblemente la COVID. Son personas en situación de pobreza cronificada y que se prevé que tarden más tiempo en salir. Y, por otro, personas que estaban en una situación normalizada y que debido a los ERTE se han encontrado en una situación de desempleo que ha hecho que la unidad familiar se haya quedado sin ingresos y tengan que apoyarse en una organización humanitaria para afrontar la cobertura de necesidades básicas e incorporarse al mercado laboral”.
“La pasada crisis económica del 2007 también provocó que personas que habitualmente habían tenido trabajo y vivienda se encontrasen con una situación de pobreza sobrevenida por las circunstancias”, señala Concepción Herreros, directora de Inclusión Social de Cruz Roja
A esto se le suma que la mayoría de personas que acuden en la actualidad a Cruz Roja para solicitar ayuda son mujeres. “Habitualmente son ellas las que van a pedir ayuda, es lo que se llama la feminización de la pobreza. Muy pocas son las que se acercan a resolver una situación personal, de hecho, casi siempre son las portavoces de una situación familiar difícil y con hijos a cargo”, apunta Concepción Herreros.
Una declaración que en datos se traduce en que el porcentaje de mujeres que se han acercado a pedir ayuda dentro del plan Responde son un 64% mujeres frente a un 36% de hombres. Además, los datos nacionales de Cruz Roja revelan que son personas de muchísimos orígenes distintos del mundo. “Una cosa destacable es que el 69,05% son personas que solo tienen estudios primarios. Un 32% responde a personas mayores de 60 años y un 30% a mujeres de entre 20 y 49 años, la mayoría con hijos a su cargo”, aclara.
En la actualidad la principal demanda es la cobertura de las necesidades básicas derivadas de la pandemia, pero también la reinserción laboral. Como explica Olga Díaz, “muchas de las personas no pueden hacer frente a sus gastos mensuales y necesitan incorporarse al mundo laboral. También estamos trabajando en un tema de competencias digitales en todos los colectivos, porque la población con la que trabajamos no tiene unos recursos electrónicos para hacer todos estos trámites y ahora mismo las entrevistas son online, el currículum se envía por correo electrónico y las reuniones son virtuales. A esto se le suma que algunas personas tienen la dificultad del idioma”.
Y es que la labor de Cruz Roja llega a todos los ámbitos posibles al ser una organización de la sociedad para la sociedad. Olga Díaz, además, apunta que “no sustituimos a la administración ni a los organismos públicos, sino que somos complementarios, porque nacemos como una entidad auxiliar de los poderes públicos”.
Por eso, en el último año, desde Servicios Sociales les han solicitado en muchas Comunidades Autónomas “repartir tarjetas, becas comedor, dirigirnos a los domicilios, hacer test y trasladar a pacientes con COVID o dar alojamiento temporal a personas sin hogar en la mayor parte de las comunidades, entre otras cosas. Desde los más de 1.400 puntos de intervención que tenemos en todo el país hemos prestado una asistencia en muchísimas áreas -laboral, de inclusión, salud, socorros…- en función de las necesidades que nos han ido solicitando”, señala Díaz.
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