El deporte ofrece a los niños, niñas, jóvenes y adultos una fuente de empoderamiento. Favorece el bienestar físico y psicológico y es un elemento clave para el crecimiento personal, para la autoestima y para generar relaciones sociales. Además, como herramienta educativa fomenta la diversión en equipo junto con la responsabilidad individual. 

Hablar de deporte es hablar de igualdad, integración, tolerancia, autonomía, solidaridad, convivencia, perseverancia... "El deporte tiene el poder de transformar el mundo, de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras sociales", afirmó el líder surafricano, Nelson Mandela. 

El deporte como entorno seguro para la infancia y la adolescencia

La práctica deportiva ayuda, entre muchas otras cosas, a integrar a los y las jóvenes y facilitar las relaciones humanas. Por ello, se nos ofrece como un elemento fundamental para lograr que las personas que vienen de otros países puedan adaptarse a una nueva forma de vida, diferente a la desarrollada en sus puntos de origen. El deporte es, por tanto, una herramienta de intervención social extremadamente útil, además de un hábito de vida saludable y beneficioso para la formación física e intelectual de las personas. 

El artículo “Ocio deportivo en jóvenes potencialmente vulnerables: beneficios percibidos y organización de la práctica”, publicado en el monográfico ‘Educación y ocio de los jóvenes vulnerables’ de la revista Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, arroja datos realmente interesantes.  

Habla de la práctica de ocio deportivo como una herramienta de primer orden para lograr la socialización de los jóvenes potencialmente vulnerables. El estudio realizado analizó la incidencia de la vulnerabilidad en los hábitos de ocio deportivos de los jóvenes; en sus preferencias de práctica físico deportiva de forma estructurada o libre; y, finalmente, en la percepción sobre los beneficios que conlleva esta práctica. Para ello se realizó un diseño de investigación cuantitativo en el que se aplicó un cuestionario elaborado ad hoc a un total de 2694 estudiantes españoles de Educación Post-obligatoria no universitaria, de los que 785 fueron considerados como participantes en potencial riesgo de vulnerabilidad.  

Los resultados revelaron que existen diferencias entre los jóvenes potencialmente vulnerables y no vulnerables en cuanto a la práctica de actividades de ocio deportivo. La población en riesgo de vulnerabilidad manifiestó hábitos de ocio menos activos que los no vulnerables. Asimismo, se encontró que las personas jóvenes vulnerables tenían una mayor tendencia a la práctica de ocio deportivo por su cuenta, frente a las no vulnerables que preferían realizar deporte  de  forma  organizada.  De  la  misma  forma,  los y las jóvenes  potencialmente  vulnerables  percibieron  menores  beneficios  de  la  práctica  deportiva  que  los y las no  vulnerables.  De  los  resultados  se  deriva  la  necesidad  de  aplicar  actuaciones  socioeducativas  estructuradas  para  promocionar la práctica de ocio deportivo entre las personas jóvenes más vulnerables. 

Burela y los valores del deporte en el campo de juego 

De ahí que sean esenciales estrategias como la llevada a cabo por el equipo juvenil de fútbol sala de Lugo, el Burela FS, donde acogieron con los brazos abiertos a cuatro jóvenes ucranianas que ahora forman parte del equipo. Un éxodo forzado que sobrellevan entre entrenamientos y partidos.  

A más de 3.500 kilómetros, en la costa de Lugo, Dasha, Sofía, Masha y Evelina comparten su pasión por el balón. En el esférico se refugian mientras apuestan por un futuro esperanzador.  

“Me gusta más jugar aquí que en Ucrania, aquí el campeonato es más duro. En nuestro país jugábamos en primera división, pero aquí es más fuerte la primera división, hay más nivel”, comenta Dasha mientras afirma sonriente que todas las compañeras del equipo les han ayudado desde su llegada. ‘Incluso con el idioma nos traducen y explican los ejercicios cuando no los entendemos’. Dasha, Sofía, Masha y Evelina compaginan los entrenamientos con las clases en el IES Monte Castelo donde siguen con su formación académica de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato. Su entrenador, Jairo Campo, destaca su disciplina, tanto en el aula como en la cancha. “Siempre me llamó la atención que las chicas ya conocían Burela por los campeonatos que se juegan en Lugo. Con 14 y 15 años es curioso que piensen así, son las primeras que preguntan cómo pueden mejorar y cómo pueden llegar a los objetivos que les marcamos”, narra Jairo. 

Él mismo subraya la integración de las jugadoras como algo muy positivo, ‘se ve en la pista, transmiten una motivación de forma muy positiva y además lo hacen con las compañeras más pequeñas que ellas. Es fundamental transmitir que el deporte es un vínculo muy grande de integración, las personas que somos de aquí lo tenemos más integrado pero tiene que servir de ejemplo para otras zonas”, concluye.   

El equipo juvenil de fútbol sala de Lugo, el Burela FS, acogió con los brazos abiertos a cuatro jóvenes ucranianas que ahora forman parte del equipo

Evelina es la portera del FS Burela y mientras coincide con sus compañeras en el buen recibimiento que han tenido por parte de todo el equipo, añade que su ilusión es llegar a ser tan buena en el fútbol como su ídolo, Joziane Oliveira. La guardameta brasileña es, nada más y nada menos, que pentacampeona del mundo de fútbol sala femenino con Brasil y es considerada una de las mejores de la historia del fútbol sala femenino. Joziane, psicóloga deportiva y también ayudante de Jairo en el equipo cadete juvenil, sabe lo que es pasar por un periodo de inclusión. “Claro que sé por lo que están pasando las chicas ucranianas. Yo misma soy uno de esos casos. Soy brasileña y dentro del club somos muchos los jugadores brasileños que hemos pasado por esto. Yo vine a Burela por 6 meses y llevo 14 años. Aquí nos sentimos como en casa y toda la comunidad hace un trabajo de inclusión muy fuerte y que funciona.”, explica Joziane.  

“La llegada de Dasha, Sofía, Masha y Evelina nos cogió por sorpresa a todos y tratamos de adaptarnos, ayudarlas y recibirlas lo más rápido posible para que pudieran sentirse parte de la comunidad, no solo de la deportiva. Tratamos de hacerlas sentir bien dentro del equipo, sentirse parte del Burela, que puedan desarrollar su parte deportiva de una manera muy natural” concluye el mito del fútbol sala femenino.   

De integración a base de toques de balón también saben en el Olimpic Albacete FC, sin duda un equipo nacido del resultado de la constancia.  

En 2020 se comenzó a formar un equipo de fútbol con varios usuarios del proyecto de Jóvenes Extutelados que por primera vez en 2022 participaron en la liga de Fútbol Sala del Instituto Municipal de Deportes de Albacete. Se trata de 12 jóvenes entre 17 y 21 años procedentes de Marruecos, Senegal, Guinea, Gambia y Mali. También el equipo cuenta con tres voluntarios como entrenadores, que se turnan en su labor. 

Confiesan que ha sido un trabajo arduo, pero gracias a la perseverancia y enorme motivación de Isabel, la responsable del proyecto y los voluntarios-entrenadores, Josué, Prisco y Gabriel, se ha podido constituir este equipo, el Olimpic Albacete FB, que en el último partido ganó al equipo que ocupaba la primera posición de la liga y que aporta a los chicos un tiempo de ocio constructivo y enriquecedor y promueve valores como el trabajo en equipo, el compañerismo, la autodisciplina el respeto, la deportividad, la fortaleza, la perseverancia y la responsabilidad.

El deporte y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 

En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que contenía un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. El párrafo 37 de la Agenda reza lo siguiente: 

“Reconocemos que el deporte contribuye cada vez más a hacer realidad el desarrollo y la paz promoviendo la tolerancia y el respeto, y que respalda también el empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, las personas y las comunidades, así como los objetivos en materia de salud, educación e inclusión social”. 

Este reconocimiento específico del deporte se produjo después de que en los últimos 25 años se intensificasen los esfuerzos para organizar y movilizar el deporte en pro de la consecución de los objetivos de desarrollo y paz. Cientos de organizaciones de varios tipos —gubernamentales, no gubernamentales, empresariales, benéficas, deportivas, internacionales y locales— han puesto la mirada en el deporte, así como en la actividad física y el juego, para realizar una contribución positiva a la superación de las dificultades más perdurables en materia de desarrollo. 

Béisbol inclusivo y espacios de convivencia 

La implementación de programas innovadores en familias vulnerables es imprescindible para promover un estilo de vida saludable a través del deporte. Porque la práctica deportiva sirve de salvavidas de primer nivel para estos colectivos desfavorecidos. De ahí la importancia de ayudas como la de la Unión Europea financiando con 189.950 euros una iniciativa de Navarra para fomentar la inclusión de las personas refugiadas a través del deporte.  

La Federación Navarra de Béisbol, Cruz Roja y CEAR colaboran en este proyecto, Playing For Refugees, que permitirá organizar actividades entre personas refugiadas, jóvenes y adultas, y su comunidad de acogida en diferentes localidades. 

La implementación de programas innovadores en familias vulnerables es imprescindible para promover un estilo de vida saludable a través del deporte

El objetivo principal de este "innovador proyecto" es apoyar la inclusión social de las personas refugiadas residentes en Navarra a través del deporte, concretamente a través del béisbol y el softbol. La elección del béisbol como actividad deportiva principal para la integración en este programa piloto se basa en su fuerte vinculación con Navarra y los intereses de la comunidad de personas refugiadas presente en la región, donde alrededor del 70-80% de las mismas pertenecen a países donde el béisbol es el principal deporte. 

En la actualidad existe un número importante de personas en esta situación en la Comunidad Foral, y gran parte de ellas proviene de países con cultura de béisbol (toda la región del Caribe, especialmente Venezuela y Colombia), pero también otras regiones del Este de Europa y Asia.

Tiro libre hacia la integración  

Otro caso de integración a través del deporte es el que se da en seis provincias andaluzas donde un total de 165 jóvenes, concretamente de Córdoba, Cádiz, Huelva, Sevilla, Málaga y Jaén en situación de fragilidad social, van a poder acceder, gracias al apoyo económico de las Fundaciones Cajasur, al proyecto denominado Becas formativas Cruz Roja Española, puesto en marcha hace un año más por la Federación Andaluza de Baloncesto y la reconocida institución humanitaria. 

El citado programa pretende insertar laboralmente a jóvenes en situación de exclusión social, participantes en el Plan Empleo de Cruz Roja, mediante la formación y práctica del baloncesto. Para ello, se ha acordado ofrecer 60 becas para realizar un curso de entrenador, 65 para árbitro y 40 de auxiliar de mesa. 

Antonio de Torres, presidente FAB, señala que “el sentido de trascender con los que menos oportunidades tienen, nos vuelve a unir en un proyecto consolidado y de gran valor en nuestra comunidad. Ojalá este “banco” de oportunidades, en el que se han convertido las becas formativas, siga creciendo”.  "Lo que busca es facilitar becas que permitan el pago de las matriculas del coste de esos cursos. El papel de Cruz Roja en este convenio es tratar de seleccionar o buscar los perfiles con los que intervenimos. Inicialmente se empezó a dinamizar desde el Área de Empleo, pero gracias al carácter social del proyecto ya abarca otras áreas y departamentos de la Organización", explica Ignacio Romero, responsable andaluz de empleo de Cruz Roja. Añade que lo interesante de esta iniciativa "es que el deporte crea unos valores y añade compromiso, sobre todo en perfiles como estos, el de árbitro o entrenador, perfiles clave dentro del desarrollo del deporte".

Sin duda, el deporte tiene un poder unificador y armonizador que puede contribuir a disminuir la segregación social, así como el racismo y la discriminación que sufren las personas refugiadas. Y, al mismo tiempo, mejorar la convivencia entre ellas y su comunidad de acogida. 

No obstante, para conseguirlo es necesario que la comunidad de acogida se implique en el cambio. El deporte puede ser, en este sentido, un eje estratégico para llegar a las personas dispuestas a ayudar a este colectivo vulnerable. 

En conclusión, usándolo de la manera adecuada, el deporte puede ser una herramienta impulsora de cambio y transformación social que tiene la capacidad de cohesionar la sociedad y generar oportunidades a la vez que sana a las personas y les devuelve la esperanza.