Hilos que unen historias y abrigan - Ahora

• Con motivo del Día Europeo de las Personas sin Hogar, un grupo de mujeres mayores en San Fernando (Cádiz) cose cuellos y bufandas destinadas a abrigar a quienes duermen a la intemperie. Dos grupos de población, muchas veces olvidado, unidos por lana, aguja y unas manos que no solo tejen, sino que acompañan. 

Las mujeres mayores de 65 años que acuden al Centro Cívico Pérez Gener, en San Fernando (Cádiz), llevan un tiempo tejiendo para que quienes no tienen un techo puedan sobrellevar un poco mejor las temperaturas. Una iniciativa impulsada por Cruz Roja dentro del programa ‘Atención a colectivos vulnerables’, que une dos realidades muchas veces invisibles: la de las personas mayores y la de quienes viven en exclusión residencial extrema.  

La actividad, que se desarrollará durante todo el otoño e invierno, es algo más que una acción puntual: es el punto de encuentro entre dos proyectos de la organización. Por un lado, los talleres para personas mayores de 65 años; por otro, el Equipo de Calle de Personas en situación de extrema vulnerabilidad, que desde agosto recorre la ciudad para detectar, acompañar y atender a personas en situación de sinhogarismo. Es este equipo quien ya ha comenzado a repartir los cuellos tejidos entre las personas sin hogar.  La acogida, por parte de los dos colectivos, está siendo muy buena. “Hemos empezado a entregar las primeras de las bargas de cuello y seguiremos durante toda la semana. Cuando se las entregamos, enseguida preguntan de dónde vienen y quiénes las han hecho. Al contarles la historia de las mujeres mayores muchos se emocionaban al ver que hay alguien que se preocupa por ellos. La reacción de estas personas es sobre todo, de agradecimiento hacia estas mujeres. Esos mensajes para agradecerles la iniciativa los estamos recogiendo tanto en audio como por escrito”, explica Jesús Pertiñez, referente del programa de Extreme Vulnerabilidad de Cruz Roja en Cádiz . 

La iniciativa es también un guiño a las antiguas damas tejedoras, mujeres que durante décadas dedicaron tiempo y cuidado a quienes más lo necesitaban. Hoy, ese gesto cobra un nuevo significado desde la igualdad y la participación activa de las mujeres mayores en la vida comunitaria, reivindicando su papel dentro de Cruz Roja y en la sociedad. “Cada puntada es más que lana… es compañía, es cuidado, es tiempo compartido”, explican desde el proyecto.  

El impacto emocional está siendo inmediato. Las tejedoras del Pérez Gener hablan de orgullo, de propósito y de sentirse parte esencial de una cadena de cuidados. Para quienes recibirán estos cuellos, supone algo más que un objeto útil: es un recordatorio de que no están solos. Es el relato de cómo un gesto tan sencillo como tejer se transforma en calor para las personas sin hogar. 

En un contexto en el que miles de personas viven sin un techo en España, acciones como esta son un ejemplo de cómo la comunidad puede transformar realidades desde lo cotidiano. Este 23 de noviembre, Cruz Roja en San Fernando no solo visibiliza el sinhogarismo: lo enfrenta con humanidad, con creatividad y con el calor que solo nace cuando se lleva a cabo una acción colectiva.  

Los proyectos de 'Enrédate' y 'Atención a personas vulnerables' están financiados por el Ayuntamiento de San Fernando.