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Cómo reducir la huella digital
MEDIO AMBIENTE
Cómo reducir la huella digital
23/05/2022
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
  • Todo lo que hacemos tiene un impacto sobre el medio ambiente, incluso navegar por Internet, ver una película en una plataforma de streaming o utilizar nuestras redes sociales. ¿Lo bueno? Que podemos poner nuestro granito de arena para intentar reducir todo lo posible el impacto que generamos sobre nuestro entorno. 

Al igual que sucede con la huella de carbono, existe un rastro que dejamos al utilizar Internet que también afecta negativamente al medio ambiente. Se llama “huella digital” y está presente en acciones tan cotidianas como responder a un mensaje de WhatsApp o ver una película en Netflix. Aunque consideremos que Internet es un ente abstracto, una “nube” todopoderosa donde todo cabe, hay un gigantesco conjunto de dispositivos conectados detrás (tangibles y físicos) que permiten su funcionamiento. Y estos, claro está, requieren energía y, consecuentemente, contribuyen a la emisión de dióxido de carbono.  

Las cifras lo demuestran: según un informe publicado en 2017, el consumo energético de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) es responsable del 8% del gasto de energía mundial. Pero que no cunda el pánico: esta información no sugiere que no podamos enviar un correo electrónico más en nuestra vida, o que el hecho de invertir tiempo en una red social pueda destruir el planeta. Eso sí: ilustra de forma clara que todo lo que hacemos tiene una huella de carbono detrás. Y por ese mismo motivo, es imperativo que las personas seamos más conscientes y cuidadosas con nuestras acciones cotidianas. 

 

Cómo reducir el impacto que generamos en Internet 

Reducir el impacto medioambiental que generamos al utilizar Internet es fácil si sabemos cómo. Aquí, algunos consejos sobre ello: 

- Darse de baja de las newsletters no leídas. Aunque parezca lo contrario, las suscripciones, newsletters y demás boletines ocupan un valioso espacio en nuestro correo electrónico. Como cada mail almacenado implica emisión de CO2, lo más responsable es darse de baja de las comunicaciones que sepamos que no vamos a leer.  

El tema de los adjuntos. En la misma línea, intentemos no descargar archivos adjuntos por defecto (solo tendremos que configurarlo en el mail) y, si tenemos que enviar uno, optemos por hacerlo en forma de enlace en lugar de adjuntarlo. Por un lado, cada mega no descargado supondrá un menor impacto sobre nuestro entorno; por otro, evitaremos duplicaciones de archivos. 

Mejor llamadas que videollamadas. Mejor agendar una videollamada que usar un coche o subirse a un avión, y mejor hacer una simple llamada en lugar de recurrir a vernos las caras a través de la pantalla. Dependiendo de la situación, intentemos escoger la opción más ecológica. 

Vídeos en baja calidad. No quiere decir que no podamos disfrutar de películas o series, pero hay que saber que la descarga de vídeos en streaming tiene sus consecuencias ambientales. ¿Cómo podemos actuar al respecto? Sencillamente, bajando la calidad que aparece por defecto, algo que podemos hacer directamente en el navegador o en la aplicación que estemos utilizando (como YouTube o Vimeo), y que en el móvil apenas afectará a cómo lo vemos. 

Cambiar la frecuencia de sincronización. Las aplicaciones conectadas  a Internet actualizan su contenido de forma constante y en la mayoría de los casos cada pocos segundos. Esto sucede de forma estándar, pero si lo configuramos de forma manual podremos retirar la actualización automática y así evitar que esté continuamente pendiente de esas nuevas actualizaciones. Consecuentemente, esto contribuirá a que el impacto ocasionado sea menor.  

 

Aplicaciones para hacer nuestra vida más ecológica 

Además de los siguientes consejos, hay aplicaciones que también contribuyen a que tengamos una vida más sostenible. Algunas de ellas son las siguientes: 

- Cleanfox. Esta herramienta hace una limpieza periódica de nuestro correo y nos ayuda a eliminar los mensajes que no queremos recibir, tales como correos electrónicos no deseados y/o publicitarios. Teniendo en cuenta lo necesario que es evitar almacenamiento innecesario, conviene tenerla en cuenta. 

- Too good to go. Más de un tercio de la comida se desperdicia y, para combatirlo, surgen aplicaciones como esta. Esta app permite comprar packs de comida de excedentes que han quedado de restaurantes, supermercados u otros establecimientos de la zona en la que nos encontremos a un módico precio. Otra aplicación similar es Encantado de comerte, que Cruz Roja en La Rioja utiliza para ayudar a las familias vulnerables.  

- Ecosia. Este motor de búsqueda en Internet planta árboles alrededor de todo el mundo por cada búsqueda realizada en su servidor. Quizá pueda parecer utópico que una sencilla búsqueda en Internet ayude a proteger el planeta, pero desde la plataforma lo explican: “Utilizamos los beneficios que obtenemos de tus búsquedas para plantar árboles donde más se necesitan”. Así de fácil. 

- Forest. Además de ayudarnos a concentrarnos más y mejor, esta aplicación nos permite colaborar con ‘Trees for the Future’, una ONG que planta árboles en zonas deforestadas. Lo que nos propone es lo siguiente: durante el tiempo que estemos sin mirar nuestro móvil y enfocados en otra tarea, iremos plantando una suerte de árboles virtuales. Cuanto más plantemos, más monedas recibiremos. Esas monedas, a su vez, las podremos invertir en la opción ‘Bosque real’, que trasladará al mundo físico nuestra voluntad de plantar un árbol. 

Globemallow. Esta extensión para navegador permite obtener en tiempo real el impacto de una página web. La A, en verde, es uno de los indicadores más altos y mejores; mientras que la D, uno de los más bajos. Nos ayudará a reflexionar sobre cómo optimizar al máximo la web en cuestión para, de esta forma, contaminar lo menos posible.  



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