Nadie elige vivir en la calle - Illes Balears
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Marga Plaza lleva unida a Creu Roja desde que comenzó su trayectoria profesional. Tras unos años ejerciendo como trabajadora social, en 2013 fue nombrada coordinadora de la UES ( Unidad de Emergencia Social) que atiende a las personas sin hogar en Palma. (Unidad gestionada por Creu Roja y de titularidad del Insitut Mallorquí d’Afers Socials..)
Con motivo de la Semana Internacional de las Personas sin Hogar, hablamos con ella sobre su paso por la organización humanitaria, sus objetivos y la humanidad que caracteriza a todo su equipo.
¿Cuál es el objetivo de Creu Roja en la UES?
Tenemos dos líneas actuación, la primera es la cobertura de necesidades básicas de las personas sin hogar, y la otra es realizar actuaciones psicosociales que favorezcan un proceso de inclusión para que esta persona pueda dejar de vivir en la calle.
Dentro de estos procesos, la herramienta más fundamental es el vínculo. Las personas que atendemos piensan que el sistema y la sociedad les ha fallado y por eso desconfían mucho de todo el mundo. Si establecemos un buen vínculo con la persona, conseguimos que confíen en nosotros y así podremos ayudarle y llevar a cabo todo el proceso de ayuda.
Otra de las cosas más importantes del servicio es el equipo humano que tenemos. Nuestro personal tiene una gran capacidad para acompañarles y ponerse en su lugar. Tienen una humanidad que no se ve en todos lados y creo que eso es la clave de nuestro servicio.
¿Cuál ha sido tu gran reto desde que comenzaste como coordinadora de la unidad?
Uno de los grandes retos que afrontamos era y sigue siendo intentar sensibilizar a la sociedad sobre la situación de las personas sin hogar. Pienso que es realmente necesario que la ciudadanía, las administraciones y servicios conozcan la realidad de este colectivo.
Muchas personas creen que tienen algún motivo para haber acabado en esta situación, que es su culpa estar así, y olvidamos que hay todo un sistema estructural que les ha fallado, que hay situaciones personales o traumáticas que han vivido que les han llevado a esta situación.
Existe la creencia de que mucha la gente que duerme en la calle es porque lo ha elegido. Nadie elige vivir en la calle, nadie elige vivir dentro de un cajero. Son las circunstancias las que le han llevado a esta situación. Es muy difícil salir de ello, porque lo han perdido todo, tanto a nivel material como a nivel emocional.
¿Como sociedad qué podemos hacer?
El simple hecho de mirarles a los ojos, de identificarles. No pasar por al lado como si no estuviesen. Saludarles, hacerles sentir que son un igual. No apartarles más de la sociedad con nuestro silencio. Un “Hola, ¿qué tal?”, un simple “Buenos días” es mucho para ellos.
A veces muchos giramos la mirada porque también nos duele su situación, pero podemos preguntarles si necesitan algo, escucharles, conocer su historia.
¿Cuántas personas se encuentran en esta situación?, ¿Cuál es el perfil de las personas que atendemos?
Estimamos que hay unas 500 personas sin hogar en Palma, pero somos conscientes de qué puede haber más gente.
Cada vez hay más personas mayores que estamos atendiendo en calle, y a su vez cada vez estamos atendiendo a personas muy jóvenes o personas migrantes que acaban de llegar a la isla. Es un colectivo muy heterogéneo.
¿Hay historias que pesen más que otras?
Me pesan absolutamente todas las historias que atendemos. Por ejemplo, hace unos días atendimos a un hombre de 76 años en la calle que está padeciendo un cáncer. Es muy duro ver este tipo de situaciones, pero es que todas lo son. El día que no me afecte conocer sus historias dejaré de trabajar en esto.
¿Algún mensaje que quieras destacar?
Estoy super orgullosa de todas las personas que forman parte del equipo, todas se desviven por dar respuesta a las personas que ayudamos. Cada una de ellas son ejemplo de la calidad humana y no tener ningún prejuicio. Estamos aquí para darles todo nuestro apoyo