Desastres “naturales” y cambio climático: el impacto en las personas más vulnerables - Ahora
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- Los problemas causados por la falta de cuidado del medio ambiente han afectado a 1.700 millones de personas en todo el mundo.
En los últimos diez años, el 83% de los desastres desencadenados por amenazas se debieron a fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como inundaciones, tormentas, incendios, olas de calor, tifones, sequías o borrascas como Filomena -que ha dejado recientemente en toda España algunas de las nevadas más importantes de los últimos 50 años -. En algunos de estos desastres, es la propia naturaleza la causante, pero en otros, la mano del hombre ha tenido mucho que ver. Por eso, a la hora de hablar de desastres, el adjetivo naturales no es siempre el más adecuado.
Según los datos que ofrece el Informe mundial sobre desastres 2020, elaborado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, los problemas causados por la falta de cuidados del medio han afectado este año a 1.700 millones de personas en todo el mundo. Todos estos fenómenos están relacionados entre ellos y son consecuencia del calentamiento global.
Sin embargo, a pesar de que en los últimos años ya se conocían los daños que el planeta estaba sufriendo, no ha sido hasta la irrupción de la COVID-19 cuando se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del mundo ante un problema de tal envergadura y las consecuencias que puede tener en buena parte de la población.
El Informe Mundial sobre Desastres también sostiene que las respuestas que se están desarrollando actualmente en todo el mundo ante la pandemia de COVID-19 son una oportunidad para abordar y reducir la vulnerabilidad climática.
El calentamiento del planeta es una realidad que sin duda empeorará si no se toman medidas firmes e inmediatas. Lo mismo ocurre con el agotamiento de los recursos naturales y los posibles efectos directos e indirectos sobre la salud de las personas, provocando que muchas comunidades se vean afectadas por desastres consecutivos y convergentes, sin que puedan tener un respiro para recuperarse.
El cambio climático no va a esperar a que la pandemia de la COVID-19 esté bajo control, por eso, voces expertas indican que es el momento de tomar las riendas y hacer todo lo que esté en nuestra mano por mitigar los efectos del cambio climático. De lo contrario, los primeros que seguirán padeciendo las consecuencias más intensas de los problemas medioambientales serán, como de costumbre, las poblaciones más vulnerables, provocando que se puedan quedar rezagadas si no se tienen en cuenta sus necesidades, capacidades y puntos de vista.
Además, la pandemia del coronavirus ha demostrado que la humanidad tiene la capacidad de reconocer una crisis mundial y hacerle frente, identificando recursos que parecían inexistentes y adoptando con rapidez medidas de intervención sin precedentes. Un ejemplo real de que, si todos trabajamos por un objetivo común, es posible lograrlo.
Es necesario adoptar medidas urgentes
El cambio climático constituye un reto para la humanidad, incluso más importante que el nuevo coronavirus, ya que es una amenaza que pone en entredicho nuestra supervivencia a largo plazo. “Debemos enfrentar esta amenaza con la adopción de medidas que inviertan la tendencia y, mientras tanto, hacer lo posible para limitar las muertes y los daños que provocan los desastres ligados al clima”, se recoge en el documento.
Estos desastres relacionados con fenómenos meteorológicos y climáticos extremos han causado la muerte de 410.000 personas en los últimos diez años, la gran mayoría de ellas en países con ingresos medianos y bajos.
Y en tan solo los primeros seis meses de pandemia, como se explica en el Informe, “más de cien desastres afectaron a más de cincuenta millones de personas” haciendo que nunca antes fuera tan urgente adoptar medidas.
Por eso, en la edición 2020 del Informe mundial sobre desastres se hace especial hincapié en la conveniencia de adoptar medidas urgentes a nivel comunitario, haciendo que los agentes participantes —gobiernos, donantes y los sectores humanitarios, ambiental, climático y de desarrollo— apoyen de manera prioritaria a las personas, comunidades y países que estén en situación de mayor riesgo. “El cambio climático no va a esperar a que la pandemia de la COVID-19 esté bajo control. Debemos enfrentar esta amenaza con la adopción de medidas que inviertan la tendencia y, mientras tanto, hacer lo posible para limitar las muertes y los daños que provocan los desastres ligados al clima. No podemos dejar escapar esta oportunidad”, recalcan.
"El cambio climático no va a esperar a que la pandemia de la COVID-19 esté bajo control"
¡Quiero pasar a la acción!
Si quieres ser parte de la solución de esta grave crisis climática, entra en la web de #FacesofClimateChange, una campaña puesta en marcha por la Federación Internacional de Cruz Roja (IFRC), donde tienes una serie de acciones concretas que puedes llevar a cabo de manera individual para ayudar a frenar el calentamiento global, como ir a trabajar en bicicleta durante una semana, dejar de comer carne durante un mes u organizar un grupo para plantar árboles.
Además, desde la web de Cruz Roja podrás hacerte directamente voluntario o voluntaria de Cruz Roja y escuchar a otros activistas del clima.
¡Los pequeños cambios individuales son los que marcarán la diferencia global!
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