Por una Inteligencia Artificial más humanitaria y humanista - Ahora
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- La Inteligencia Artificial presenta muchas oportunidades y desafíos que conviene conocer. La Fundación Cruz Roja Española ha organizado un encuentro con personalidades referentes en la materia para conocer todo lo que puede aportar al ámbito humanitario.
¿Puede la Inteligencia Artificial contribuir a un mundo más humanitario? ¿Cómo podemos garantizar que las decisiones algorítmicas sean positivas para la sociedad? Estas dos cuestiones han centrado el encuentro online ‘Conversaciones Humanitarias generadoras de talento’ celebrado el pasado 22 de abril e impulsado por la Fundación Cruz Roja Española. La Inteligencia Artificial ya está aquí y es imposible ignorar todo lo que puede ofrecer; de las personas depende, eso sí, la forma de utilizarla. Y nada mejor que personalidades expertas en la materia para debatir y reflexionar sobre ello
El encuentro contó, así, con Nuria Oliver, experta Inteligencia Artificial centrada en la Personas, ingeniera de telecomunicación y doctora en IA por el Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT; Cristina Aranda, impulsora de iniciativas comprometidas con la innovación y el impacto social, doctora en lingüística teórica y aplicada, y cofundadora de Mujeres Tech; y José María Lasalle, director del Foro de Humanismo Tecnológico de ESADE, profesor de Filosofía del Derecho en ICADE y autor del libro Civilización Artificial. La moderación del encuentro, por otro lado, la desempeñó Antonio Lorenzo, periodista experto en información tecnológica.
Entre los aspectos que se trataron destaca la ética. En este sentido, se abogó por formar a los equipos de tecnología y aplicar un sentido de la justicia bajo un enfoque moral que garantice un uso correcto de la Inteligencia Artificial. Dependiendo, por ejemplo, del tipo de conciencia o el marco cultural con la que se programa una inteligencia artificial pueden existir sesgos en los datos obtenidos; no es lo mismo la mentalidad occidental que otras. Por todo ello, e igual que en otros temas, debería existir un acuerdo global. “Es el espíritu crítico lo que nos va a diferenciar de la IA, y la mejor solución para mitigar sesgos en los algoritmos es la formación, además de la aplicación de los sistemas de optimización de datos y ‘justicia algorítmica’, ya existentes”, sostuvo Cristina Aranda.
"Debemos plantear una reflexión sobre cuánto se están alterando las bases de la condición humana"
Pese a los obstáculos, el criterio más compartido durante el encuentro fue que la Inteligencia Artificial presenta muchas ventajas siempre y cuando se aplique con criterio y, sobre todo, con humanidad. Nuria Oliver señaló que los algoritmos nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones y a entender mejor el estado del mundo, “aunque sabemos que esta tecnología no es perfecta”. La cofundadora de ELLIS Alicante apuntó también la importancia de trabajar en una IA centrada en las personas para hacer frente a retos como la crisis climática y energética o el envejecimiento de la población.
Para José María Lasalle, entre los principales desafíos que afectan al desarrollo de la IA destaca el conocer “cuál va a ser el propósito de su fomento. Requiere que la humanidad piense sobre el propósito y el sentido más profundo que debe acompañar a esta poderosa herramienta que estamos generando y que está cambiando el mundo. Debemos plantear una reflexión sobre cuánto se están alterando las bases de la condición humana. La IA está modificando no sólo los comportamientos del ser humano sino, también, la manera en que éstos se relacionan con la realidad”, explicó.
Avances en la salud y en la educación
Los participantes en este foro también abordaron la incidencia que esta tecnología puede tener en aspectos como el empleo, la salud, el cambio climático o la educación. La IA nos puede ayudar a tomar mejores decisiones en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): “Se pueden detectar zonas que estén sumidas en la pobreza para intentar implementar acciones que eviten esa situación, apoyarse en drones para detectar plagas o zonas con sequía extrema, así como optimizar recursos con la agricultura de precisión”, fueron algunos de los ejemplos explicados por Nuria Oliver.
En el área de la salud, la revolución de la IA alcanza diversos ámbitos: la farmacología, la posibilidad de acelerar el tratamiento de moléculas en vacunas, o el apoyo que supone para la toma de decisiones clínicas o para predecir curvas pandémicas son algunos de los ejemplos más trascendentes en el contexto médico.
Para Cristina Aranda, la IA es una increíble herramienta para ayudar a las personas en ámbitos como la salud, la educación o el empleo: “La ciencia nos permite conocer el mundo, pero la tecnología nos permitirá transformarlo”. La experta citó ejemplos como la detección de estados de ánimo en enfermos oncológicos, el acompañamiento a personas en soledad no deseada, la detección de conductas suicidas o de trastornos alimentarios a través de las redes sociales. “La IA ayudará a hacer la vida más fácil y evitar daños en las personas”, comentó.
En el ámbito de la educación, “la IA nos abre la posibilidad de tener una educación personalizada, un modelo individualizado, en el que cada alumno o alumna pueda aprender al ritmo y con los recursos más adecuados a sus necesidades. Asimismo, ayudará a atender las diversidades funcionales de la persona (dislexia, hiperactividad…) y dar apoyo a los gestores de la educación (docentes, gerentes administrativos…)” aseguró Nuria Oliver.
Como señaló Lasalle, la IA nos obliga a tener muy presentes la agenda relativa a las desigualdades, los vacíos éticos, etc… al igual que ocurrió con la revolución industrial y su impacto en el mundo actual: “El cambio tecnológico no supone necesariamente una proyección escalada de la justicia, la igualdad o el progreso. No debemos confiarnos a las capacidades de la IA, debemos plantearnos cuál va a ser el propósito en el fomento de esta tecnología. La profundidad que tiene la Inteligencia Artificial nos obliga a tener una precaución reforzada”.
Aquí puedes ver el encuentro al completo:
La Fundación Cruz Roja Española se constituyó en 1993 con el fin de ayudar a Cruz Roja Española a realizar su misión. En 2023 ha comenzado una nueva etapa con el propósito de impulsar en la sociedad Pensamiento Humanitario que contribuya a cambiar mentalidades. A través de su ciclo ‘Conversaciones Humanitarias’ crea espacios de conocimiento y profundización sobre las distintas tendencias centrando la reflexión y el análisis en cómo afectan a las personas y a las comunidades, especialmente a aquellas que están en situación de vulnerabilidad o en riesgo de caer en ella.
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