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Robótica social: en busca del lado más humano - Ahora

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Robótica social: en busca del lado más humano

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ROBÓTICA SOCIAL: EN BUSCA DEL LADO MÁS HUMANO

Robótica social: en busca del lado más humano
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El último encuentro de #ConversacionesHumanitarias de Fundación Cruz Roja Española aborda cómo la robótica social puede ayudar a colectivos vulnerables y qué retos de futuro tiene.

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parte 1 robotica social

La robótica social ya está aquí y resulta imparable. La interacción con robots con forma humana es algo que ya no nos sorprende e incluso hay robots que se utilizan en estos momentos con fines terapéuticos con distintos colectivos. Los robots no se cansan, tampoco juzgan. Hay que investigar, eso sí, las posibilidades que ofrecen y qué límites conviene trazar para encontrar un equilibrio.  

Son algunas de las conclusiones que se desprenden del último encuentro de #ConversacionesHumanitarias (que ya ha abordado temas como los neuroderechos, la Inteligencia Artificial o la cibervulnerabilidad) organizado por la Fundación Cruz Roja Española. En cada una de estas citas se invita a personalidades expertas en la materia para hablar sobre distintas cuestiones, y en esta ocasión no es diferente. Al habla Jorgina Díaz, presidenta de HispaRob; Manuel Armayones, doctor en Psicología y coordinador del grupo de investigación Behavior Design Lab del eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC); y Alfonso Torres, ingeniero industrial electrónico y arquitecto de soluciones en Amazon Web Services. 

 

 

parte 2 robotica social

De qué hablamos cuando hablamos de robótica social  

JORGINA: La robótica social se caracteriza por la interacción social con las personas. Son robots capaces de reconocer y expresar emociones, van a mejorar la comunicación y el vínculo con el usuario, y pueden tener elementos físicos o virtuales de seres humanos. Se van a comunicar con lenguaje verbal de manera natural, pero no tienen por qué tener un aspecto humanoide. La robótica humaniza la tecnología, que es muy fría si es a través de una pantalla, móvil o tablet; la robótica social sí genera ese vínculo y puede jugar un papel muy interesante.  

Hay factores a la hora de desplegar esta robótica que debemos tener en cuenta. En primer lugar, hay que ser consciente de dónde vamos a colocar el robot, cómo lo vamos a usar, o cómo va a ser esa interacción (si buscamos que sea proactiva, si el robot debe decir frases cortas o largas).  

MANUEL: Yo me quedo con la parte “social” de la robótica: es aquí donde está el elemento de cambio. Hay que tener en cuenta que puede mejorarse mucho la interacción con las personas, se puede mejorar la capacidad de prestar servicios o cuidados a las personas… Como psicólogo, me toca valorar las posibilidades que presenta la robótica de poder influir en el comportamiento, de manipularlo o de generar unas emociones. Esa interacción, que a lo mejor será programada o programable, o a través de algoritmos de e-learning, generará en la persona algo real: tristeza, alegría, pena... Tenemos que tener respeto y precaución sobre cómo se usa. Es apasionante y estamos seguros de que en el terreno de la psicología y el de los cuidados van a ser herramientas fascinantes, pero tenemos que ser cuidadosos. 

ALFONSO: Al pensar en un robot me viene a la cabeza el robot de forma humanoide, o el robot con forma de animal o mascota. También pienso en el brazo robótico que tiene más lugar en la producción. En general los robots son máquinas que pueden percibir el entorno y pueden actuar en el entorno: son como los agentes de la Inteligencia Artificial. Eso sí, un robot no implica inteligencia.  

La robótica social tiene que ver con la interacción con las personas, y el efecto positivo que pueden tener. Veo a los robots no solo como cuidadores (como un robot doméstico en casa), sino también con el efecto que pueden tener en la sociedad, como los drones; que en vez de llevar paquetes lleven medicinas a donde sean necesarias, por ejemplo. O en la domótica, donde los robots pueden facilitar la vida cotidiana, incluso aunque no tengan una presencia física humanoide. También veo a los robots como algo intermedio entre los dispositivos y el automatismo. Considero que los robots que interactúan con los seres humanos deben tener mayor inteligencia. El robot que antes te abría una puerta parecía inteligente, pero eso ahora ya no es así: las expectativas son más elevadas hoy que hace 30 años. 

parte 3 robotica social

La robótica social y los colectivos más vulnerables  

JORGINA: Todavía estamos en una fase emergente de cómo usar esa robótica para que nos aporte más valor. Tenemos que explorar cuáles son los mejores entornos donde se puede dar eso. Por ejemplo, no tiene sentido que si voy con prisas en un aeropuerto tenga que preguntarle a un robot dónde tengo que ir: es más fácil mirar una pantalla, ver la puerta de embarque e ir. Por eso hay que pensar dónde van a encajar mejor.  

Por nuestra parte vemos que hay un hueco interesante en todo el ámbito médico y asistencial, donde la robótica social tiene mucho recorrido y puede tener mucho impacto. Se trata de usar los robots como herramientas porque esa idea de que el robot va a sustituir a la persona… lo veo difícil. Como herramienta sí que puede funcionar; desaparecerán aquellos puestos que no se apoyen en estas herramientas. Pero nunca se podrá sustituir la parte emocional. Somos animales sociales, va en nuestra naturaleza y lo buscamos de forma innata.  

"Para despedirse le daba un beso al robot"

Dos ejemplos con los que trabajamos. Terapia con pacientes con trastorno autista, niños, y funciona muy bien. Y luego con rehabilitación de daño cerebral leve; ahí la robótica nos sirve para la estimulación cognitiva. Hay un caso muy bonito de una residencia de personas mayores donde usan robots. A una persona mayor que estaba con alzheimer y algo aislada le pusieron a un robot muy conocido (el que conocemos como Pepe, aunque allí le pusieron Copito porque es blanco). Esta persona se encontraba con el robot y se ponía a hablar con él, era lo primero que hacía por la mañana. Luego, se despedía. Me enseñaron un vídeo precioso, en el que se ponía a dialogar con el robot, y la conversación era inconexa completamente (la persona hablaba de unas cosas, el robot le contestaba otras), pero la persona mayor sí pensaba que estaba estableciendo un vínculo comunicativo. Tanto es así que para despedirse le daba un beso al robot. Este tipo de casos de uso son interesantes: cómo la robótica nos puede ayudar a salir del aislamiento social y nos puede ayudar a abordar esas relaciones.  

ALFONSO: Me han contado sobre robots con formas humanoides que permiten reducir la soledad y se encargan de la estimulación cognitiva y la motriz. También daban las noticias, permitían hacer videollamadas a sus familiares… Pequeños pasos que para estas personas con dificultades significan un gran avance. No van a sustituir, pero sí a complementar.  

MANUEL: Siempre tenemos en cuenta que estos robots asistenciales o coterapeutas pueden ayudar a las profesionales a llegar, porque la presión del día a día a veces no lo permite; y ojalá se aumentase la contratación del profesional sanitario, pero la realidad es la que es. Lo importante es que haya siempre un profesional de referencia que supervise y aplique la herramienta. La historia es cómo hacer eso, cómo cambiar estructuras y maneras de trabajar. La tecnología ofrece un servicio maravilloso, llega a todo sin cansarse, puede atender a varias personas a la vez… pero siempre bajo supervisión psicóloga o asistencial para ver que realmente está funcionando. Los mismos principios de equidad, igualdad y transparencia que se aplican en la IA deben aplicarse a la robótica. No desaparecerán los radiólogos, por ejemplo, sino los radiólogos que no utilicen estas herramientas aceptadas, validadas; de esta robótica y de otras.  

parte 4 robotica social

Beneficios de la robótica social: hacia un entorno cibernético más humano 

ALFONSO: Las relaciones entre personas y robots es complicada y hay distintos retos. Lo veo desde el punto de vista de la persona, en cómo podemos percibir la influencia de los robots en nuestra vida; y desde el punto de vista del robot o la máquina, cómo podemos diseñarlos para que sean más útiles y seguros. La seguridad de las personas es lo primero. La sociedad puede ir regulando esta interacción sin que, en líneas generales, se desplace el rol del robot al individuo.  

JORGINA: Por la experiencia que tenemos (8 años trabajando en robótica social), sabemos que puede disminuir la brecha digital. Personas mayores que con un móvil no son capaces de hacer casi nada, pero con que a un robot social, únicamente usando el lenguaje, sí le pueden sacar partido. Los robots no se cansan, no juzgan (aunque habría que tener en cuenta el tema de los sesgos). ¿Cómo hacemos que sean más humanos? Eso pasa por una personalización de la integración. Ya hay robots en los que se puede elegir el idioma, el acento, el tono, las sutilezas del lenguaje… incluso en algunos se puede cambiar la imagen, que es una máscara 3D. El tema es no ver el robot como algo ajeno, sino cercano. Ahí tendremos una mayor empatía y cercanía: cuanto más personalizable sea. 

MANUEL: Una de las principales estrategias es hacer las cosas fáciles. Es posible que las app móviles que usamos ahora desaparezcan porque para qué vamos a abrir el móvil si le podemos preguntar a un asistente de voz y llevarlo en un pinganillo en el oído, como en la película Her. Esto va a ser un elemento básico, el de la brecha digital y la personalización.  

"No a todo el mundo le va bien el mismo tipo de robot"

Otro tema que hay que explorar también en el ámbito de la psicología, y se está hablando bastante, son las estrategias para generar engagement e identificación que están relacionadas con mantener conversaciones con la IA. Hay robots, por ejemplo, a los que se les puede poner la voz de alguien fallecido, o alguien importante para nosotros. Ahí tenemos que hacer un trabajo de investigación: no tenemos que dar nada por supuesto y tenemos que ver qué es bueno para la persona. Quizá no a todo el mundo le va bien el mismo tipo de robot. A lo mejor hay gente a la que les remueven cosas que no conviene que se les remuevan. No pensar que “no” de partida, pero tampoco “sí a todo”. Hay que mantener el equilibrio.  

parte 5 robotica social

Dónde queda la privacidad en este contexto 

ALFONSO: La privacidad y la seguridad es el objetivo cero en todo Amazon, y en Amazon Web Services. La base es fundar un sistema o dar servicios que den confianza al usuario. En Europa tenemos muchas leyes que lo protegen, creo que somos pioneros de protección al individuo, y esto nace después de una necesidad. Nos adecuamos a lo que pide la sociedad. La privacidad y el uso de datos personales debe estar vinculado a la persona.  

JORGINA: Es uno de los grandes retos de la robótica. Los robots tienen cámara, te escuchan, te contestan… todo eso queda registrado e incluso puedes permitir conectarlo con otros dispositivos inteligentes, como el smart watch, que recoge información sobre parámetros vitales o personales. Un robot podría tener acceso a eso para dar esa información a nuestro centro de salud. 

Estamos hablando de datos muy críticos, de mucha sensibilidad. ¿Qué regulación hay? Poca, o ninguna. En Europa se está empezando a regular la IA: es Europa quien lo está arrancando. Ahora mismo no está en una situación “ilegal”, pero sí “alegal”. No se sabe muy bien cómo abordar el tema de los nuevos dispositivos porque en el fondo no hay un despliegue masivo en el mercado. De momento no está solucionado.  

MANUEL: Igual que en otros ámbitos, como en la industria farmacéutica, donde hay una agencia reguladora del medicamento, vamos a tener que pensar en algo similar. Los robots sociales van a estar en momentos muy íntimos, en nuestras situaciones de mayor vulnerabilidad. Hay que trabajar a varios niveles, el de la regulación, pero también en la alfabetización de las personas y la ciudadanía. Tenemos que saber dónde apagar ese robot social para esos momentos de nuestra vida que queremos que sean íntimos. Y tiene que haber un posicionamiento: muy pocos ciudadanos perdonarían a una empresa que tenga una fuga de datos. Esa sensación social hace que las empresas tengan que cuidar mucho todo esto y están en ello porque a nadie le interesa que esto vaya mal.  

parte 6 robotica social

Cómo reacciona la ciudadanía ante la robótica social 

JORGINA: Yo he tenido dos perfiles. Uno que claramente ve a los robots y le encanta, intenta hablar con ellos, establecer conversaciones… incluso he notado que le da más información de la que le daría a una persona normal y corriente desconocida. Luego también me he encontrado con un rechazo: algo inquietante. A veces cuando se diseñan robots que tienen un aspecto muy similar al del humano pero no lo son se produce cierto miedo o rechazo, y eso impide tener una interacción.  

"Cuando se diseñan robots que tienen un aspecto muy similar al del humano se produce cierto rechazo"

La diferencia entre Asia y Europa es clarísima, no sé si es un tema cultural. Me atrevería a decir que en la cultura latina somos muy abiertos, extrovertidos, nos encanta relacionarnos y nos resulta más fácil. En la cultura asiática es más complicado expresar quejas, sentimientos u emociones. Tanto es así que me contaron que en un hotel muy famoso de Madrid pusieron un robot porque las personas japonesas no se solían quejar de situaciones que se daban ante las personas empleadas, pero al robot sí se lo decían: “Se me ha estropeado la ducha…”. Creo que hay un componente cultural muy fuerte en Asia, donde les resulta más interesante o fácil interactuar con un robot que a nosotros.  

parte 7 robotica social

Cómo evitar la dependencia emocional con los robots 

MANUEL: No es fácil. Como decía antes, igual no para todo el mundo va a ser lo mismo utilizar un robot social. A lo mejor según qué tipo de prescripciones… De momento nadie nos ha recetado a nadie un robot, no ha sucedido esto en ningún centro de salud, pero puede llegar un momento en que sí esté sobre la mesa. En ese caso habrá que valorar a la persona y el tipo de robot, y ver si hacemos match. Habrá que analizar, porque a algunas personas no les va a venir bien, pienso en enfermos psicóticos o colectivos con esquizofrenia; quizá ahí no funcione.  

En Japón Mazinger Z era el protector europeo; en Europa, en los años 20 los robots tomaban el control e intentaban dominar el mundo. Quizá eso de ver a un robot en una silla mientras dormimos por la noche nos genera mal cuerpo… Habrá que ver qué tipo de robot, cómo se gestionan las emociones, qué forma tienen (quizá sea mejor que tenga forma de animal que de persona). Hay que investigar y ver las evidencias que podemos recoger.  

ALFONSO: En las últimas décadas ha habido mucha evolución, machine learning… y ahora tenemos la IA generativa, GPT… es muy útil y esos avances nos han permitido, en general, que el software de control de robots, y las aplicaciones, tengan un comportamiento menos robótico; que sea menos mecánico y tebga una interacción con humanos mejor. Es una suma de muchos pequeños detalles que hacen que la interacción humana y robótica sea más suave. Pueden hacer pausas al hablar, introducir pequeñas interjecciones, dar cambios al tono o entonación… es una evolución desde el punto técnico. También las personas aprendemos a comunicarnos con los robots porque de forma subjetiva o inconsciente nos adaptamos al contexto de comunicación, a lo que esperamos del robot. Mis hijos pueden interactuar con Alexa para encender y apagar las luces; mis abuelos nacieron sin televisión ni teléfono y han visto la utilidad de distintos dispositivos. Hoy en día lo usamos si es útil y nos adaptamos.  

parte 8 robotica social

Reflexiones de futuro 

MANUEL: Yo pediría sentido común. La robótica social va a ser una herramienta maravillosa, pero con una capacidad de influencia enorme, de manipulación. Por eso: sentido común, análisis crítico, legislación en todo su desarrollo y vocación de servicio.  

JORGINA: Tenemos una herramienta que nos puede ayudar en situaciones que no somos capaces de resolver, en el aislamiento social… teniendo esa capacidad de valorar, tenemos que ver qué puede ayudar y qué no, cómo centrarlo en el usuario, averiguar qué necesita… Así podremos avanzar en un entorno de confianza y crear un entorno seguro en la robótica.  

ALFONSO: Deseo que evolucione. Es impresionante lo que puede llegar a hacer. Son herramientas nuevas, y ojalá siga avanzando muchos años, y tengamos apertura de mente para ir aceptando lo que viene.  

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