En Chiclana ya es temporada de playa - Ahora
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- La vigilancia en playas no se reduce solo al verano. Aunque la mayor parte de efectivos se despliegan de junio a septiembre, en muchos puntos de España Cruz Roja activa su servicio de playas en estas fechas. Chiclana (Cádiz) es uno de los primeros lugares en hacerlo.
El 28 de febrero arrancó la pretemporada del servicio de playas en Chiclana (Cádiz), un dispositivo que lleva a cabo Cruz Roja (en convenio con el ayuntamiento del municipio) para garantizar la seguridad del público que las visita. Y es que, frente a lo que se pueda pensar, el turismo es constante durante todo el año y la playa uno de los principales atractivos de la localidad. Por eso, aunque esta época se considere “temporada baja”, Cruz Roja está lista para actuar en caso de que sea necesario.
Viernes, sábados y domingos de 12h a 18h Cruz Roja está presente en las playas de Chiclana en lo que se considera uno de los primeros servicios de playa que arrancan en España. José Antonio Rodríguez Santana, coordinador del servicio de playas provincial de Cruz Roja en Cádiz, explica que este año, con los temporales y las banderas rojas (comunes casi todos los fines de semana), han dedicado todos sus esfuerzos en informar a los usuarios de los riesgos de meterse en el agua. Los recursos materiales son una moto de agua, un vehículo todoterreno de intervención rápida y un botiquín; y los personales se traducen en dos técnicos de emergencias, un patrón y un socorrista acuático.
A José Antonio le sorprende, pero es así: “Hay gente que no le tiene miedo al agua”, reflexiona y cuenta que las playas atlánticas, como esta, tienen unas particularidades muy concretas que hay que tener en cuenta, especialmente en estos meses. “La morfología de la playa cambia constantemente, y se forman muchas corrientes de resaca que van moviendo la arena constantemente”, expone. Se llama “corrientes de resaca” a los flujos de agua que se mueven desde la orilla hacia mar adentro de manera rápida. Eso entraña un gran peligro, puesto que desde fuera puede no percibirse. “La gente piensa que donde el mar se ve tranquilo es seguro, y no es así, porque puede arrastrarles”, especifica.
En caso de encontrarse con una de estas corrientes, la pauta principal es mantener la calma y dejarse llevar manteniéndose a flote y procurando no gastar demasiada energía. Se deben levantar las manos para llamar la atención del resto de usuarios y que se activen los servicios de emergencia. En algunas ocasiones, puede que sea la propia corriente la que lleve a la persona a salir por otro punto de la playa.
Hasta el momento solo ha habido un par de conatos de rescate. “Intervinimos desde tierra porque, cuando llegamos, ya estaban las víctimas en la arena y no tuvimos que entrar en el agua”, explica José Antonio. Es una situación que cambiará radicalmente en Semana Santa y, sobre todo, en verano. A mayor afluencia de gente, mayor actividad. “El 1 de abril incorporamos la torreta de vigilancia y la ambulancia, y en Semana Santa también vamos sumando recursos materiales y personales”. Además de la vigilancia, José Antonio indica que también se tiene en cuenta el tema medioambiental: “Estas corrientes de resaca traen residuos, y vamos informando sobre lo que encontramos”, alega.
En temporada alta, desde el 15 de junio al 15 de septiembre, el dispositivo diario de Cruz Roja en Chiclana incluye 4 botiquines, 2 motos de agua, 2 embarcaciones, 2 ambulancias de soporte vital avanzado, y 3 todoterrenos. En cuanto al personal, trabajan 1 coordinador de servicio, 1 operador de comunicaciones, 1 médico, 2 enfermeros, 6 técnicos de emergencia, 4 patrones de embarcación, y 22 socorristas.
Cruz Roja sigue demostrando, un año más, que la seguridad en playas no se reduce al verano, sino que empieza mucho antes.

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