Las soledades de la juventud en España - Ahora
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Humanidad
En la opinión pública puede parecer obvio: sentirse sola o tener un problema de salud mental no debería ser parte de la vida de una persona joven, generalización a la que se le añade cierto estigma asociado a esas problemáticas. Sin embargo, los datos revelan una realidad algo diferente a ese paradigma hiper social de la juventud, cuyas carencias de salud han cristalizado especialmente durante y tras la pandemia de covid-19.
Por ejemplo, los datos de la primera ola de la encuesta municipal Ómnibus, realizada en Barcelona en plena pandemia en junio de 2020, mostraron que el sector poblacional que con mayor incidencia expresaba sentirse solo eran las personas de entre 16 y 24 años, con un 26.5% que contrastaba con el 21% del grupo de 35 a 44 años o el 19% de las mayores de 65 años. En 2022, la primera cifra aumentó a casi un tercio de las personas jóvenes (Ajuntament de Barcelona, 2020, 2022). Esta mayor prevalencia del sentimiento de soledad entre la población más joven frente a las etapas más avanzadas se encuentra en consonancia con otros estudios de corte nacional e internacional antes y, sobre todo, después de la pandemia de covid-19. Así, se ha observado que las personas jóvenes de 18 a 25 años en Europa (Baarck et al., 2021; Baarck, D’Hombres y Tintori, 2022), Nueva Zelanda (Hawkins et al., 2018), Australia (Franklin y Tranter, 2008), el Reino Unido (Department for Digital, Culture, Media & Sport, 2018), Japón (Stickly y Ueda, 2022), Estados Unidos (Child y Lawton, 2019) y, por supuesto, también en España (Losada-Baltar et al., 2020), entre muchas otras localizaciones geográficas y culturales, presentan una mayor prevalencia de soledad en comparación con grupos poblacionales de otras edades.
La soledad no deseada afecta a buena parte de la población joven
Por lo tanto, la soledad no deseada afecta a buena parte de la población joven y, junto a la depresión y a la ansiedad, supone uno de los grandes problemas de salud pública contemporáneos. En este sentido, nuestro grupo de investigación realizó un estudio en la primavera de 2021 para conocer la prevalencia de estos problemas en la juventud española en esa etapa pandémica. Si bien la literatura revisada hacía presagiar unos resultados inquietantes, nuestros datos fueron poco menos que alarmantes: un 80% declaró sentirse en soledad –llegando el 20% a un nivel severo– y, aunque se encontró una mayor prevalencia de soledad emocional –dos de cada tres jóvenes–, también fue frecuente la soledad social, con casi un 40%. En cuanto a los síntomas de depresión, la mitad manifestaba experimentarlos, siendo la prevalencia incluso algo mayor para los síntomas de ansiedad. A la gravedad de estas cifras hay que unir que ambos síntomas de problemas de salud mental no se presentaban de forma aislada, sino que existían puentes con las soledades y con una mala autopercepción de la salud.
En esta misma línea de investigación, a principios de 2023 nos planteamos ahondar a través de entrevistas en profundidad en las experiencias de las soledades de aquellas jóvenes que recientemente habían comenzado su primer año universitario fuera de su residencia familiar. Este cambio vital, clave en la vida de muchas jóvenes, encierra toda una serie de desafíos que les puede hacer especialmente vulnerables a la soledad. De sus discursos se desprendían unas soledades más acuciantes en aquellos nuevos contextos cuyas expectativas acerca de la vida social esperada no se cumplían, como eran la universidad y su nuevo hogar. Este sentimiento de soledad, además, estaba estrechamente asociado con el hecho de estar sola, una situación de aislamiento que parecía emerger al carecer, en general, de la compañía deseada, así como por la falta de interacciones y relaciones en ambos espacios. Ese malestar, asimismo, se veía agravado ante el temor de ser percibida por sus pares como sola, evidenciando la persistencia del estigma social que, aún hoy, recae sobre las soledades, lo que les generaba barreras a la hora de buscar ayuda, ya que se temía recibir posibles reacciones negativas, invalidaciones del sentimiento o ser vistas como personas vulnerables. De esta forma, y al igual que sucede con otros problemas de salud mental, se optaba en mayor medida por estrategias de afrontamiento individuales y solitarias –en general, menos perdurables y efectivas– en lugar de por la búsqueda de apoyos en la familia, las amistades o profesionales.
Si su presencia se solidifica durante la juventud, las soledades podrían acarrear, desde el punto de vista de la persona, indelebles secuelas a lo largo de todo su ciclo vital y, desde una perspectiva comunitaria, notables costes sociales, económicos y sanitarios. Es fundamental comprender que no estamos ante un problema individual que se pueda eliminar con simple fuerza de voluntad o modificando elementos personales: se trata de un problema social y, como tal, creemos que la sociedad en conjunto debe hacerse responsable. Por ello, consideramos que son muy necesarias y, desde nuestro punto de vista, prioritarias las actuaciones desde las diferentes administraciones públicas a todos los niveles territoriales –desde los barrios hasta el Gobierno estatal–, así como desde la Academia y desde las entidades del tercer sector para establecer estudios y planes de diagnóstico, prevención, acción e intervención sobre las soledades, una cuestión de salud pública que afecta a toda la sociedad. No nos podemos dejar ni solas ni solos.
Bibliografía
Ajuntament de Barcelona (2020). Diagnosis de la soledad en Barcelona. Observatorio de la Soledad. Dirección de Servicios de Infancia, Juventud y Personas Mayores. Área de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI. Ajuntament de Barcelona. https://ajuntament.barcelona.cat/dretssocials/ca/barcelona-contra-la-soledat.
Baarck, Julia, Balahur, Alexandra, Cassio, Laura, d’Hombres, Béatrice, Pásztor, Zsuzsanna, Tintori, Guido (2021). Loneliness in the EU: insights from surveys and online media data. Publications Office of the European Union. https://dx.doi.org/10.2760/28343.
Baarck, Julia, d'Hombres, Béatrice, Tintori, Guido (2022). Loneliness in Europe before and during the COVID-19 pandemic. Health Policy, 126(11), 1124-1129. https://doi.org/10.1016/j.healthpol.2022.09.002.
Child, Stephanie, Lawton, Leora (2019). Loneliness and social isolation among young and late middle-age adults: Associations with personal networks and social participation. Aging and Mental Health, 23, 196–204. https://doi.org/10.1080/13607863.2017.1399345.
Department for Digital, Culture, Media & Sport (2018). A Connected Society: A Strategy for Tackling Loneliness. HM Government of the United Kingdom. https://www.gov.uk/government/publications/a-connected-society-a-strategy-for-tackling-loneliness.
Franklin, Adrian, Tranter, Bruce (2008). Loneliness in Australia. Paper 13, Housing and Community Research Unit, University of Tasmania. https://library.bsl.org.au/jspui/bitstream/1/602/1/Loneliness%20in%20Australia.pdf.
Hawkins-Elder, Hannah, Milfont, Taciano L., Hammond, Matthew D., Sibley, Chris G. (2018). Who are the lonely? A typology of loneliness in New Zealand. Australian & New Zealand Journal of Psychiatry, 52, 357–364. https://doi.org/10.1177/0004867417718944
Losada-Baltar, Andrés, Márquez-González, María, Jiménez-Gonzalo, Lucía, Pedroso-Chaparro, María, Gallego-Alberto, Laura, & Fernandes-Pires, José (2020). Diferencias en función de la edad y la autopercepción del envejecimiento en ansiedad, tristeza, soledad y sintomatología comórbida ansioso-depresiva durante el confinamiento por la COVID-19. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 55(5), 272-278. https://doi.org/10.1016/j.regg.2020.05.005.
Stickley, Andrew, Ueda, Michiko (2022). Loneliness in Japan during the COVID-19 pandemic: Prevalence, correlates and association with mental health. Psychiatry Research, 307, 114318. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2021.114318.
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