Las emociones también necesitan primeros auxilios - Ahora
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No son tan conocidos como los primeros auxilios que se aplican ante una hemorragia o una quemadura, pero son igual de necesarios. Los primeros auxilios emocionales son una herramienta de apoyo dirigida a acompañar a aquellas personas que se encuentran en escenarios de crisis y tienen como objetivo recuperar el equilibrio emocional, además de prevenir la aplicación de secuelas psicológicas.
Los primeros auxilios emocionales no tienen por qué ser aplicados por profesionales de la psicología, pueden ser personas que trabajen en contextos de emergencias o desastres, como las personas voluntarias, quienes los suministren, pero siempre con una formación previa. Yurena Rodríguez es psicóloga y la encargada de impartir el taller de primeros auxilios emocionales en el encuentro provincial de voluntariado de Cruz Roja que se celebró en Las Palmas hace unas semanas con la participación de los voluntarios y voluntarias de las islas de Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria.
“El objetivo de los primeros auxilios emocionales es brindar apoyo emocional, y en algunos casos incluso evitar el riesgo de muerte porque se pueden dar situaciones de crisis en que la persona reaccione atentando contra su propia vida o contra la de otra persona. Este tipo de ayuda también persigue ayudarles a conectar con los recursos disponibles que necesitan y que pueden ser desde refugio para pasar la noche a atención sanitaria”, explica la psicóloga.
Este tipo de ayuda emocional se puede dar en cualquier situación que sea angustiosa para las personas: una catástrofe, un desastre, un incendio o un accidente. “El volcán de La Palma y el estrés y la angustia que les provocó a las familias tener que dejar sus hogares es un buen ejemplo donde son necesarios estos primeros auxilios psicológicos”, añade Yurena.
¿Cuáles son las claves para poder ayudar a gestionar las emociones en estos contextos? En primer lugar, la angustia no siempre se identifica de manera obvia. Muchas veces hay que sentarse con la persona, preguntarle su nombre y preguntar por sus necesidades. “Escuchar y no presuponer”, afirma Rodríguez. A continuación hay que intentar ayudar a cubrir esas necesidades. En ocasiones, solo se necesita información, “como saber si puedes volver esa noche a dormir o no a casa o reunirte con tus familiares”. En otras es necesario derivarles a otros servicios que puedan ayudarles y nosotros serviremos de nexo. Es importante la necesidad de escucha. “No juzgar, no aconsejar, no hacer recomendaciones. Estos cuidados emocionales no son terapia. Es una labor de apoyo, de contención y es importante no dar falsas esperanzas”, subraya la psicóloga. En muchos casos, solo acompañando a las personas a un lugar seguro se aplican esos primeros auxilios emocionales.
“Es tan importante saber tapar una herida como saber tapar una angustia para que pueda ser canalizada. Lo emocional y lo físico están conectados. Si la persona está angustiada, también corre un riesgo físico”, concluye Yurena Rodríguez.
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