De Santiago de Cuba a Mallorca con el voluntariado como bandera - Ahora
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- Carlos es un voluntario cubano de Cruz Roja que actualmente reside en Mallorca. Empezó a colaborar con la Organización en su país y, al llegar aquí, no dudó en seguir ayudando a quien más lo necesita.
Santiago de Cuba y Mallorca se encuentran a más de 7500 kilómetros de distancia. Una distancia que el voluntariado reduce de alguna manera, aunque sea en un sentido figurado. La historia de Carlos, un voluntario cubano de Cruz Roja que ha seguido formando parte de la Organización en Manacor (Mallorca, Baleares), lo demuestra.
Carlos se hizo voluntario de Cruz Roja en su natal Santiago de Cuba en el año 2009. Fue un amigo quien se lo sugirió, y Carlos no dudó en probar como operador de radio en el grupo GEO (Grupo Especial de Operaciones). También tenía preparación en rescates, por lo que emprendió su aventura en Cruz Roja con entusiasmo y curiosidad, dispuesto a utilizar su experiencia para ayudar a los demás. Cuando sus pasos le condujeron hasta Mallorca a finales de 2015, Carlos no dudó en volver a acercarse a la Organización para continuar siendo voluntario. “Me acerqué a la sede de Manacor y después de hacer la formación básica ingresé en Creu Roja”, explica Carlos, aficionado al montañismo, al buceo y al “voluntariado de Cruz Roja”.
Cuando su tiempo libre se lo permite, Carlos asiste a personas con bajos recursos en el banco de alimentos, y ayuda con el traslado de sillas de ruedas, de grúa para personas con poca movilidad, de muebles o de enseres domésticos a domicilio, entre otras actividades. “Lo hago de acuerdo a mi disponibilidad”, matiza Carlos, que compagina el voluntariado con su trabajo.
"El voluntariado me ha aportado conocimientos, lograr cambiar mi pensamiento y actitud ante el mundo"
Un voluntariado, por último, que no se plantea dejar ni siquiera aunque haya picos de faena que hagan que no todas las semanas pueda dedicarle el tiempo que le gustaría (“ahora estoy a tope en el trabajo”, cuenta). “Considero que me ha aportado conocimientos, lograr cambiar mi pensamiento y actitud ante el mundo y las personas. También la experiencia adquirida durante todo el tiempo que llevo en Cruz Roja ha sido muy importante para seguir desarrollándome”, expresa Carlos.
Lo dicho: el voluntariado es capaz de acercar un poquito Santiago de Cuba y Mallorca, por muchos kilómetros que haya de distancia en medio.
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