“En Cruz Roja estamos siempre preparados para actuar inmediatamente”, explica Javier Senent. “Por nuestra experiencia de más de 156 años, tenemos la capacidad incluso de anticiparnos para ofrecer soluciones rápidas y eficaces a situaciones muy complejas y llegar a cualquier rincón del país donde se necesite. Ahora bien, la pandemia, sin duda, nos ha puesto a prueba, como organización y como sociedad, porque normalmente las emergencias se dan en un ámbito concreto”, añade. Sin embargo, en este caso, Cruz Roja ha tenido que poner toda su maquinaria en marcha, en todas las áreas y en todos los territorios a la vez. 

Desde el comienzo de la crisis, en el mes de marzo de 2020 en el que la OMS decretó la pandemia a nivel mundial, el Plan Cruz Roja RESPONDE ha alcanzado a más de 3,7 millones de personas. Ha ofrecido más de 19 millones de respuestas. Y ha movilizado a más de 66.000 personas voluntarias, casi la mitad de ellas se han incorporado durante la pandemia.  

" La pandemia nos ha puesto a prueba, como organización y como sociedad", afirma el presidente de Cruz Roja, Javier Senent

Cruz Roja Responde: el plan para luchar contra el virus 

La situación sanitaria y la extraordinaria cantidad de necesidades nos plantearon un auténtico reto. Por eso, ante un desafío sin precedentes, se debían tomar medidas sin precedentes. Así es cómo surge el Plan Cruz Roja RESPONDE. 

La estrategia centralizada de este plan abarcó todas nuestras áreas de conocimiento para proteger a las personas más vulnerables frente al coronavirus y atender las necesidades más urgentes. Lo hicimos analizando una a una las necesidades de cada persona a las que había que ayudar, preguntándonos de qué manera se les podía asistir, desde qué ubicación y con qué recursos. Miles de personas en situación de riesgo a las que tuvimos que dar una respuesta adaptada a sus necesidades: desde los traslados de personas que se habían contagiado por el virus o el levantamiento de hospitales de campaña hasta el reparto de alimentos, medicamentos, material escolar y dispositivos para que niños y niñas puedieran conectarse y seguir las clases a través de internet o la transformación de todas nuestras actividades al formato online. 

Para canalizar todos nuestros esfuerzos se creó el Plan Cruz Roja RESPONDE que giraría en torno a tres claves: Flexibilidad a la hora de reinventar y adaptar la forma de trabajar, potenciando en todos los aspectos posibles los canales virtuales; Eficacia para llegar de la mejor manera posible a todos los rincones -ya que hasta en las zonas más despobladas había personas vulnerables que necesitaban alimentos o medicamentos-; Y la canalización de la solidaridad de miles de nuevas personas voluntarias, personas socias y empresas que se decidieron aportar su tiempo y sus recursos para ayudar a aliviar la situación.  

Un cerebro virtual con un corazón real 

Adelantarnos a lo que podía suceder era el primer reto al que nos enfrentábamos. Y lograr anticipar esas necesidades, al tiempo que optimizábamos los recursos. Esto se tradujo en poder ofrecer la mejor respuesta posible ante un problema de tal envergadura. 

Para coordinar las necesidades que irían  surgiendo, se puso en marcha la Célula de Gestión y Seguimiento de Cruz Roja, un “cerebro virtual” que anteriormente se había desplegado en otras grandes emergencias de ámbito estatal -como los atentados del 11M o el terremoto de Lorca-, con el objetivo de movilizar de la forma más eficaz y eficiente todos nuestros recursos y nuestras capacidades. 

Compuesta por un equipo de 30 personas, en turnos de 12 horas, la Célula de Gestión y Seguimiento se mantiene operativa 24 horas al día, con el objetivo de asegurar la asistencia en tiempo real a 1.350.000 personas vulnerables durante los dos meses de confinamiento domiciliario. Traslados sanitarios, distribución de alimentos y kits de higiene en domicilios de personas afectadas, apoyo psicosocial, instalación de infraestructuras hospitalarias temporales, llamadas telefónicas a personas vulnerables o la detección de necesidades básicas, son algunas de las líneas de intervención que se llevaron a cabo. 

Gracias a esta célula en la primera fase de la emergencia, que se incluye dentro del Plan Cruz Roja RESPONDE, cerca de un millón de personas recibieron atención y acompañamiento telefónico, 25.000 familias recibieron bienes básicos, 16.000 personas fueron apoyadas en materia de empleo y 3.000 personas sin hogar tuvieron un lugar para dormir en esos dos primeros meses. 

Un primer paso esencial: salud física y mental 

A partir de la declaración del Estado de Alarma en España, la emergencia sanitaria se convirtió en el primer frente del Plan. Semanas atrás, desde Cruz Roja ya habíamos puesto todas las capacidades a disposición de las autoridades sanitarias y de las administraciones y se hicieron miles de traslados de personas contagiadas o con posibles síntomas, se levantaron infraestructuras hospitalarias temporales con el fin de aumentar la capacidad de un sistema sanitario que corría el riesgo de colapsar, se repartieron equipos de protección y material sanitario, y se acogió a personas sin hogar en albergues habilitados para ello. Además, estuvimos especialmente atentos a aquellas personas que, por sus circunstancias, necesitaban cubrir unas necesidades especiales durante el confinamiento.  La entrega de alimentos y medicamentos a domicilio, para evitar el desplazamiento y el riesgo de contacto entre las personas más vulnerables, fue otra de nuestras líneas de actuación.  

En el terreno de la salud, también ha sido clave a lo largo de todo este año de pandemia prestar atención a la salud mental y por eso pusimos en marcha el servicio de apoyo psicosocial Cruz Roja Te Escucha, un teléfono gratuito de asistencia y acompañamiento psicosocial (900.107.917) atendido por equipos especializados de Cruz Roja, que lleva en funcionamiento desde el mes de abril. Cruz Roja Te Escucha ha atendido ya más de 6.000 llamadas y está al alcance de todas las personas que lo necesiten. 

Cruz Roja Te Escucha ha atendido ya más de 6.000 llamadas y está al alcance de todas las personas que lo necesiten

Uno de los psicólogos voluntarios que ha estado al otro lado del teléfono en este programa ha sido Juanjo Méndez. “Se han visto casos complicados, pero sobre todo mucha soledad en los momentos de duelo y sin la posibilidad de velar a los fallecidos. Atendí a una señora de 80 años que se quedó sola tras fallecer su marido por la COVID-19, pero también casos entre los jóvenes como el de un chico que tenía pensamientos suicidas. Hemos sido una voz detrás del teléfono que acompañaba a las personas”, explica el voluntario. 

Tecnología para salvar la distancia social 

Otra de las partes fundamentales desde el inicio del Plan Cruz Roja RESPONDE giró en torno a la innovación digital. En un momento en el que mantener la distancia física se convierte en una obligación para evitar la transmisión del virus, la tecnología se transforma en una herramienta eficaz para acercar a las personas y reducir el aislamiento, en especial a las más vulnerables. 

“Todas las actividades que podían virtualizarse las hemos virtualizado, y se han continuado. Lo importante es que hemos podido mantener nuestra actividad a pesar de la pandemia, convirtiendo actividades que se hacían de forma presencial en virtuales”, explica Moisés Benítez, director de Voluntariado de Cruz Roja. Parte de esa ayuda estuvo dirigida a niños, niñas y adolescentes desfavorecidos a través del Programa de Éxito Escolar, a los que se les repartió un total de 70.000 dispositivos entre tabletas y conexiones a Internet para que pudieran seguir sus clases de forma online. Además del apoyo escolar, las videoconferencias y el acompañamiento a los mayores, que antes se hacía de manera presencial, se trasladó al ámbito virtual y/o telefónico. “Una parte fundamental dentro del Plan Responde de Cruz Roja desde el inicio de la pandemia han sido las llamadas de teléfono realizadas por los voluntarios, tanto a personas mayores como al resto de personas, para saber cómo se encontraban”, explica Olga Díaz Escalona, subdirectora del Departamento de Intervención Social de Cruz Roja. 

“Todas las actividades que podían virtualizarse las hemos virtualizado, y se han continuado", señala Moisés Benítez, director de Voluntariado de Cruz Roja

Con el propósito de llegar y acompañar a más personas y ampliar los canales de contacto, nos unimos a Amazon y Fundación Accenture para desarrollar un nuevo servicio digital, basado en la inteligencia artificial y en el asistente Alexa, para llegar a las personas más vulnerables. Así, desarrollamos una funcionalidad específica (denominada “skill”) con la que cualquier persona con un altavoz inteligente de Amazon, o a través de su aplicación móvil, pudiese tener acceso a información fiable, precisa y comprensible sobre temas relacionados con la COVID-19. A través de este servicio, ofrecemos información útil para evitar el contagio, consejos para gestionar el estrés o ayudar a los vecinos de una forma segura. A estas funcionalidades se le han ido añadiendo otras que persiguen reducir la brecha digital, dirigidas especialmente a personas mayores y personas dependientes. De esta forma, Alexa indica cómo actuar si se sufre un accidente doméstico y ofrece también una serie de ejercicios para que las personas mayores puedan realizarlos desde casa. Este proyecto  ha contribuido a crear un nuevo canal de información y ayuda adicional dentro de la actividad de la Organización además de acompañar, guiar y apoyar a las personas más vulnerables en uno de los momentos más complejos de los últimos tiempos. 

Además, al poco de estallar la pandemia, Cruz Roja creó con el apoyo de Microsoft el denominado ‘Open Data del Plan Cruz Roja RESPONDE’, una iniciativa que permite mostrar y compartir con toda la sociedad, información actualizada de la operación en tiempo real (con actualizaciones diarias) en todo lo que se refiere a sus avances y logros. Así, empresas aliadas, personas socias, medios de comunicación, personas voluntarias, administraciones públicas y toda la ciudadanía en general han podido conocer la evolución y el alcance de la actuación de Cruz Roja frente a la COVID-19. Un auténtico ejercicio de transparencia basado en la innovación tecnológica. 

Las personas beneficiarias en el Plan Cruz Roja Responde 

Desde el día 1 de marzo al día 30 de junio de 2020, a través del Plan Cruz Roja RESPONDE se atendió a un total de 788.127 personas, de las cuales un 21,6% eran de nuevo ingreso. Esto significa que hasta la llegada de la pandemia ese volumen de personas atendidas nunca habían solicitado ayuda a Cruz Roja, mientras que el 79,4% se corresponde a personas que ya venían siendo atendidas por Cruz Roja antes de la crisis del coronavirus. Las peticiones de ayuda no han cesado de llegar y en algunos momentos han llegado a multiplicarse por cinco.  

Alicia es una de las personas que perdió su empleo en la hostelería al inicio de la pandemia y que, gracias al apoyo de Cruz Roja, ha logrado encontrar trabajo: “Sé que es difícil pedir ayuda, pero ahora veo la luz al final del túnel. Perdí mi empleo y me propusieron participar en el Plan de Empleo de Mislata (Valencia) y gracias a eso mi hija y yo vemos la posibilidad de salir adelante”, afirma. Pero el de Alicia no es el único caso de éxito. 

También Ana Laura Barrera, una joven sevillana, acudió a Cruz Roja al comienzo de estallar la crisis. “Mi pareja entró en ERTE y yo perdí mi trabajo en el casino en el que trabajaba. Estábamos bien económicamente, pero con la pandemia todo se complicó y acudimos a Cruz Roja para solicitar alimentos, apoyo y un curso para encontrar trabajo. Nos lo ofrecieron todo”, señala. Hoy está realizando un curso de formación con Cruz Roja y su ilusión es trabajar como pescadera en un supermercado, lo que le permite pensar en el futuro con esperanza. 

Lily es una mujer sin hogar, que al comienzo de la pandemia recurrió a Cruz Roja. “Todo iba en mi contra y la pandemia me hundió y aisló todavía más, pero en Cruz Roja encontré compañeros, amigos, unión y colaboración. Y gracias a ellos he encontrado trabajo y estoy contenta y muy feliz”, explica esta mujer que, gracias a la ayuda de Cruz Roja, empezó a trabajar en un centro de día de Marbella en tareas de limpieza.  

La población de nueva incorporación atendida por Cruz Roja, a raíz de la pandemia, presenta un perfil muy diferenciado en relación a las personas beneficiarias que ya venían siendo atendidas por la Organización. Ana, Laura o Lily formarían parte de ese nuevo perfil medio que ha acudido a Cruz Roja en este último año: mujer, de 44 años, con hijos/a su cargo y en situación de desempleo.

“Antes de la pandemia era una persona independiente, pero tuve que volver a casa de mi madre con mi hijo, mis hermanas y mis sobrinos”, comenta Marcela, una mujer a la que Cruz Roja ha ayudado durante estos meses. “Al no tener ingresos, en casa teníamos que priorizar. La factura de la luz ha aumentado y tenemos que pagar la casa y los gastos como la energía, el internet, el gas y el agua. Todo esto es prioridad antes que comer”, añade. Desde que llamó a la puerta de Cruz Roja, su situación y la de su hijo, han mejorado, apunta, agradecida.  

Son perfiles diferentes a lo que une un punto en común: la necesidad de solicitar ayuda. Al comienzo de la crisis sanitaria, en Cruz Roja identificamos tres grandes perfiles a los que el impacto de la pandemia afectaría de una forma mayor. Por un lado, personas que no habían superado la anterior crisis económica de 2008; por otro, personas que ya llegaban con mucha dificultad a fin de mes y estaban al límite; y,  por último, personas que estando previamente en una situación normalizada, entrarían en situación de precariedad a raíz del contexto generado por la COVID-19. 

Esta crisis sanitaria nada tenía que ver con crisis económicas anteriores. El perfil de las personas beneficiarias se ha ampliado, lo que supone una nueva vuelta de tuerca a la vulnerabilidad social agravando la ya difícil situación de una población que aún se encuentra en muchos casos lastrada por los efectos de la crisis económica anterior.  La situación económica para muchas de estas personas ha empeorado como consecuencia de la pandemia. Según el estudio, el 23% de personas atendidas por Cruz Roja, han visto reducidos sus ingresos en comparación a los que percibían antes. Antes de la irrupción del coronavirus, estos hogares ingresaban una media de 1.057 €, ahora sus ingresos medios son de 486 €.  Son datos extraídos del Boletín sobre la Vulnerabilidad Social nº 20 ‘Impacto de la COVID-19 en la población atendida por Cruz Roja a través del Plan RESPONDE’, una investigación que pretende obtener una radiografía detallada sobre el grado de vulnerabilidad, riesgo de pobreza y exclusión y necesidades y expectativas de las personas atendidas por la Organización a través del Plan Cruz Roja RESPONDE.

De ahí que nuestros esfuerzos estén enfocados a reducir el impacto social de la pandemia de la COVID-19 a través de acciones dirigidas a la población en general pero también específicas para las personas y grupos en situación de especial vulnerabilidad. 

La gran marea roja 

Solidaridad es la palabra que mejor resume las acciones que han llevado a cabo las más de 67.000 personas voluntarias que han participado en el Plan Cruz Roja RESPONDE, de las que más de 27.000 son nuevas personas que se han sumado al voluntariado de Cruz Roja para hacer frente a las consecuencias de la COVID-19. Todas ellas forman parte de la gran marea roja que ha trabajado incansablemente, muchas veces desde la primera línea, para ayudar a quienes más lo necesitan durante la pandemia. 

Aunque la transformación digital en el ámbito del voluntariado en Cruz Roja ya estaba en marcha desde hace años, hay un antes y un después de marzo de 2020. La pandemia supuso la adaptación masiva de la mayoría de las acciones para que fueran telemáticas, sin embargo, había muchas otras como las entregas de alimentos, medicinas o material escolar que solo se podían realizar de forma presencial. “Era recepcionista en un hotel y me encontré en una situación debido a la pandemia en la que iba a estar sin trabajar durante un largo tiempo. Necesitaba sentirme útil y en abril comencé a colaborar con la organización. Empecé con las llamadas a personas mayores de 80 años y más adelante empecé a repartir comida a domicilio a todas aquellas personas que por alguna razón no podían desplazarse hasta nuestros centros”, explica José Luis Orihuela, voluntario de Cruz Roja en Cádiz que ha participado en varias actividades desde que comenzó la pandemia, como la entrega de alimentos a personas sin hogar.  

Una de las preocupaciones de Cruz Roja  desde que estalló la pandemia fue la de garantizar la protección de los equipos de voluntariado

Durante este año, el perfil del voluntariado cambió por completo.  “El perfil de las personas que se han incorporado a Cruz Roja en calidad de voluntarios y voluntarias en el concepto de la crisis es mayoritariamente mujer, de entre 20 y 29 años y con estudios superiores. El alto grado de formación y la diversidad de profesiones de las personas que han solicitado incorporarse en el último año a la Organización nos ha permitido incorporarles más rápidamente y directamente a las funciones y tareas a realizar”, apunta Moisés Benítez, director de Voluntariado de Cruz Roja. Una de nuestras preocupaciones desde que estalló la pandemia fue la de garantizar la protección de los equipos de voluntariado que participaron atendiendo a las personas. Para ello, desde Cruz Roja se tomaron todas las medidas de seguridad para garantizar que las personas y los equipos de Cruz Roja estuvieran protegidas en todo momento.

Grandes alianzas 

Junto a la marea de solidaridad mostrada por la sociedad en su conjunto, cabe mencionar las más de 3.500 compañías que durante este tiempo, y desde mucho antes, han colaborado con Cruz Roja a través de alianzas estratégicas para ayudar en lo que hicera falta a lo largo de la pandemia. 

De todos los tamaños y de un amplio abanico de sectores, las empresas que colaboran con nosotros lo hacen a todos los niveles: entregando lo que producen o distribuyen, como alimentos, material escolar o tablets; donando fondos y animando a sus clientes a que hagan aportaciones; ayudándonos en la difusión de las informaciones; participando en el Plan de Empleo; o, aportando voluntariado corporativo. Cada una de estas alianzas, por pequeña que sea, nos ayuda a construir lo que es hoy Cruz Roja. Este apoyo empresarial, basado en la confianza y en la responsabilidad social, en un momento de incertidumbre tanto por la crisis sanitaria como por el panorama económico, ha sido clave para lograr los resultados del Plan Cruz Roja RESPONDE. 

Junto a estas empresas también han estado nuestros 1.360.000 socios y socias, además de personas referentes del mundo del deporte, la cultura y el arte, gracias a los cuales se logró recaudar 10 millones de euros que han sido destinados a financiar las diferentes actividades del Plan RESPONDE. 

“Somos lo que somos gracias al apoyo del pueblo español, que nunca nos ha fallado. Es un momento duro, triste, y los deportistas no podíamos fallar. Hemos conseguido algo bonito, no solo la recaudación, sino el compañerismo y la solidaridad en días tan difíciles”, apuntaba Rafa Nadal. Pau Gasol hizo un llamamiento a la sociedad para apoyar el Plan Cruz Roja RESPONDE al que se sumaron rápidamente cientos de personas y referentes sociales como Fernando Alonso, Alejandro Sanz, Teresa Perales, Rosana, Iniesta, Iker Casillas, Vanesa Martín, Rosa López o Los Secretos. Todas ellas han servido de altavoz y han demostrado su compromiso con Cruz Roja, que se han sumado a las miles de personas anónimas, empresas, organizaciones y medios de comunicación como el grupo Atresmedia que han hecho que #NuestraMejorVictoria fuese un éxito.  

¿Y ahora qué? 

Inicialmente, el Plan RESPONDE tenía el objetivo de atender a 1.300.000 personas, las más vulnerables ante la pandemia. Pero, la evolución de la situación, el grave impacto de la crisis y, sobre todo, la entrega de miles de personas voluntarias, nos han permitido llegar a un número mucho mayor de personas. “El ‘mérito’ de Cruz Roja, está en nuestro ADN, es saber aunar voluntades, en este caso frente a un reto histórico, y, gracias a la entrega de más de 66.500 personas voluntarias, el respaldo de los socios y socias y el apoyo de miles de empresas y entidades, hemos podido atender ya a más de 3.500.000 personas en nuestro país”, afirma Javier Senent, presidente de Cruz Roja. 

Un año después, el trabajo de Cruz Roja continúa. Seguimos apoyando a las personas más vulnerables, pero adaptando nuestra respuesta a la situación actual.  "A partir de ahora, y dado el impacto socioeconómico de la crisis en ámbitos como la pobreza, la exclusión social y el desempleo, intensificaremos nuestra respuesta en ámbitos como la mejora del acceso al mercado laboral y el apoyo a menores en edad escolar con el fin de hacer frente a la brecha digital que afecta a la población más vulnerable, garantizando así el acceso a la educación, y también nos ocuparemos del impacto psicosocial que está dejando esta crisis”, añade Senent.