No es lo mismo ser meros receptores pasivos de ayuda, que ser personas que participan y deciden sobre la cobertura de sus necesidades básicas. Puede parecer que la diferencia no sea abismal a ojos ajenos, pero, en realidad, “tener la oportunidad de decidir sobre tus necesidades, te convierte en protagonista activo en su proceso de recuperación”. Es lo que permiten las tarjetas monedero, un tipo de ayuda económica que se materializa en tarjetas que las personas que las reciben pueden utilizar en distintos comercios o establecimientos para adquirir comida, ropa, enseres u otros productos. ¿Lo diferencial? Que son las personas usuarias las que las emplean de forma eficiente y más personalizada en sus necesidades concretas. En los últimos años, Cruz Roja ha triplicado la entrega de tarjetas monedero a familias vulnerables para la cobertura de sus necesidades básicas y es fácil saber por qué, puesto que las tarjetas monedero presentan diversas ventajas. 

La primera, y más importante, es que las tarjetas monedero dignifican la ayuda. Recibir asistencia monetaria mediante una tarjeta electrónica recargable y gastarla en el comercio que la persona beneficiaria quiera resulta mucho más digno que recibir un lote de una serie de productos determinados. Esto entronca con otra cualidad, y es la ayuda en función de las necesidades, es decir, se trata a los grupos de personas usuarias como parte activa en la respuesta y en su propia recuperación en lugar de como meros receptores pasivos. Hay, por ejemplo, tarjetas monedero enfocadas a alimentación y otros productos (ya sea grandes cadenas de supermercados o comercios locales), tarjetas monedero bancarias (con saldo, que permiten adquirir productos en distintos lugares como tiendas y establecimientos como farmacias, gasolineras, etc.) así como también vales de tiendas de pequeños comercios a nivel local y en zonas rurales.  

Bien lo saben en La Palma (Canarias), donde las tarjetas monedero han sido muy útiles para ayudar durante la emergencia generada por el Volcán Cumbre Vieja y han respaldado enormemente a la población afectada.

Tarjetas monedero en La Palma: reactivando la economía local

Yoana María Pérez perdió su vivienda en el barrio de Todoque, en los Llanos de Aridane, cuando el volcán de Cumbre Vieja entró en erupción. Tuvo cierto margen de tiempo y logró, dos días antes de que la lava destruyera su hogar, sacar los muebles y objetos importantes. Ella y su hijo de 12 años acudieron a Cruz Roja poco después para que les ayudaran. La Organización está apoyándola con el alquiler de su nuevo piso, le ha ofrecido kits de limpieza y también una tarjeta monedero que Yoana cuenta que ha empleado en “alimentos básicos”. “Es muy útil. Además, el pago ha sido sencillo y sin problema”, cuenta. Por todo ello expresa su más sentido agradecimiento a la Organización.

“No es lo mismo ofrecer una caja con mantas y determinados productos a tener la libertad de comprar lo que a cada familia le gusta consumir”. La autora de estas palabras es Vanesa García, directora técnica de la Asamblea Comarcal Oeste de La Palma, quien ha estado en la emergencia desde el minuto cero hasta la fecha actual. “Nos ofrecieron donaciones en especies, algunas de las cuales sí recibimos, pero desde un principio pusimos el foco en que fueran económicas para invertir en este tipo de ayudas”, explica García. 

Tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma se activaron 3.000 tarjetas monedero para la población afectada

Después de que estallara el volcán de Cumbre Vieja se pusieron en marcha 3.000 tarjetas monedero. No todas han sido entregadas, aunque fue durante las primeras semanas de la crisis en La Palma cuando hubo más movimiento al respecto. “Entregábamos tarjetas monedero de 400 euros para las familias que no tenían ingresos, 200 euros para las que sí recibían algún tipo de ingreso, y 100 para personas que se alojaban en albergues u hoteles”, señala la directora técnica de la Asamblea Comarcal Oeste de La Palma. 

Vanesa destaca, además, dos principales virtudes de las tarjetas monedero. La primera, la referente a la logística, puesto que las tarjetas monedero permiten ahorrar costes al reducir los gastos relativos al transporte y distribución, e impedir que haya pérdidas en la cadena de suministro. A eso se suma que también se reduce la necesidad de utilizar o tener que alquilar depósitos o almacenes. En este sentido, y consecuentemente, las tarjetas monedero también contribuyen a disminuir la contaminación y la huella de CO2 al no ser necesarias tantas operaciones logísticas ni el uso de tantos vehículos de motor.

Por otro lado, las tarjetas monedero también tienen la capacidad de respaldar el comercio local, “que se ha visto muy golpeado”, matiza Vanesa García, además de “ayudar a la economía del lugar”. “Hemos ido rotando con diferentes establecimientos de La Palma. Después, cuando detectábamos alguna incidencia en algún comercio donde no pasaba la tarjeta lo íbamos resolviendo, de forma que la persona pudiera comprar donde quisiera, tanto en una gran superficie como en la tienda de al lado de su casa”, apunta Vanesa García. Hay, eso sí, con las tarjetas se excluyen algunos productos como el tabaco, el alcohol u otros productos dañinos para la salud. 

Las tarjetas monedero en La Palma no solo han llegado a colectivos vulnerables, sino a familias que anteriormente a la emergencia del Volcán no habían necesitado recurrir a solicitar ayuda de Cruz Roja. “Hemos visto a personas con una situación económica buena que se ha visto afectada por esta situación. Muchas personas tienen vergüenza a la hora de solicitar ayuda, y no es lo mismo que entren a la oficina y salgan con cajas y bolsas que vayan con su tarjeta en la cartera y nadie sepa qué se les ha ofrecido o dado”, reflexiona García. 

Tarjetas monedero en el ámbito educativo: el juguete (de verdad) deseado

Las tarjetas monedero también pueden repercutir positivamente cuando hablamos de educación. Pedro Martínez, coordinador de Cruz Roja Juventud de la Comunidad de Madrid, ahonda en lo beneficioso que aportan las tarjetas monedero tanto en las familias vulnerables como en los propios niños y niñas. “El derecho del menor a abrir un juguete nuevo que ha elegido, igual que el resto de población que se lo puede permitir, es importantísimo”, explica. En caso contrario, las familias se pueden enfrentar a juguetes que no han podido elegir y que quizá los niños y las niñas tampoco han pedido, algo que no acaba de beneficiar a ninguna de las partes.

En este proceso una de las patas relevantes es la sensibilización, ya que desde Cruz Roja Juventud también se acompaña a las personas beneficiarias de las tarjetas monedero para asesorar sobre qué juguetes son más idóneos para favorecer el desarrollo del niño o niña. Y, aunque esta acción tiene especial impacto en ciertas festividades, las acciones ligadas a la campaña del juguete educativo son de carácter anual. Siempre es un buen momento para promover que los juguetes sean no sexistas, no bélicos, respetuosos, valiosos y útiles. 

“El derecho del menor a abrir un juguete nuevo que ha elegido es importantísimo”

Y es que, aunque pueda no parecerlo, al final los menores también se dan cuenta de los juguetes que reciben, y de qué forma. “Van creciendo y se dan cuenta de las cajas desgastadas, de los productos sin embalaje…”, señala Pedro Martínez. “Está bien que una familia tenga el derecho a comprar un juguete. Recordemos que los juguetes pueden perder propiedades, y que no es lo mismo uno de hace 15 años que uno actual, que se adapta más a los pequeños y las pequeñas”, sostiene el coordinador de Cruz Roja Juventud de la Comunidad de Madrid. 

En la Comunidad de Madrid, Cruz Roja tiene un convenio con la empresa Dideco. Tras entregar la tarjeta, y trabajar en un taller con la familia para tratar de orientar en que el juguete sea lo más adecuado posible, se procede a la adquisición del mismo en una de las sedes de esta compañía. “A veces el voluntariado está en la tienda en una franja horaria para ayudar a las familias; otras, acuden de forma autónoma. Incluso a veces no se pueden desplazar, y lo compramos desde Cruz Roja y se lo damos”, explica Pedro Martínez. 

El objetivo, además, es ir creando convenios con más tiendas de juguetes para que las tarjetas monedero puedan llegar a más partes y cumplir así con la Convención sobre los Derechos de la Infancia, que recoge entre otros aspectos el derecho de los niños y las niñas al ocio, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad.

Tarjetas monedero y alimentación consciente

Las tarjetas monedero también se relacionan estrechamente con la alimentación consciente. Estas tarjetas, después de todo, propician y facilitan el acceso a productos frescos, perecederos y que normalmente requieren del mantenimiento de la cadena de frío. Fue una de las principales mejoras que apreciaron en Cruz Roja La Rioja, Zaragoza y/o Vitoria, precisamente, cuando iniciaron su colaboración con la app ‘Encantado de comerte'.

Cruz Roja La Rioja, mediante esta aplicación y cupones sociales digitales, inyecta unos 100 euros al mes por cada una de las veinte familias vulnerables que participan en el proyecto. Lo harán hasta el próximo mes de abril, cuando llegará a su fin esta experiencia piloto que no se descarta ampliar en el tiempo. “En Cruz Roja no tenemos cámaras frigoríficas para productos frescos, con lo que esa parte quedaba siempre más coja”, explica Ana Arnáez, responsable del área de mayores y extrema vulnerabilidad en Cruz Roja La Rioja. De esta forma, y mediante este tipo de tarjetas monedero digitales, es más fácil que familias en riesgo de exclusión social puedan acceder a productos frescos, sanos y perecederos que les ayuden a mantener una dieta equilibrada.

Mediante estas tarjetas monedero digitales las familias vulnerables pueden acceder a productos frescos

Supone la oportunidad perfecta para, además, poner el foco en la importancia del comercio sostenible y de carácter local, así como para ayudar a las familias a escoger mejor los alimentos que se llevan a casa. “No pasa nada porque alguien se gaste 4 euros en bollería, pero queremos que los niños o niñas también puedan comer un filete”, recalca la responsable del área de mayores y extrema vulnerabilidad en Cruz Roja La Rioja. Por ese mismo motivo, la iniciativa está ligada a talleres de buena alimentación y se han escogido, fundamentalmente, a familias con infantes con el fin de generar hábitos saludables en los niños y las niñas.

Porque las elecciones propias dignifican en cualquier contexto. Y, mediante las tarjetas monedero, es más sencillo que los colectivos vulnerables también puedan escoger más y mejor.