Pablo Maderuelo: Es el momento del emprendimiento rural - Ahora
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Humanidad
De hecho, un reciente artículo publicado por investigadoras de la Universidad Complutense y del Museo nacional de Ciencias Naturales habla ya de tres tipos de “migrantes rurales”: “jóvenes y familias, personas que buscan recursos para vivir y aquellos que se van por motivos de ocio”.
Estos nuevos pobladores que ahora regresan se unen a la gente que siempre ha apostado por el medio rural. Que lo ha tenido claro desde el principio y que ha elegido vivir en sus pueblos porque ha encontrado en ellos sus proyectos profesionales y vitales.
La propia falta de servicios se da la vuelta en estos casos o el relevo generacional en una población más envejecida se convierten en este caso en dos palancas de cambio y en un espacio para buscar oportunidades que den respuesta a estas problemáticas.
La falta de peluquerías llevó a Eneko, en Aragón, a crear un negocio ambulante para cortar el pelo por los pueblos. Lo mismo que le ocurrió a Daniel en Tierra de Campos con su óptica.
Belén, en Sacramenia, Segovia, veía cómo las manitas de cordero, que toda la vida se habían cocinado, se estaban desechando y decidió crear su propia marca de manitas envasadas. Y Ana Clara dejó el País Vasco para abrir un obrador de productos sin gluten en Frómista, Palencia.
Esta actividad emprendedora es especialmente relevante, en los últimos años, en las mujeres. Según el Informe Emprendedoras Rurales en España, el 20% de las mujeres de entornos rurales con edades comprendidas entre 18 y 64 años se encuentran inmersas en alguna de las fases del proceso emprendedor.
Esta actividad emprendedora es especialmente relevante, en los últimos años, en las mujeres
Es más; según datos de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), los emprendimientos rurales liderados por mujeres en el medio rural tienen una tasa de supervivencia superior que los que lideran las mujeres en el medio urbano.
Sin embargo, todavía hay un amplio margen para facilitar que las personas que tienen las ideas y la motivación necesarias para poner en marcha un proyecto empresarial tengan a su alcance las herramientas necesarias para poder llevar a cabo sus proyectos de forma exitosa.
Y es que tienen que sacar adelante sus proyectos, conseguir o producir lo que venden o los ingredientes que necesitan, prepararlos para la venta al público, llevar los controles legales correspondientes, repartir por la comarca, asistir a ferias en las que se den a conocer, mantener su web y redes sociales, atender necesidades propias de un negocio y, cuando termina el día, sentarse a llevar las cuentas y hacer las facturas.
Necesitan infraestructuras y redes en las que apoyarse al inicio de su actividad emprendedora: cursos y talleres sobre emprendimiento, iniciativas aceleradoras, espacios de coworking, así como otras iniciativas que les permitan adquirir las herramientas necesarias para desplegar esta parte de su trabajo. Este es un ámbito en el que es necesario poner en valor el importantísimo trabajo que están llevando a cabo los grupos de acción local repartidos por todo el territorio.
Precisan además de una legislación que no les ‘quite las ganas’ de emprender, que facilite la creación de empresas y proyectos. Que emprender no sea una gymkana de ventanillas administrativas ni una concatenación de trámites con una terminología que solo conocen unos pocos.
Requieren buenas comunicaciones, capacitación digital e infraestructuras que, a nivel técnico, les permitan salir de su territorio. Y, algo muy importante, apoyo en la difusión y comunicación de su actividad; porque en zonas con baja densidad de población, a menudo tienen que salir de sus comarcas a buscar clientes que hagan viables las cuentas de sus proyectos.
Y, si algo reclaman quienes emprenden en el medio rural, es que les entiendan, que les entendamos. Que empaticemos con un trabajo que no se termina al salir por la puerta y en el que casi nunca hay vacaciones. Que se creen comunidades de personas que pasan por los mismos problemas y que muchas veces logran entenderse con solo cruzar una mirada, aunque apenas se conozcan. Sentirse entendido es esencial para mantener la ilusión en los momentos más duros.
En definitiva, hay muchísima gente que quiere emprender. Según el Informe GEM sobre actividad emprendedora rural en España 2021-2022, más de la mitad de la población del medio rural considera tener las herramientas necesarias para poder hacerlo. Sin embargo, para 3 de cada 5, el miedo al fracaso les supone un freno.
No podemos dejar que el miedo y las barreras administrativas dejen escapar ese talento, ese potencial que hay en los pueblos; porque cada nuevo proyecto que se crea en el medio rural no solo es un habitante que se queda o que regresa, sino un nuevo servicio que genera actividad, que atrae población y que vertebra el territorio.
Las cifras nos lo están diciendo: ahora es cuando podemos cambiar las cosas. La oportunidad está ahí: es el momento del emprendimiento rural.
* Las opiniones de los colaboradores y colaboradoras que se publican en AHORA corresponden únicamente a sus autores y podrían no coincidir con los valores y principios de Cruz Roja, que fomenta la participación, el debate y la libertad de expresión para contribuir a crear una sociedad plural e informada.