Diagnóstico de la mujer joven en la España de hoy

“Diagnóstico de la mujer joven en la España de hoy”. 2019. Madrid: Gobierno de España, Ministerio de la presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Secretaría de Estado de Igualdad, e Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades. 76 pp.
Ref. Instituto de la Mujer /Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud

 

La publicación que aquí se reseña es una investigación que realiza un diagnóstico sobre las mujeres jóvenes de 18 a 34 años en España.

En las últimas décadas del siglo XX (1984-2000), en el contexto del surgimiento del Estado de Bienestar en España, se incrementó la libertad y el acceso a la educación a las chicas jóvenes. Aquello, dicen los autores y autoras del documento, ha ayudado a impulsar movimientos nacionales e internacionales en pro de los derechos de la mujer y contra la violencia de género. Movimientos en los que precisamente ha estado muy implicada la juventud femenina.

El estudio apoya las políticas de igualdad, promoción de oportunidades, buen trato, y no discriminación de la mujer, y para ello repasa la vida de las jóvenes en tres bloques distintos: qué piensan, identificando y midiendo tendencias de opinión y comportamientos; cómo viven, ahondando en hábitos de vida; y sus expectativas, preocupaciones y valores sociales.

Análisis
La investigación de estos aspectos parte de una muestra nacional de 1.200 mujeres jóvenes (18-34 años), así como de otras 300 mujeres de 35 a 64 años. Se aplicó un cuestionario de veinte preguntas y una entrevista online con un panel de una comunidad internauta, según las variables sociodemográficas de edad, comunidad autónoma, hábitat y nivel sociodemográfico.

Según los datos que aporta la monografía, en España un 49,61% de la población son mujeres de entre 20 y 34 años. Esas chicas menores de 35 años, a diferencia de las mayores, tienen mayor formación universitaria (educación superior) que los hombres.

El interés y participación política es similar al de los hombres, al igual que ocurre con el uso de internet, en lo que las diferencias tienen más que ver con la edad que con el género. En términos generales, muestran menos desinterés por las actividades culturales y la cultura que los hombres. La edad media de las madres primerizas ha aumentado de forma notable en las últimas décadas, reduciéndose la tasa global de fecundidad, e incrementándose considerablemente el número de madres cuyo estado civil no es el de casadas.

A continuación se muestran distintos resultados según las temáticas en las que se clasifica el informe:

Preocupación sobre distintos temas.

Los aspectos de la vida a los que más importancia conceden las mujeres de diferentes edades son la salud, la vida familiar, y la situación económica. Además, lo que más les preocupa es la violencia de género, independientemente de su momento vital: en una escala de 0 a 10, a las chicas jóvenes les parece preocupante en un 9,1, y a las mujeres mayores un 9,3.

Ocio e información.

En todas las franjas de edad coincide que lo lugares favoritos para salir a divertirse son los cafés o los restaurantes. Es en los municipios de menos de 10.000 habitantes es donde prefieren en mayor proporción el salir al campo, pasear, o correr, sin variaciones considerables de edad. En sus ratos libres, ellas prefieren ir a la montaña o al campo, sobre todo las mujeres jóvenes de más edad (de 30 a 34 años). Mientras, en los ratos libres que pasan en casa, un 74% de jóvenes los aprovecha para ver series (algo en lo que sí que se perciben grandes diferencias con las mujeres mayores, con las que comparten el gusto por internet y ver películas). También se señala que el consumo de ocio se ve significativamente afectado por el momento vital en el que estén y el lugar de residencia. Por su parte, las chicas jóvenes prefieren ocio más nocturno, y aquellas que viven en lugares más pequeños practican más actividades al aire libre.

En relación a los medios que usan para informarse, se observa que más del 70% de chicas menores de 34 años usan sobre todo las redes sociales, en contraste a aquellas mujeres de entre 34 a 64 años, que lo usan aproximadamente un 20% menos. Para entretenerse, las jóvenes utilizan “YouTube” en un porcentaje mucho más amplio que la televisión.
• Sin embargo Youtube marca una importante diferencia en la forma del consumo entre la juventud femenina, solo el 19,4 % la utiliza para informarse, pero para el 57’7 % es el segundo medio preferido para entretenerse. En el grupo de mayores la diferencia también se da, pero menos acentuada: para el 10’3 % es un medio de información y para el 25’7 %, de entretenimiento.
• En cuanto al consumo de ocio, el lugar que más frecuentan las jóvenes son los cafés y restaurantes (54’1 %), seguidos del cine y el teatro (34 %) o las casas de amigos/as (33’3 %). El grupo de entre 35 y 64 años, también acuden en primer lugar a cafés y restaurantes (53’2 %), y al cine y el teatro, aunque esto último en mayor medida que las jóvenes (36,7 %). Las mayores diferencias entre ambos grupos están en pasear, correr, montar en bici, etc. forma de ocio preferida por el 35 % de las más mayores frente a solo el 25,3 % de las jóvenes; o el ir al campo o la montaña, con porcentajes del 28,2 y el 19,2, respectivamente. Sin embargo las jóvenes disfrutan más en centros comerciales (32,1 % frente al 24,6 %) o en pubs o bares de copas (el 25,1 % frente al 13 %).
• El lugar de residencia también muestra diferencias, frente al ocio nocturno preferido por las jóvenes urbanas, las que viven en municipios pequeños apuestan por las actividades al aire libre.

Estilos de vida.

El 42% de las mujeres menores de 34 años vive con sus progenitores, pero sólo el 3% desea esta situación (casi la mitad preferiría vivir en pareja con hijos). Con independencia de la edad, le dedican más tiempo a estudios y trabajo que al resto de actividades diarias: emplean a ello una media de más de 6 horas diarias. Además, en su percepción del uso del tiempo, se sienten menos dueñas que los hombres de su tiempo. Esta sensación, explica el informe, es más alta en mujeres mayores, dado que un 72,9% perciben que tienen menos tiempo para sí mismas, frente a que un 60,9% de las chicas jóvenes que lo percibe así.

Maternidad.

La mayoría de las mujeres españolas no cree que su realización personal dependa de ser madre. En este sentido, las mujeres más feministas (aquellas que se encuentran en los puntos más altos de la escala: del 8 al 10) lo creen así en 8,2 puntos, dentro de una escala del 1 al 10. Son las mayores de 35 años quienes piensan en mayor proporción que ser madre implica estar todo el tiempo disponible para los hijos y las hijas (la mitad de mujeres que son más feministas así lo creen). Por otro lado, valoran en un 6,2 (en la escala 0-10) que deben trabajar, aunque eso implique menos tiempo para los hijos e hijas. Las más feministas piensan esta idea en mayor porcentaje. En este sentido, se hace hincapié en que el alineamiento feminista influye en la percepción de la maternidad, y en la atribución de importancia a los espacios personales y laborales (algo que también se refleja en los modelos multivariable que se ofrecen).

• En ninguno de los grupos de edad consideran mayoritariamente que su realización personal dependa de ser madre: el 59’3 % del grupo de jóvenes y el 52’5 % entre las de más edad sitúan en 10 puntos sobre 10 esta afirmación. La media de la puntuación del total de encuestadas con respecto al grado de realización que la maternidad les aporta, en la escala de 0 a 10, es de 7,7 y 7,6 puntos, respectivamente.

Expectativas laborales y autorrealización.

Actualmente, las mujeres de la franja superior trabajan en casi un 60%, y están paradas en un 19,3%, por un 38,7% que trabaja y un 23,2% que estudia en la franja más joven. Entre quienes trabajan, el 63,7% de las de mayor edad tiene un contrato indefinido, por un 38,5% que tiene ese tipo de contrato en la franja 18-34 años.

La investigación explica que las mujeres mayores de 35 años entienden que prosperar en la vida incluye ayudar cada día a los demás y disfrutar del tiempo libre. Para las chicas jóvenes, prosperar es tener un trabajo estable, y también disfrutar del tiempo libre. Resulta común a todas ellas (así lo refleja un 60%) entender que prosperar es poder ahorrar.

En torno a un 60% de mujeres (ocho puntos más entre las de mayor edad) señala que lo más importante que esperan de su trabajo es encontrar el equilibrio entre la vida personal y laboral. Y son las menores de 34 años quienes más aspiran a tener un trabajo que les permita aprender cosas nuevas cada día (casi el doble que las mujeres mayores).
• La mayoría visibiliza su dificultad para emanciparse: el 41 % de las mujeres con menos de 34 años viven con sus padres, pero solo el 3 % de ellas desea esta situación. El 28’5 % declara que vive con su pareja, algo que le gustaría hacer al 43 %.
• Lo más importante para las mujeres es encontrar equilibrio entre trabajo y vida personal, así lo manifiestan el 58’7 % de las jóvenes y el 66’5 % de las más mayores. Tener un buen salario es su segunda expectativa laboral, pero a una gran distancia: solo para el 19’5 % de las jóvenes y el 18’5 % de las más mayores

Feminismo.

El 57,7% de las jóvenes se considera muy feminista, proporción que disminuye a medida que aumenta la edad. Aproximadamente un tercio está “muy/bastante de acuerdo” con que el feminismo no busca la dominación de la mujer sobre el hombre, un 78,3% está “muy de acuerdo” con que el feminismo es un movimiento que tiene como objetivo la igualdad real entre hombres y mujeres, y un 27,2% con que tiene como objetivo la abolición de géneros. Aproximadamente una de cada cuatro mujeres jóvenes está “de acuerdo” con los ideales feministas de antes como algo con más sentido que los del feminismo de hoy en día.

El mayor acuerdo respecto a las ideas feministas tiene lugar entre las jóvenes que se autoposicionan en la izquierda política, y las de menor edad. En sentido contrario, muestran menos identificación feminista las chicas de clase social baja, y las mujeres que viven en municipios con menos de 10.000 habitantes.

Además, en este apartado se tiene en cuenta la participación política de las mujeres a través de actividades realizadas en el último año. Los resultados muestran que las actividades políticas principales para las chicas jóvenes son la firma de peticiones (casi la mitad de mujeres) y la asistencia a movilizaciones (35%).
• Ante la cuestión de en qué medida se consideran feministas, la puntuación media en la escala de 0 a 10 puntos es de 7 para las jóvenes y 6,2 para las más mayores. El mayor porcentaje entre las jóvenes, el 19’9%, da una valoración de 10 puntos, y entre las de 35 a 64 es el 21’3 %, que asigna un 5.
• Por clase social, puntúan su grado de feminismo entre 8 y 10 puntos el 39 % de mujeres de clase baja, el 53’3 % las de clase media y el 57’4 % las de clase más alta.

En relación al comportamiento de consumo, se señala una importante tendencia, entre mujeres de todas las edades, a comprar o vender productos de segunda mano, así como a hacer algunas cosas en lugar de pagar por ellas (sin especificar qué cosas).

Identidad y el comportamiento sexual.

El 78,5% de las chicas menores de 34 años se considera heterosexual, mientras que las mujeres mayores se definen como heterosexuales en un 10% más. Es notable, por otra parte, la información obtenida sobre la edad a la que mantuvieron su primera relación sexual, por las diferencias que determina la edad: mientras las más jóvenes señalan que su primera relación fue a los 17 años, las mujeres de 35 a 64 años la tuvieron a los 19 años.

Entre los 18 y los 34 años parece existir mayor conciencia sobre algunos riesgos asociados al sexo: más de la mitad de las jóvenes tiene en cuenta las enfermedades de transmisión sexual y se protege por ello a la hora de tener sexo, proporción superior a mujeres de mayor edad.

Al mismo tiempo, las mujeres más jóvenes son más activas sexualmente, y viven su sexualidad con más libertad en algunos aspectos: hasta los 35 años se reconoce en mayor medida tomar la iniciativa a la hora de mantener relaciones sexuales (a pesar de que sólo un tercio de ellas lo hace); la proporción de quienes han mantenido relaciones sexuales en grupo y han llevado a cabo cibersexo prácticamente dobla a las mujeres mayores; y un 20% afirma haber mantenido relaciones físicas con desconocidos.

Por último, y como conclusión de esta temática de la sexualidad, los investigadores y las investigadoras ponen el acento en “las escasas” y “poco optimistas” diferencias generacionales a través de un dato: en torno a la mitad de las mujeres admite haber tenido relaciones sexuales “sin ganas”. Por tanto, añade el documento, “el feminismo no ha terminado de trasladarse al ámbito sexual”.
• Las jóvenes viven su sexualidad con más libertad que las mayores y también son más conscientes de los riesgos de las ETS. Sin embargo, alrededor de la mitad de las mujeres afirma haber mantenido relaciones sexuales sin ganas (el 46’8 % de las jóvenes y el 51 % del grupo de 35 a 65 años).

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