El espacio Work Café Santander fue el escenario elegido para acoger la Webinar de Cruz Roja “HeForShe: comprometidos con la igualdad”, el pasado miércoles 17 de noviembre.
El movimiento solidario, creado por ONU Mujeres, promueve que los hombres puedan luchar como motor de cambio en la desigualdad de género. Bajo el título “HeForShe: comprometidos con la igualdad” se generó un espacio para el diálogo y el intercambio de ideas y opiniones, entre representantes del sector del deporte, de la belleza y de la moda.
Para abordar este tema, contamos con la participación de Esteve Planas, Head of Finance en Puma, Fabien Badreau, Business Manager en The Estée Lauder y Rubén Ortiz, Player Agent en You First Sports. Asimismo, desde Cruz Roja colaboraron en esta webinar Margaret Santiago de Irazábal, del Área de Conocimiento de Empleo y Responsable de la Cooperación Empresarial para la Igualdad de Género, y Marcel Chacón, Responsable del Servicio Multicanal de Orientación para el Empleo.
Margaret y Marcel abrieron el debate y animaron a los invitados a que reflexionasen sobre un dato contundente y poco alentador, extraído del último informe del Foro Económico Mundial:
“Aún podrían transcurrir 100 años hasta que consiguiéramos conquistar plenamente la igualdad de género”
Todos estuvieron de acuerdo en que la colaboración y el compromiso colectivos son los únicos medios para lograr que esta afirmación deje de ser una meta distante y se convierta en una realidad, y opinaron sobre las distintas maneras de fomentar la igualdad desde el entorno familiar, del hogar y de las relaciones más cercanas.
Con estas palabras iniciaba la ronda de intervenciones Fabien Badreu, de Estée Lauder, quien además recalcaba la importancia de estar presentes y de participar en el proceso de crianza y educación de los hijos. Fabien, además, habló de su esfuerzo por que las labores en su entorno doméstico estuvieran repartidas de manera equilibrada.
Sin duda alguna, en la lucha por la igualdad, tomar parte en las actividades y en los quehaceres del hogar, independientemente de si se es hombre o mujer, es un gesto que está a nuestro alcance y que tiene un valor incalculable, como parte de las muchas y muy diferentes acciones que podemos realizar en nuestra vida cotidiana en favor de esta causa.
De la mano de Margaret, de nuevo se puso sobre la mesa un dato bastante revelador:
“Cuando los hombres son capaces de conciliar las obligaciones profesionales y las de casa, el crecimiento y desarrollo profesional de las mujeres se incrementa en un 48%. “
Esta información debería ser suficiente para abrir los ojos ante la necesidad de compartir equitativamente la carga familiar y doméstica, porque aunque suene bastante lógico, si queremos a las personas con las que convivimos, también querremos su bienestar y que gocen de las mismas oportunidades que nosotros.
«Soy padre de un niño y una niña. Pienso en el rol que quiero proyectar, en el mundo que quiero dejar para mis hijos. Reconozco que es difícil compaginarlo todo y encontrar los espacios», reflexionaba Esteve Planas, de Puma, dejando clara su postura en cuanto a que la igualdad es un valor innegociable y por el que debemos apostar tanto para nosotros como para los que están por venir. «Son pequeños actos los que nos permiten avanzar y crear conciencia y necesidad de actuar. Hay que ponerse las pilas. Padres, hijos, ciudadanos y cualquiera que se sienta aludido», añadió.
Esto último nos parece incuestionable; ciertamente, la mejor manera de despertar sensibilidad es pasar a la acción y dar ejemplo a través de nuestros actos. A donde quiera que vayamos podemos llevar el mensaje e inculcar en los demás estos valores y esta conciencia de igualdad. El cambio empieza en cada uno, porque, aunque es un movimiento por y para las mujeres, la responsabilidad recae en cada individuo y contar con la colaboración y la empatía de todos será fundamental.
Por su parte, Rubén Ortiz, de You First Sports, afirmaba que nuestra primera contribución es reconocer de dónde venimos, puesto que a lo largo de nuestra historia hemos adoptado y normalizado una cultura y unos hábitos que coloca a la mujer en una posición desfavorecida frente al hombre. «Estamos en el comienzo de una transición y somos partícipes, de manera inconsciente o cultural, de un pasado algo incómodo». «Hay que cambiar el chip y reconocer que se han hecho cosas mal. Para mí es duro».
A pesar de todo, tenemos razones para alegrarnos. Sin ir más lejos, en enero del presente año España se convirtió en el primer país del mundo en equiparar la baja de paternidad a la de maternidad. Y con esta pauta los invitados comenzaron a discutir sobre las diferentes medidas que desde el mundo empresarial pueden adoptarse para promover la conciliación y la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.
Desde Puma se habló de que también es necesario prestar atención a la cultura que en las propias empresas se quiere marcar o transmitir:
«Cómo una empresa entiende la igualdad afectará a la manera que tienen los empleados de mirarla y practicarla. Por supuesto, también ha de apelarse a la responsabilidad y al criterio individual. No todo puede ponerse del lado de la empresa, como tampoco todo puede ponerse del lado del empleado».
Encontrar el punto intermedio en el que ambas partes se retroalimenten debería ser el objetivo de cualquier compañía en el camino hacia una cultura profesional de igualdad.
Sobre el temor o el reparo a pedir permiso a los supervisores para ausentarse y tener flexibilidad en la entrada y salida de las jornadas laborales, en Estée Lauder opinaron que «la clave es confiar en los trabajadores y que no se trata más que de una cuestión de empatía humana».
«En el mundo empresarial siempre he tratado de aplicar tres valores: compromiso, integridad y honestidad. La conciliación de la vida profesional y personal debería ir acorde a eso», defendía Fabien. Asimismo, se mostró firme en la idea de que debería bastar con el compromiso y la palabra del trabajador, porque si se confía en él, se confiará en que el trabajo salga adelante antes o después, dentro de la oficina o en casa. «No es solo una cuestión de jerarquía, es cuestión de que todos tenemos vidas personales e hijos a los que atender. Se trata de humanizar la conciliación».
Desde Puma quisieron dar su punto de vista sobre el tema invitando al ejercicio de este tipo de derechos en primera persona. «“Tengo a mi hija enferma y me quedo en casa a trabajar”. El hecho de que yo lo diga da pie a que el equipo lo vea como normal».
Entendemos que si los líderes normalizan este tipo de comportamientos poco a poco, estarán contribuyendo a que el resto del equipo se sienta libre para pedir con confianza lo que necesita y, en consecuencia, a que tenga la certeza de que va a ser escuchado.
Al ser preguntados por qué acciones, de las que tienen lugar en sus empresas en favor de la igualdad, podrían tomarse como guía y ser replicadas, los asistentes respondieron:
«En mi empresa sería complicado hablar de una sola acción, porque esta conciliación y este compromiso están bien integrados», comentaba Fabien, y añadió: «el 80% de mis empleados son mujeres. En mi empresa no hubo que pelear por este cambio, ya iba en los genes», expresó orgulloso Fabien.
Esteve, en cambio, habló sobre la necesidad de trabajar la flexibilidad, de fomentar el teletrabajo, de transmitir tranquilidad y de confiar en la responsabilidad individual.
En el último bloque de la reunión, tanto presentadores como invitados conversaron sobre lo mucho que las mujeres pueden llegar a sorprendernos si les damos la oportunidad de sacar su potencial y su talento. Los asistentes se mostraron de acuerdo en que todas las personas tienen algo que aportar y capacidad suficiente para inspirar y dar ejemplo a otras, pero que es necesario que se les permita hacerlo.
«Compromiso», «oportunidad» y «optimismo», con estas tres palabras esperanzadoras dieron fin al coloquio los invitados, haciendo un llamamiento a la colaboración tanto de hombres como de mujeres por una sociedad más justa e igualitaria.