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“A pesar de todo, vivimos unos buenos años”
INCLUSION SOCIAL
“A pesar de todo, vivimos unos buenos años”
07/05/2024
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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Cruz Roja
  • En 1966, Encarna, su marido y su hija de siete meses se marcharon a Suiza. Su historia es el ejemplo de muchas familias españolas que tuvieron que emigrar para alcanzar un futuro más próspero. 

“Quizás me pongo un poco nerviosa, han pasado muchos años”. Estas son las primeras palabras que Encarna regala al equipo de AHORA, pero a medida que avanza la charla queda claro que sus recuerdos perduran intactos en su memoria. 

En aquellos años la situación en España no era la mejor y muchas familias decidieron decir adiós a su tierra con la esperanza de volver. En agosto de 1966, el marido de Encarna marchó a Suiza con un contrato de trabajo. “Estaban allí su hermana y su cuñado y yo y la pequeña nos incorporaríamos más adelante”, explica la protagonista.

La llegada a Suiza Encarna la recuerda complicada. “Los primeros años fueron duros, tuve que dejar a mi hija de siete meses con una señora, con la que no sabía comunicarme, para poder irme a trabajar”, dice. Su trabajo en la empresa de hilo Gütermann no le permitía atender a su hija, pero por suerte, la cosa cambió y con el tiempo pudo turnarse con su cuñada, que también tenía un hijo, para así ambas poder dedicarles tiempo a los más pequeños de la casa. “Vivíamos todos juntos en una casa muy bonita hasta que mis cuñados y su hijo se marcharon a Lucerna”, añade.

Durante la cálida conversación con AHORA, Encarna acentúa grandes diferencias entre la Suiza y la España de aquel momento. “Me llamaba la atención lo limpio que estaba todo, los modales, si alguien perdía cualquier cosa en un comercio ahí se quedaba hasta que llegara su dueño y eso sí, debíamos ir con cuidado de no hacer ruido durante las reuniones en casa con amigos… igualito que aquí”, ríe la protagonista. 

“Pasamos unos bonitos años allí, pero cuando mi hija estaba a punto de empezar el colegio decidimos volver a España y por suerte, aunque no fue fácil, mi marido encontró trabajo”, comenta Encarna. En diciembre de 1972 dijeron adiós a Suiza, pero sin olvidar sus calles, sus encuentros en el río y, sobre todo, a grandes amigos que fueron y siguen siendo familia

Ahora Encarna, con sus casi 83 años, mira aquellos años con nostalgia, pero con la satisfacción de haber sido feliz a pesar de las dificultades. “Mi marido ya no está, le hubiese encantado volver de visita, pero lo conservo todo en el recuerdo”, se despide. 

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