El 22 de agosto que cambió las normas de las guerras - Ahora
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- El Convenio de Ginebra, ratificado por 12 países el 22 de agosto de 1864, fue el origen del actual Derecho Internacional Humanitario
Era 22 de agosto. Ese día, del año 1864, concluía la conferencia internacional en Ginebra (Suiza). Una fecha histórica en la que 12 países firmaron un documento por el que se comprometían a amparar y proteger a los soldados heridos, así como a las personas y equipamiento dedicados a su cuidado en un conflicto bélico. Un tratado que fue el germen del actual Derecho Internacional Humanitario, y que fue puesto en práctica por primera vez solo dos años más tarde durante la guerra austro-prusiana. Henry Dunant, fundador de la Cruz Roja, fue uno de sus principales impulsores.
Ese tratado, conocido como el Convenio de Ginebra, abrió el camino a una obra normativa sin precedentes. Hoy comprende más de 20 convenios, declaraciones y protocolos en los que se determinan los derechos y las obligaciones del individuo, civil o militar, en caso de conflicto armado. La historia lo recordará, en palabras de Juan Funes, director del centro de Documentación de Cruz Roja Española, “por ser el primer texto acerca de la protección de la persona, del ser humano”.
El triunfo de la Neutralidad
Durante la segunda mitad del siglo XIX, en las guerras de Crimea y de Italia, el 60% de los heridos murió por falta de cuidados adecuados. Henry Dunant, testigo involuntario de una de las más sangrientas batallas de la Historia, la batalla de Solferino, en la que perdieron la vida 40.000 personas, fundó en 1863 un comité, conocido como ‘El Comité de los Cinco’ para atender a los heridos de guerra. Fue el germen de la Cruz Roja actual. Este Comité impulsó al año siguiente el Convenio de Ginebra, al que asistieron 16 países, y en el que nace el tratado que luego ha derivado en las normas que rigen los conflictos bélicos.
Además del compromiso formal de los 12 países encaminado a cuidar a los soldados heridos, la verdadera revolución en el campo del Derecho Internacional de este acuerdo es el concepto de ‘Neutralidad’ que a partir de entonces se aplicó como estatuto del personal sanitario. Se establece que, desde ese momento, este personal no puede ser hecho prisionero, sino que se le debe dejar que prosiga su tarea de socorro devolviéndolo luego a su ejército.
La verdadera revolución en el campo del Derecho Internacional del Convenio de Ginebra es el concepto de ‘Neutralidad’
Esta idea nace en Dunant y en su amigo neerlandés, el señor Basting. La idea de Neutralidad fue incluida ya en 1863 en el orden del día de la Conferencia que el Comité de los Cinco había convocado, sin consultar a sus colegas por miedo a que no prosperase. Como la Conferencia no era competente para tratar cuestiones jurídicas, el asunto se trató y se aprobó al año siguiente en el Convenio de Ginebra. Uno de los juristas más importantes del momento lo calificó como “una de las más nobles conquistas del espíritu humano”. La Conferencia confirmaba el triunfo del principio de “Neutralidad” que, afectaba, además de a los heridos, a los edificios donde están alojados, al personal que les cuida y al material que necesitan.
Uno de los juristas más importantes del momento calificó el Convenio de Ginebra como “una de las más nobles conquistas del espíritu humano”
El origen de la cruz roja sobre fondo blanco
Durante las conferencias de 1863 y 1864 también se decidió el símbolo que distinguiría a ese nuevo principio de amparo y protección: la cruz roja sobre fondo blanco. Dunant hizo comprender la necesidad de un emblema común. Su colega, el doctor Appia, propone el brazalete blanco en la Conferencia de 1863, pero este signo ya era utilizado por los parlamentarios y también estaba destinado a la rendición. Otro de los participantes, sugiere entonces que se añada una cruz roja, una propuesta que es apoyada enseguida por el resto de miembros.
La cruz roja sobre fondo blanco es un símbolo de neutralidad desprovista de cualquier significado nacional o religioso, tal y como señalan: “La cruz roja no tiene sino un significado que le es propio, pero que es suficiente: el hombre que sufre ya no es un enemigo, será socorrido sin ninguna diferencia, sin preguntarle ni siquiera su nombre, simplemente porque es un hombre y porque sufre”.
La guerra cede paso al derecho
Los diez artículos que conforman el Convenio de Ginebra fueron una de las más importantes conquistas de la civilización. Desde ese 22 de agosto de 1864, los países reconocían que debía existir un parte de terreno inviolable por los ejércitos, “y aceptaban limitar, en el plano internacional, su propia potencia en favor del individuo y en nombre de un imperativo altruista. Por primera vez, la guerra cedía el paso al derecho”, asegura el director del centro de Documentación de Cruz Roja Española.
El Convenio de Ginebra, revolucionario en su época, es la piedra angular de todo el Derecho Internacional Humanitario. Su principio, limitado en un inicio a los heridos militares, se ha ido extendiendo a lo largo de los años a otras categorías de personas que necesitan una ayuda especial, como la población civil. Asimismo, el Convenio de Ginebra influyó a otros tratados que reglamentan la conducta en las hostilidades y limitan el uso de ciertas armas, como son los Convenios de La Haya, firmados en 1899 y 1907.
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