Cómo criar en positivo - Ahora
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- Un proyecto de Cruz Roja contribuye al bienestar infantil, apoyando y acompañando a familias en situación de vulnerabilidad social en el ejercicio de una parentalidad responsable y respetuosa. Para ello, se trabajan las competencias parentales a través de orientación individual y talleres de intervención psicoeducativa y se acompaña a niños, niñas y adolescentes mediante diferentes actividades.
Ejercer una parentalidad responsable y respetuosa. Alcanzar esta premisa puede parecer fácil, pero no siempre resulta así, especialmente para familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad social. El proyecto de Cruz Roja ‘Criando en positivo’ apoya a familias que se hallan precisamente en estos contextos en sus funciones de cuidado, crianza y educación de niños, niñas o adolescentes de 6 a 17 años. El objetivo, además, es contribuir a su bienestar y desarrollo integral.
Y es que no siempre las familias saben cómo ejercer este tipo de parentalidad responsable y respetuosa. “A través de sesiones individuales y grupales tratamos de fortalecer o mejorar las competencias parentales de las figuras de referencia, como la comunicación, el afecto, las normas , la corresponsabilidad…”, pone como ejemplo Carmen San Martín, técnica del Programa de Infancia en Dificultad Social del Cruz Roja. Estos espacios grupales permiten a las familias pensar, reflexionar y compartir sobre sus modalidades de crianza y desarrollar estrategias que les permitan mejorar la crianza, el cuidado y la educación de los niños, niñas y adolescentes.
También se tejen redes entre las propias familias. “Es uno de los beneficios para las madres, padres u otras figuras de referencia adulta que participan en los talleres de intervención psicoeducativa porque muchas no disponen de apoyo familiar o social para la crianza, y tras su incorporación en el proyecto, construyen redes de apoyo con otras familias ”, expresa San Martín. El perfil es heterogéneo y está compuesto por familias monoparentales, familias inmersas en procesos migratorios, abuelos y abuelas que ejercen labores parentales, y familias con dificultades económicas y carencias materiales.
Además de fortalecer las capacidades de crianza, niños y niñas acceden en horario extraescolar o vacacional a talleres, ludotecas o actividades de ocio. El proyecto, que se lleva a cabo en 34 provincias de España, también facilita el acceso a servicios que cubran necesidades básicas (económicas, materiales, etc). Con todo, San Martín destaca lo “empoderadas” que se sienten las familias tras participar en el proyecto, y cómo salen reforzadas en sus habilidades para afrontar esta crianza en positivo.
Jacquelin Soto y Ruth Jordán son dos mamás participantes del proyecto en la asamblea de Móstoles (Comunidad de Madrid) de Cruz Roja. Jacquelin destaca que fue la pandemia la que hizo que se acercara a la sede de la Organización para buscar ayuda. En cuanto a sus hijos e hijas, están felices de formar parte del proyecto. “Siempre que vienen están muy felices, siempre quieren venir. En Cruz Roja me han sabido entender”, precisa.
Ruth, por otro lado, se separó de su marido y a raíz de eso, se encontró con que no tenía quien le ayudara. “Aquí me han apoyado de todas las maneras: psicológicamente, económicamente… a mí y a los niños. No hay palabras para agradecer tanto”, dice.
Los principios de una parentalidad positiva
El marco que define los procesos y las actividades del proyecto ‘Criando en positivo’ es el de la “parentalidad positiva”, que se define como el “comportamiento de los padres fundamentado por el interés superior del niño/a que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño/a”.
Para ejercer esta parentalidad positiva, hay que conocer sus principios y cómo se pueden llevar a cabo:
- Generar vínculos cálidos y afectivos a través de palabras, caricias y besos para que niños, niñas y adolescentes se sientan más aceptados, seguros y queridos.
- Establecer un entorno estructurado mediante rutinas y hábitos saludables para que niños, niñas y adolescentes estén guiados y tranquilos en su vida cotidiana.
- Estimular y apoyar el aprendizaje respetando los ritmos propios, fomentando sus capacidades y apreciando su logros y avances para mejorar su autoestima.
- Reconocer su valor, mostrar interés por su mundo y tener en cuenta sus sentimientos, opiniones y preocupaciones para que haya una mayor implicación.
- Respetar su dignidad e integridad, empleando formas positivas de resolver conflictos mediante medidas adecuadas y buena comunicación (nunca mediante la violencia ni el castigo físico o psicológico).
- Establecer límites y normas sencillos y claros acordes a la etapa evolutiva y la madurez de cada niño, niña o adolescente, adaptándolos a sus necesidades.
También hay que tener en cuenta que la parentalidad positiva está muy vinculada con tres factores: el contexto psicosocial del entorno familiar; las necesidades y características únicas de cada niño, niña o adolescente; y las capacidades y competencias parentales.
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