Emprender en la España rural tiene premio - Ahora
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Emprender en la España rural tiene premio
EMPRENDER EN LA ESPAÑA RURAL TIENE PREMIO
Imparcialidad
Cruz Roja
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parte1 emprender
A veces lo olvidamos, pero el medio rural representa más del 85% del territorio nacional. Los municipios de la llamada España rural acogen un importantísimo patrimonio ambiental, histórico y cultural. Allí se desarrolla gran parte de la actividad del sector primario, además de jugar un papel clave en la preservación ambiental del país. Sin embargo, la menor presencia de población (en torno al 20% del total) es uno de sus problemas más acuciantes,
especialmente, de jóvenes y mujeres. A pesar de ello, un estudio llevado a cabo por Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en el que participaron más de 31.000 personas reveló que el 52,6% de emprendedoras rurales son mujeres. Las oportunidades de emprendimiento rural y el interés de emprendedores y emprendedoras por buscar alternativas de negocio en entornos alejados de las ciudades siguen creciendo cada día.
parte 2 un vivero para el pueblo
El Jardín de Popea, un vivero para el pueblo
Sonia Alonso es una de esas emprendedoras. Este año, su proyecto ‘El Jardín de Popea’ es finalista de los premios IMPULSA al autoempleo que entrega Cruz Roja el próximo viernes 17 de noviembre. El Jardín de Popea es una tienda de jardinería y botánica situado en Santa María de Trasierra, una barriada a 15 kilómetros de Córdoba que se ubica en plena Sierra Morena. Allí Sonia vende plantas, abonos y semillas, pienso para animales, sustratos, cerámica y artículos de decoración, tanto de manera directa como a través de las nuevas tecnologías. Sonia también ofrece servicios de decoración y diseño paisajístico de terrenos, mantenimiento de jardines o control de plagas y enfermedades. Un servicio que no estaba cubierto en la zona a pesar de que la mayoría de vecinos y vecinas cuentan con jardín.
Tenía mucho miedo porque yo no sabía nada de cómo montar un negocio
Sonia decidió poner en marcha el negocio para poder conciliar el trabajo con la maternidad y poder cuidar de su hija de 7 años. “Aquí hay muy pocos comercios, solo una ferretería, la farmacia, el supermercado y algunos bares. Todo el mundo tiene parcela y jardín y tenía que desplazarse a Córdoba si necesitaba algo. Yo monto el vivero para proporcionarles lo que necesitan”, explica Sonia. Esta mallorquina que lleva siete años viviendo en la sierra cordobesa realizó un curso de jardinería que impartió Cruz Roja cuando estaba desempleada, continuó más tarde su formación en el área de jardines de la Junta de Andalucía y aunque había oportunidades laborales, era inviable compaginar ese trabajo con la crianza de su hija, por lo que decidió dar el paso y emprender.
“Tenía mucho miedo porque yo no sabía nada de cómo montar un negocio, pero con la ayuda de la familia que pudo apoyarme en estos momentos y también con Cruz Roja, que me ha ayudado a elaborar el plan de empresa, a gestionar las ayudas, subvenciones y todo el papeleo, he podido salir adelante”, cuenta Sonia. Las dificultades que ella ha encontrado para emprender son fundamentalmente económicas. “Hay ayudas, pero el proceso hasta que te las dan es muy lento”, resalta. Sonia destaca la ilusión que le hizo quedar finalista de los premios IMPULSA. “No sé si ganaremos. Si ganara sería una ayuda muy grande, un pequeño empujón más para salir adelante. Porque mi idea es trabajar aquí hasta que me jubile”, afirma.
parte 3
DEVEGAN, alimentación consciente y sostenible
Otra de esas emprendedoras es Laura Fernández, también finalista de los Premios IMPULSA con DEVEGAN, una empresa que elabora productos veganos. Una fábrica de alimentación pionera en su provincia en proporcionar alimentos nutritivos y saludables para una población que busca opciones de una alimentación consciente y sostenible. Enfocados en la innovación, calidad y responsabilidad social, DEVEGAN contribuye a la salud y bienestar de sus clientes y a la economía local.
Laura nació en Colombia, pero a los 11 años se vino a vivir a España, a la zona de El Bierzo. Después de terminar sus estudios, Laura estuvo viajando durante varios años. “En medio de esa búsqueda pude comprobar como la mala alimentación es un problema serio a nivel global que causa miles de muertes al año. Decidí volver al pueblo, a la comarca de El Bierzo, para trabajar de la mano de agricultores que cuidan la materia prima de principio a fin de un modo responsable y sostenible”, explica. A pesar de haber vivido en tantos sitios, Laura decidió que quería montar su proyecto en esta comarca de León. “De allí me siento, allí pertenezco y estoy muy agradecida de todo lo que me ha dado, y de la gente cercana que tengo. Decidí emprender allí por la comodidad de sentirme en casa”, subraya. También porque tenía claro que los valores de su empresa tenían que ir de la mano de esa agricultura tradicional y respetuosa con el entorno. “Necesitaba estar cerca de esos agricultores, poder visitar esas plantaciones para poder hacer un seguimiento y ver la evolución de la materia prima que vamos a utilizar en nuestros productos” afirma. “La calidad de vida en el mundo rural no tiene precio. Careces de ciertas cosas pero obtienes otras”, añade.
No conocía la labor que hacía Cruz Roja en el campo emprendimiento
Es consciente de que emprender en el medio rural es un poco más complicado que en otros ámbitos. Las conexiones o la incomunicación cuando hay nevadas, son un impedimiento, pero también el cambiar la mentalidad de las personas, en una zona además donde los productos de origen animal están tan arraigados. “En estos pequeños pueblos que son tan tradicionales muchas veces los productos veganos causaban rechazo. Ha sido difícil sobre todo hacer entender que son para todos los públicos, no solo para un público vegano. Son productos elaborados con ingredientes de siempre y lo que consiguen es además, enriquecer la gastronomía leonesa”, apunta.
Con Cruz Roja entró en contacto cuando realizó unos cursos que impartían sobre marketing digital a los que se apuntó para ampliar conocimiento. “No conocía la labor que hacía Cruz Roja en el campo emprendimiento y es super necesario. Para poner en marcha una pequeña empresa rural es muy necesario el apoyo de las instituciones y la labor y la implicación de Cruz Roja que aboga por el emprendimiento rural en la España vaciada es muy importante”, concluye.
parte 4
Los Pilares de Carreño, bicicletas que derriban barreras
Emprender no tiene edad. El mejor ejemplo es el de Jose Manuel Muñiz, natural de Carreño, un pequeño concejo asturiano donde ha vivido toda la vida junto a su familia. Con 61 años ha puesto en marcha junto a su mujer ‘Los Pilares de Carreño’, una empresa que ofrece alquiler de bicicletas eléctricas y promueve la inclusión de personas con diferentes capacidades, sean físicas o psíquicas. José Manuel es un enamorado de su tierra. En ese entorno privilegiado, con las montañas y el mar Cantábrico de fondo, él y su mujer decidieron vivir y criar a sus hijos. Por circunstancias de salud, hace unos años se vio obligado a alejarse del mercado laboral y durante ese tiempo estuvo pensando qué podría hacer para ganarse la vida. Buscaba un proyecto en el que además poder involucrar a su mujer que hasta entonces se había dedicado al cuidado de la casa y de sus hijos. Así nació esta empresa que tiene una clara vocación social ya que el proyecto “busca derribar barreras y ampliar horizontes para todas las personas, especialmente para aquellas con problemas de movilidad, haciendo las rutas más accesibles y llenas de nuevas posibilidades”, explica su fundador.
Los Pilares de Carreño es un modelo novedoso de negocio que fusiona y aglutina deporte, naturaleza, cultura, historia, literatura y gastronomía.
Nos mueve la integración, llegar a un público diverso
Las rutas que proponen, de unos 15 kilómetros y adaptadas para todo el mundo, recorren más de una veintena de puntos de interés, desde iglesias, lavaderos antiguos o miradores. José Manuel decidió invertir en modelos de bicicleta que estuvieran adaptadas para cualquier persona, sobre todo para aquellas que normalmente no pueden disfrutar del deporte y la naturaleza debido a algún tipo de discapacidad. Son bicicletas que en Holanda son habituales, pero que en España son todavía difíciles de ver y que pueden ser utilizadas por personas mayores o niños y niñas, personas con discapacidad o incluso en las que puedes llevar a tu mascota contigo. “Nos mueve la integración, llegar a un público diverso y conseguir que las personas que hasta ahora lo tenían más complicado puedan disfrutar de lo maravilloso que tiene esta tierra”, explica.
parte 5
Cuatro años de premios IMPULSA
Cruz Roja trabaja para apoyar a las personas emprendedoras que lo tienen más difícil. Los premios IMPULSA al autoempleo apoyan directamente a las personas que han decidido emprender para que puedan dar viabilidad y continuidad a sus proyectos de autoempleo, favoreciendo la sostenibilidad de sus medios de vida. En esta cuarta edición, a la que se han presentado casi 160 personas interesadas con más de 100 candidaturas completadas. Después de la selección de finalistas entre un comité interno de expertos dentro de Cruz Roja, y el fallo del jurado externo, han podido también votar 4.218 personas a través de la web, entre el 7 y el 11 de noviembre. Estos premios repartirán durante un evento retrasmitido por streaming en nuestras redes sociales el próximo día 17 de noviembre a las 13 horas, ayudas económicas por valor de 22.500 euros que se distribuirán entre cinco categorías:
- Creación
- Consolidación
- Internacional
- Emprendedoras
- Rural
Durante 2022, Cruz Roja ha informado y motivado para el autoempleo a más de 1.700 personas emprendedoras facilitando la creación y/o consolidación de 665 proyectos de autoempleo a través del proyecto “IMPULSA: Apoyo al Autoempleo y Microcréditos”.
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