Devuelven a mar abierto a una ballena de 18 metros atrapada en el Puerto de Valencia - Ahora
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- El rorcual, de 50 toneladas, se desorientó durante cuatro horas y quedó atrapada en el Real Club Náutico de València. La delegación de Cruz Roja en la localidad participó en el operativo que permitió que regresara a mar abierto sin daños reseñables.
En muy pocas ocasiones una ballena se queda atrapada en un puerto. Sin embargo, esto fue lo que sucedió hace tan solo unos días en València, donde un cetáceo de 50 toneladas y 18 metros de longitud, se quedó atrapado en el Real Club Náutico de València. En este rescate, tan inusual como atípico, participó, entre otras entidades, Cruz Roja en València.
Isabel Bayarri, responsable de Medio Ambiente de la Organización en Valencia, fue una de las personas que intervino. “Estábamos haciendo un reportaje sobre la red de varamientos y qué hacer y cómo actuar ante un animal marino en peligro”, explica la portavoz de Cruz Roja. Para ello, habían acudido al Oceanogràfic, organismo con el que Cruz Roja tiene una alianza en cooperación, formación y sensibilización para la protección de ecosistemas marinos. Entonces, de forma totalmente fortuita (y casual) saltó la alarma. “Cuando llegamos, nos encontramos a la ballena desorientada en la dársena, y nos preocupamos, porque no encontraba el camino hacia la bocana del puerto y se provocaba heridas con cadenas y embarcaciones amarradas”, advierte.
“Nos encontramos a la ballena desorientada. Se provocaba heridas con embarcaciones amarradas”, dice Isabel Bayarri
José Luis Crespo, responsable del área de conservación de la Fundación Oceanogràfic (una de las instituciones, junto a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica y la Universitat de València, que gestionan la red de varamientos), también muestra su sorpresa. “Nos llamaron desde Cruz Roja y también desde el 112. Tenemos el club náutico a cinco minutos, así que nos plantamos allí en seguida”, recuerda.
Pese a que el estado de la ballena no era de riesgo (solo tenía algunas heridas superficiales), la preocupación se extendió entre las personas participantes: debían lograr que la ballena saliera de allí cuanto antes, y sin más daños. Al principio, todas las embarcaciones que salieron, entre ellas la del servicio de Salvamento Marítimo de Cruz Roja, pusieron los motores en marcha para causar todo el ruido posible y obligar al cetáceo a moverse hacia la salida. Pero no funcionó. “Se asustaba”, menciona Isabel Bayarri. Por ello, decidieron parar y esperar a que el animal se tranquilizara.
“Paramos toda la actividad”, coincide el también veterinario José Luis Crespo, “y dejamos que se ubicara y saliera de su esquina”. “Una vez se orientó hacia el canal, fuimos cerrándole el paso con las embarcaciones y, esta vez sí, haciendo ruido de motor para que no volviera atrás”, concretó. Gracias a la ayuda de Cruz Roja, el Real Club Náutico de València, la Guardia Civil, la Policía Local de València y la Universitat de València, la ballena al fin consiguió regresar al mar, donde “tenía un patrón de natación normal y un rumbo adecuado”. Los aplausos estallaron en el puerto tras un operativo que duró cerca de dos horas y que se convirtió en tan emocionante como inolvidable.
“Una vez se orientó hacia el canal, fuimos cerrándole el paso con las embarcaciones”, cuenta José Luis Crespo
Pese a que esta extraordinaria situación no se da con frecuencia, José Luis Crespo advierte que, cuando se ve un animal varado en la playa (como delfines o tortugas), lo primero es avisar al 112. A veces, las personas intentan devolver al animal al mar para evitar que sufra daños, pero Crespo señala que primero es mejor inspeccionarlo, ya que, de tener algún tipo de herida o enfermedad, deben estudiarlo y, en todo caso, dejar que se cure antes de que regrese al mar. Buenas prácticas que tenemos que incorporar para hacer todo lo posible por nuestros amigos marinos.
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