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“Los espeleólogos se desorientaron, pero mantuvieron la calma y esperaron su rescate”
SOCORROS
“Los espeleólogos se desorientaron, pero mantuvieron la calma y esperaron su rescate”
02/07/2024
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
  • No cometer imprudencias y ser paciente son algunas de las claves a tener en cuenta en caso de cualquier emergencia, pero especialmente si ocurre dentro de una cueva. Esa serenidad, sumada a la experiencia, hizo que los dos espeleólogos que, el pasado 22 de junio, se perdieron durante una expedición en el complejo de cuevas Garmaciega en Cantabria, consiguieran ser rescatados ilesos.  

El sábado 22 de junio, Paloma Bombín y Alfonso Urrutia, dos espeleólogos expertos, iniciaron una expedición de más de 10 horas de duración en una cueva en Soba (Cantabria). A pesar de la excelente preparación de ambos, la complejidad de la ruta les jugó una mala pasada y perdieron el rumbo marcado. Tras un primer aviso por parte del gobierno cántabro, el Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Cruz Roja en Cantabria activó su protocolo de actuación. “Recibimos el aviso, dejamos un tiempo prudencial y finalmente, activamos tres equipos de búsqueda. Un equipo se ocupó de la entrada de la cueva, otro de la salida y otro de la zona de descanso”, explica Agustín Salán, responsable de socorros de Cruz Roja en Cantabria. 

El rescate en cuevas no es tarea fácil. El espacio reducido, las condiciones extremas y la poca visibilidad son algunos de los condicionantes de esta actividad. Por ello, el equipo de espeleosocorrismo que se encarga del rescate ha de estar más que preparado para las complicaciones que puedan surgir durante la intervención. “Nos preparamos para lo inevitable, nunca sabes del todo la complejidad del rescate hasta que te enfrentas a él”, apunta Agustín Salán.  

Horas después de iniciarse el operativo, se sumaron al rescate la Unidad Militar de Emergencias (UME), así como el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, quienes ampliaron las zonas de búsqueda. Ya entrada la tarde del domingo 23 de junio, los espeleólogos desaparecidos fueron encontrados y salieron ilesos a la superficie para dirigirse al puesto de mando del 112, donde les esperaban sus más allegados. “Actuaron como se debe actuar, mantuvieron la calma y esperaron a ser rescatados por los equipos de emergencia. Además, contaban con todo lo necesario para subsistir el tiempo que se puede demorar un rescate como este. Sabían que entre uno o dos días podríamos tardar en dar con ellos”, asegura el responsable de socorros de Cruz Roja en Cantabria. 

Este acontecimiento es solo un ejemplo de la importancia de tener conocimientos sobre lo que sí y lo que no se debe hacer en caso de emergencia. Confiar en los equipos de rescate y mantener la calma puede ser la solución para que el accidente se quede en eso mismo, en un accidente, con final feliz.

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