Un apoyo para abuelos y abuelas educadores - Ahora
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- Los abuelos y abuelas son una figura muy importante dentro de la familia. Un apoyo fundamental para los padres y madres que muchas veces deben delegan el cuidado de nietos y nietas por motivos laborales. Cruz Roja en Galicia lleva desde 2016 ofreciendo una respuesta a abuelos y abuelas que ejercen labores parentales de cuidado y crianza para apoyarles en esta importante tarea.
María José y Heriberto tienen tres nietos, el más pequeño tiene 6 años y vive a 50 metros de su casa en Carballo (La Coruña). No es raro que este matrimonio pase tiempo con su nieto pequeño y al menos, una vez a la semana, los otros dos nietos visitan a sus abuelos al menos una vez a la semana para comer y pasar la tarde. Cira Antonieta Timido es originaria de Venezuela pero desde hace un año y medio vive en Vigo con su hija, la pareja de esta y su nieto de 11 años. Además de compartir techo, Cira y su nieto comparten mucho tiempo juntos desde que llegaron a España. Un año que no ha sido fácil para ningún miembro de la familia, pero que es todavía más complicado para el pequeño.
No son casos aislados los de Maria José, Heriberto y Cira Antonieta. Cerca del 35% de las personas mayores de 65 años en España cuida a sus nietos varios días por semana, un porcentaje 12 puntos superior a la media de la Unión Europea y por encima de otros países como Francia (13%) o Alemania (15%). Se calcula que los abuelos y abuelas españoles dedican una media de 16 horas semanales a cuidar de sus nietos, según un estudio reciente de Aldeas Infantiles.
Cerca del 35% de las personas mayores de 65 años en España cuida a sus nietos varios días por semana
“En Galicia, como en el resto de España, los abuelos y abuelas son una fuente de apoyo muy importante. Son el principal soporte de apoyo social. Dan respuesta a muchas de las necesidades familiares y asumen el papel de la crianza”, explica María Rodríguez, técnica del proyecto Abuelos y Abuelas educadores de Cruz Roja en Lugo. Una iniciativa que se lleva a cabo en las cuatro provincias gallegas desde 2016 con el objetivo de dar apoyo en la tarea de educación que muchas veces los abuelos y abuelas ejercen.
Para ello, Cruz Roja imparte talleres de formación que constan de 10 sesiones para el fortalecimiento de la parentalidad positiva de abuelos y abuelas, pero sin olvidar la importancia de los autocuidados de las propias personas mayores que están asumiendo este rol, “ya que en ocasiones los abuelos y abuelas dejan de lado sus propias necesidades y se olvidan de sí mismos para cuidar de la familia”, afirma la técnica responsable del proyecto.
Durante estas sesiones se trata desde las etapas evolutivas de la infancia y la adolescencia actuales para entender la brecha generacional existente a talleres para reforzar las competencias digitales y que las personas mayores puedan estar actualizados en Internet y redes sociales, pasando por sesiones de resolución de conflictos. Además de los talleres, el proyecto cuenta también con una segunda fase que consiste en grupos de ayuda mutua en los que los y las participantes tratan temas que ellos mismos proponen y que les interesan. “Son grupos donde están muy a gusto porque se dan cuenta de que lo que les pasa a ellos también les ocurre a otras personas y entre todos vuelcan sus preocupaciones y ven cómo las afrontan”, cuenta María Rodríguez, la responsable del proyecto.
Maria José y Heriberto terminaron esta “escuela” de abuelos y abuelas el pasado mes de mayo y su balance no puede ser más positivo. “Es una forma estupenda para aprender a cuidarnos a nosotros mismos y mejorar la relación con los nietos. Es, además, muy divertido”, comenta Maria José, “es también una forma de relacionarse entre personas que no somos vecinas”, añade. Esta gallega de 65 años afirma que ha aprendido muchas cosas, entre ellas una importante: “no hay que hacer comparaciones ni crear rivalidades cuando estamos con los nietos”, también la importancia de aprender a decir no y no consentir todo, “aunque ya se sabe que los padres educan y los abuelos malcrían”, dice entre risas.
Cira Antonieta es usuaria de Cruz Roja desde que llegó a España. Ha realizado cursos de preparación al mercado laboral además de otros talleres. “Soy asidua a Cruz Roja”, afirma. “Para mí asistir a estos talleres ha sido toda una experiencia, y nos ha ayudado en un momento de transición difícil para todos”, señala. “En todo el tiempo que duró la escuela solo he faltado una vez”, apunta. Además de asistir a los talleres, Cira compartía el aprendizaje en casa, con su hija y ponía en práctica los ejercicios con su nieto, que cuando había actividades conjuntas entre abuelos y abuelas y nietos siempre le acompañaba. En el proyecto, que actualmente se desarrolla con Fondos IRPF de Xunta de Galicia, también se ofrecía la posibilidad de realizar sesiones privadas de orientación con las personas de Cruz Roja al frente de la iniciativa. Cira utilizó estas sesiones de atención personalizada “que me ayudaron mucho”, comenta.
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