Pensar a largo plazo: la compleja situación en Ecuador - Ahora
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- Ecuador es uno de los 25 países que forma parte de la alianza firmada por la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la Unión Europea para ofrecer una ayuda humanitaria más eficiente y eficaz.
Ecuador es uno de los países de Latinoamérica con una orografía más particular. La cordillera de los Andes atraviesa al país de Norte a Sur formando dos cadenas paralelas. A ello se suman los volcanes. El Chimborazo, el Cotopaxi y el Cayambe son los más altos, pero no los únicos. Su contexto geográfico es, sin duda, especial. Pero sus encantos también entrañan ciertos riesgos, como la posibilidad de terremotos o la erupción, precisamente, de los no pocos volcanes distribuidos por todo el territorio. Es una información que controla al dedillo Carlos Labarga, jefe de la delegación de Cruz Roja Española en Ecuador.
“Está sometido a numerosas amenazas naturales: terremotos, erupciones volcánicas, lluvias torrenciales, sequías severas... que son más recurrentes y virulentas a causa del cambio climático, haciendo que Ecuador sea un país muy vulnerable, necesitado de ayuda humanitaria y apoyo de sus medios de vida a más largo plazo”, concreta Labarga. Además, este país también presenta grandes desigualdades, agravadas por la pandemia y la inestabilidad económica y social, y especialmente patentes desde el paro nacional producido en junio de 2022, que “demostró la poca sintonía entre el gobierno y la población, radicalizando posturas y no tomando decisiones en pro de un desarrollo inclusivo”.
"Ecuador es un país muy vulnerable, necesitado de ayuda humanitaria y apoyo de sus medios de vida a más largo plazo"
Frente a este difícil contexto, la alianza programática se convierte en una solución más que necesaria. Labarga y su equipo han visto de primera mano cómo este acuerdo entre la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de la Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (DG ECHO), puesto en marcha hace apenas unos meses, está ayudando a prevenir desastres naturales y a gestionar riesgos. Un proyecto piloto que, además de en Ecuador, se lleva a cabo en más de 20 países y aporta en palabras del delegado algo crucial: “Estabilidad”.
Y es que, además de la preparación frente a desastres, esta alianza también engloba otros ámbitos imprescindibles para que la ayuda humanitaria prestada sea más eficaz y eficiente tales como la preparación ante pandemias y epidemias; el apoyo económico y en especie; la comunicación de riesgos; o la asistencia humanitaria y la protección a las personas en tránsito.
Este último punto es especialmente importante, puesto que, según Carlos Labarga, “Ecuador siempre ha sido un país de acogida para la comunidad colombiana”. Además, “el desplazamiento forzado de personas venezolanas durante los últimos años ha supuesto un esfuerzo de los servicios públicos ecuatorianos, no pudiendo dar respuesta necesaria para garantizar el bienestar de las familias llegadas en busca de un nuevo destino”, explica el delegado de Cruz Roja Española en Ecuador.
Con la mirada puesta en el futuro
El acuerdo entre la IFRC y la DG ECHO estará vigente durante los próximos 3 años, algo que permitirá “trabajar a medio plazo, sin pensar tanto en acciones de respuesta puntuales y de corta duración, lo que nos facilita planificar la intervención de manera más estratégica”, concreta Carlos Labarga, que también evidencia que los proyectos cortos en muchas ocasiones no dejan comprobar con tanta precisión el impacto o sostenibilidad que generan.
“Ser flexibles es otro aspecto fundamental porque, como hemos mencionado, Ecuador está sujeto a continuos cambios, y es importante poder dar una respuesta eficaz ante cualquier emergencia”, añade. El fortalecimiento de la Sociedad Nacional es otro aspecto a destacar, ya que otro asunto que recoge la alianza programática es formar a personal local y voluntario en temas específicos, tales como la vigilancia epidemiológica basada en la comunidad; las transferencias de efectivos; la protección, género e inclusión; o la diplomacia humanitaria “de cara a aumentar sus capacidades de respuesta en el país”.
Aunque han pasado pocos meses desde el inicio de la ejecución de este acuerdo, ya se han alcanzado algunos resultados con un impacto visible que Carlos Labarga destaca. La campaña de vacunación, por ejemplo, ha tenido una gran aceptación por parte del Ministerio de Salud Pública, y está consiguiendo “excelentes resultados”.
Por otra parte, ya se han puesto en marcha talleres de diplomacia humanitaria, donde 11 presidentes provinciales han participado y solicitado réplicas para el personal de sus juntas. A ello se suma otro taller regional de migración en el que se ha conseguido congregar en Quito a la mayoría de Sociedades Nacionales de América (desde Canadá hasta Argentina) y donde se ha ahondado en el desarrollo de la estrategia global del Movimiento sobre migración para el año 2024.
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