¿Qué son las ‘soft skills’ y por qué son tan importantes en el mundo laboral? - Ahora
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- Un informe de Cruz Roja, realizado junto a cerca de 60 empresas, pone el foco en la importancia de ciertas competencias para labrarse un futuro en el sector tecnológico y digital. La comunicación, la resiliencia o la creatividad son ahora más importantes que nunca.
Las ‘soft skills’ se han convertido en uno de los elementos más importantes a la hora de encontrar oportunidades en el mercado laboral, especialmente en el sector tecnológico y digital. Así lo demuestra un informe de Cruz Roja basado en diez Mesas de Diálogo realizadas en ocho provincias, desde febrero a abril de este año, y en las que han participado cerca de 60 empresas tecnológicas, digitales o en proceso de transformación digital.
El estudio supone, así, una certera radiografía del mercado laboral actual dentro de los sectores tecnológico y digital, donde algo que se evidencia con claridad es que los perfiles profesionales se transforman y, con ellos, las competencias profesionales requeridas en la economía digital. En este contexto, se demandan cada vez más las competencias ‘soft’, que incluyen desde el aprendizaje continuo hasta las habilidades para el trabajo en equipos distribuidos (o en remoto), pasando por la comunicación (sobre todo la escrita), la resiliencia o la creatividad.
Entre las competencias ‘soft’ se encuentran el aprendizaje continuo, la comunicación, la resiliencia o la creatividad
Las empresas que han participado en el informe, además, han coincidido en que es fundamental trabajar de una manera global y transversal estas ‘soft skills’, porque están conectadas de alguna manera para que sean extensibles y transferibles a cualquier puesto o departamento de la organización y poder adaptarse a los cambios. Desde Cruz Roja, además, se trabaja para que su incorporación sea accesible para todas las personas, especialmente para aquellas en situación de pobreza o exclusión social.
Te contamos a continuación las competencias que, dentro del sector tecnológico y digital, van a comenzar a tener un peso decisivo. Por ello, conviene trabajarlas y adoptarlas lo antes posible.
1. La comunicación
La comunicación oral, y sobre todo la escrita, están adquiriendo una importancia trascendental. Y es que cada vez se demandan más profesionales con una buena capacidad para la escritura. En este sentido, cuidar la ortografía y gramática para mantener conversaciones escritas con un alto nivel de calidad (especialmente, en este momento, donde son frecuentes los correos, la mensajería instantánea o la redacción de informes) resulta esencial. De la misma forma, disponer de unos conocimientos de mecanografía que permitan mirar a la pantalla en lugar de al teclado, y tener una escucha activa y asertividad son otros dos de los puntos que se tienen muy en cuenta en la actualidad.
2. La flexibilidad y adaptación al cambio
En un sector que cambia de forma constante, ser flexibles y tener capacidad de adaptación son dos requisitos fundamentales. Y no sólo eso: actualmente es más importante que nunca que las compañías y los recursos humanos tengan la capacidad de anticiparse y cuenten con las herramientas necesarias para adaptarse a un contexto cada vez más incierto, entendiendo así que la transformación es una palanca clave para potenciar la competitividad.
3. La resiliencia
La resiliencia se define como la capacidad que tiene una persona para enfrentarse a situaciones adversas y salir reforzada de ellas. En cuanto al trabajo, se refiere a la capacidad de un trabajador o trabajadora para responder a la presión y a las demandas que se derivan de las responsabilidades de su puesto. Una persona resiliente, así, tiene habilidad para aceptar la adversidad y saber gestionarla de forma positiva, un aspecto que necesitan las empresas del sector en el contexto actual.
4. La organización y planificación
Para desarrollar los proyectos profesionales con los niveles de profesionalidad y rigor oportunos, se requiere de una alta capacidad de organización y planificación. En un sector donde el uso de herramientas, programas de gestión y organización del trabajo y otros elementos hacen más sencillo las tareas a desarrollar, resulta imprescindible ser capaces de organizar las cargas de trabajo, atender a las planificaciones marcadas por los responsables de equipos y cumplir con los plazos establecidos para alcanzar los objetivos marcados con criterios de efectividad y excelencia profesional.
5. La autonomía e iniciativa
En un sector tecnológico, digital y en plena transformación, es fundamental que haya personas con autonomía a la hora de trabajar e independientes, que tengan una alta capacidad de toma de decisiones y puedan resolver situaciones en remoto. Eso no significa, no obstante, que se trabaje en solitario, pero sí cambia la forma de relacionarnos, comunicarnos y tomar decisiones. Para ello, se hace imprescindible conocer profundamente la organización y el negocio en el que trabajamos y las normas de la propia empresa, que marcarán nuestra propia organización.
6. La actitud proactiva
La actitud proactiva es básica y fundamental para desarrollarse, crecer y optar a más y mejores oportunidades de empleo. Tener ganas y voluntad de aprender, estar dispuestos a desarrollar tareas y funciones diversas y no desmotivarse ante el primer fracaso o error, ayudará a alcanzar el éxito profesional dentro del complejo mundo tecnológico.
7. La mentalidad digital
Los perfiles profesionales que mejor se adaptan al mercado actual son los que han entendido que la digitalización conlleva cambiar el cómo se hacen las cosas, qué herramientas utilizar, cómo comunicar o relacionarse. Para ello, están desarrollando conocimientos y competencias en este sentido, es decir, están trabajando en el desarrollo de la mentalidad digital.
8. El trabajo colaborativo con equipos multidisciplinares
Que el trabajo en equipo es fundamental y absolutamente necesario no es ninguna sorpresa, pero en los proyectos del sector tecnológico, además, suelen intervenir profesionales multidisciplinares que requieren de contacto, comunicación y estrecho vínculo para poder desarrollar correctamente sus funciones. Sin trabajo en equipo, el fracaso del proyecto está asegurado.
9. La inteligencia emocional
La inteligencia emocional se vuelve imprescindible para trabajar adecuadamente en equipos que en muchos casos desarrollan sus funciones de manera deslocalizada y donde la falta de comunicación, empatía, las discrepancias en los modos de proceder o las diferencias en los niveles de habilidades sociales pueden generar situaciones conflictivas.
10. La tolerancia a la frustración
En un entorno de cambio constante y de ensayo y error continuo, la tolerancia a la frustración se posiciona como una competencia fundamental para mantener altos los niveles de motivación y ser capaz de encontrar en cada situación adversa un aprendizaje que aplicar en los siguientes proyectos.
11. El ‘learnbility’ o aprendizaje continuo
En un entorno donde la tecnología avanza a mucha velocidad y los ciclos de aprendizaje son cada vez más cortos, resulta vital desarrollar la llamada “aprendibilidad” (o ‘learnbility’), es decir, el deseo y habilidad para el aprendizaje continuo. De este modo, se cuenta con actitud abierta al aprendizaje y se tiene disposición a ampliar o reciclar conocimientos de manera continuada.
12. La orientación a resultados
El sector tecnológico y digital requiere de profesionales con alta orientación a resultados. La mayor parte de los proyectos en los que se trabaja en este sector tiene periodos de desarrollo cortos y sufren cambios y actualizaciones constantes. Por eso, poner el foco en el resultado ayudará a trabajar de manera más estructurada y eficiente.
13. Las habilidades para trabajar en equipos distribuidos y teletrabajo
No hay ninguna duda de que las restricciones motivadas por la pandemia de la COVID-19 han hecho que el trabajo en equipos distribuidos y el teletrabajo creciera y se asentara. Ello ha generado nuevos hábitos que perdurarán más allá de la pandemia, probablemente con modelos mixtos que combinen lo presencial con la conexión en remoto. El teletrabajo pasará a ser parte habitual del nuevo modelo laboral, flexibilizando los horarios fijos de oficina y sus grandes espacios hasta que la pandemia remita y vayamos recuperando, en parte, la organización y reuniones presenciales. Entre las destrezas particulares que habrá que trabajar en este futuro contexto, destacan: la especial habilidad para la gestión del tiempo y gestión de tareas; la responsabilidad, autonomía, automotivación y autorregulación; la capacidad de coordinación con terceros; y las competencias digitales avanzadas para el trabajo en red.
14. La creatividad en la resolución de problemas
Se trata de fomentar la creatividad de manera intencional, logrando un proceso estructurado para la solución de posibles retos que se utiliza cuando se quiere ir más allá del pensamiento convencional y llegar a soluciones creativas, que aporten novedad y valor. Es una parte esencial de cualquier iniciativa de cambio y proceso de innovación, y una competencia imprescindible en el sector digital y tecnológico.
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