Una mirada a Cruz Roja Española a través del arte - Ahora
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Una mirada a Cruz Roja Española a través del arte
UNA MIRADA A CRUZ ROJA ESPAÑOLA A TRAVÉS DEL ARTE
Humanidad
Imparcialidad
Independencia
Cruz Roja
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parte 0
A través de ellos y ellas, Cruz Roja Española ha sido, en no pocas ocasiones, el centro de expresiones culturales que devinieron clásicas, así como de obras calificadas de arte. A lo largo de su historia, los principios humanitarios de Cruz Roja han calado de tal forma que han sido difundidos a través de la pintura o la escultura, se han plasmado en el cine o en la pequeña pantalla, elevando todavía más, el mensaje y la misión de la Organización.
Y es que, existen miradas que, a pesar de estar separadas en el tiempo, tienen algo en común. Con 70 años de diferencia entre una y otra, la del escultor Mariano Benlliure y la del pintor Joan Miró reconocen por igual la esencia y la labor de Cruz Roja Española.
Parte 1
Mariano Benlliure y su Homenaje a los heridos de Cuba
Hay que retroceder hasta una época convulsa de nuestra historia. Durante las guerras de independencia en Cuba, Puerto Rico y Filipinas (1895-1898), Cruz Roja desempeñó un papel fundamental. Voluntarios, voluntarias y personal médico estuvieron presentes en el frente, proporcionando asistencia y alivio a personas heridas y enfermas, independientemente de su nacionalidad o afiliación. La neutralidad y el compromiso humanitario, una vez más, estuvieron por encima de todo.
Durante aquella época, Mariano Benlliure, un reconocido escultor español, contribuyó con su arte para rendir homenaje a la labor humanitaria de Cruz Roja, capturando la esencia de su misión y el espíritu de sus voluntarios. En su obra ‘Homenaje a los heridos de Cuba’ (1895), el artista representa, sobre una gran Cruz Roja central, a un grupo de camilleros pertenecientes a la Organización actuando en la contienda. Esta obra sirvió no solo como una conmemoración de los sacrificios y el valor de las personas involucradas en la asistencia humanitaria, sino también como un recordatorio poderoso de la importancia del trabajo de la Organización en contextos de conflicto.
parte 2
Cómo Joan Miró y Cruz Roja quedaron unidos para siempre
Fueron muchas las vidas que Cruz Roja ayudó a salvar en estos países, pero a veces, solo es necesario salvar una de ellas para impulsar la creación de un legado eterno. Es lo que ocurrió con Joan Miró (1893-1983), uno de los artistas más influyentes del siglo XX, cuyo destino quedó unido al de Cruz Roja para siempre una Nochevieja.
El 31 de diciembre de 1965, María Dolors Miró, única hija del artista, tuvo un grave accidente en un paso a nivel ferroviario en el Camp de Tarragona. El coche quedó destrozado. Al frente del hospital de la ciudad, gestionado por Cruz Roja, estaba Rafael Orozco, un joven médico, muy vinculado a la Organización y que acabaría siendo presidente de la Cruz Roja en Cataluña. Orozco fue el responsable de tratar a Dolors de las importantes heridas que le habían provocado el accidente. Lo hizo aplicando técnicas novedosas que evitaron que tuvieran que amputarle la pierna. Un año más tarde, Dolors se recuperó por completo. Orozco y su equipo médico le habían salvado la vida.
Cuando Joan Miró quiso recompensar los servicios prestados al hospital, Rafael Orozco renunció a los honorarios y en su lugar le pidió al artista una de sus obras para colgarla en el hall de entrada del Hospital de la Cruz Roja en Tarragona del que era director. Ese fue el germen del ‘Tapiz de Tarragona’, una pieza monumental de 2,80 x 4 metros que Miró realizó junto al joven artista Josep Royo y que supuso un nuevo camino en la trayectoria del pintor barcelonés. La iconografía de este tapiz es un canto a la vida y representa la fragilidad del cuerpo frente a la robustez del espíritu.
La obra fue cedida con la condición de que no abandonara jamás la ciudad de Tarragona, así que el médico, que ya tenía una estrecha relación con el artista, le pidió que hiciese otra obra para la sede catalana. Así nació ‘Gràcies/Gracias’, un cuadro que es otro gesto más de gratitud hacia las personas y la organización que hicieron posible que su hija pudiese volver a caminar.
En esta obra, que hoy descansa en Barcelona, en la sede autonómica de Cruz Roja en Cataluña, destaca la icónica cruz roja en el centro de una caja que representa a una cabina de ambulancia junto a la palabra gracias, y la famosa estrella -o sirena- que también aparecía en el ‘Tapiz de Tarragona’. Escrito a mano en la parte inferior del cuadro, Miró describe cómo decidió trabajar directamente sobre la obra para “darle más vivacidad y entrar en el corazón de la gente”. Pero la historia de ‘Gràcies/Gracias’ no acaba aquí. En el año 1979, el Doctor Orozco pidió permiso a Joan Miró para utilizar la reproducción de la obra en los adhesivos utilizados en el conocido como “Día de la banderita”, una acción de recaudación de fondos entre la ciudadanía para financiar las actividades de Cruz Roja. El artista autorizó a la Organización a utilizar el dibujo para tal fin. Así se desprende de una carta de su puño y letra que Miró mandó a Orozco.
«Más importante que una obra de arte en sí misma es lo que sembrará. El arte puede morir, una pintura puede desaparecer. Lo que cuenta es la semilla».
parte 3
Luz Márquez, la última chica de la Cruz Roja
Seguramente Miró no fue consciente de la relevancia de esos adhesivos, ni de la importancia de su cometido en el “Día de Banderita”, una jornada que tiene como objetivo, no sólo recaudar fondos en favor de Cruz Roja, sino que sirve también para concienciar a la ciudadanía de la importancia que tiene su colaboración. Acciones como esta del día de la banderita, así como otras vinculadas al socorro, han quedado reflejadas en otras expresiones artísticas como el cine, a través de películas que a todos y todas nos resultan familiares. Nos vienen a la memoria, por supuesto, largometrajes como “Tres de la Cruz Roja”, con actores muy populares de la época como Tony Leblanc, Jose Luis López Vázquez y Manolo Gomez Bur, entre otros, o “Las chicas de la Cruz Roja” una comedia en la que cuatro chicas madrileñas que pertenecen a distintas clases sociales recorren la ciudad con una hucha recogiendo donativos para Cruz Roja.
‘Las chicas de la Cruz Roja’ consagró a una jovencísima Concha Velasco, cuya carrera a partir de entonces, despegó. También formaron parte del reparto actores ya reconocidos como Tony Leblanc o Arturo Fernández. De las cuatro actrices, la más popular en aquel momento, ya que había trabajado en muchas otras películas era Luz Márquez, que interpretaba a Julia.
Con ella, con la última “chica de la Cruz Roja” que sigue aún con vida, hemos podido charlar. A sus 89 años, mantiene un estupendo estado de salud y una memoria envidiable. Esto es lo que nos ha contado de su experiencia en la película.
- Cuando escuchas las palabras Cruz Roja, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza?
Lo primero es la película, claro, pero si hablamos de la Organización, solo puedo pensar en la maravillosa labor que realizáis. No es adulación, es lo que siento. Cruz Roja es ayuda, es curación, es ayudar a las personas que lo necesitan estén donde estén, en tiempo de paz y en tiempos de guerra, y además en todos los rincones del mundo. Vuestro trabajo es encomiable.
- ¿Cómo recuerdas el rodaje?
El rodaje lo recuerdo muy alegre, lo pasamos fenomenal. Yo era la segunda vez que trabajaba con J. Salvia después de ‘Manolo, guardia urbano’. Era un guionista y director muy educado, algo tímido pero muy simpático. El productor era Pedro Masó. Y las compañeras fueron todas estupendas. Recuerdo el rodaje con muchísimo cariño. Es una película preciosa, la puede ver todo el mundo, desde mayores a pequeños. Tiene mucho encanto, pero al mismo tiempo también tiene fondo. Cuatro mujeres jóvenes, y muy diferentes entre sí, cada una con sus problemas… Una tímida, otra hija de un embajador, otra media chiflada… Todas nos llevamos muy bien. Katia Loritz era alemana y hablaba de forma muy graciosa. Para Concha Velasco fue una de sus primeras películas y lo bordó. La película tuvo un éxito tremendo.
- ¿Qué supuso para ti esta película?
Nos dio mucha popularidad a todas porque la película tuvo un éxito tremendo. Y lo sigue teniendo. La han puesto en el mundo entero. Uno de mis hijos vive en Chile y allí la han visto varias veces.
- ¿Recuerdas alguna anécdota que sucedió durante el rodaje?
Esto no lo he contado nunca. El vestuario de la película nos lo hizo todo Rango. Cuando acabó la película, nos pidieron que devolviésemos toda la ropa pero yo aquel traje maravilloso blanco que llevo en una de las escenas cuando vamos a un baile no lo tenía porque lo debí haber llevado a la tintorería y no lo devolví. Aquello no me lo perdonó el productor, que además de no volver a llamarme para otra película suya, cambió los títulos de crédito para que mi nombre apareciese en último lugar.
- ¿Te siguieron llamando la chica de la Cruz Roja durante mucho tiempo después de estrenarse la película?
Sí, sí, durante muchos años así nos llamaron a mí y mis compañeras. La popularidad que nos dio fue enorme, (ríe).
- Después de haber interpretado 60 películas y de haber trabajado en España, Italia y México, dejaste el cine. ¿Qué hiciste después?
Me divierto en casa, soy muy manitas. Me retiré del cine cuando me casé. En el cine he sufrido, me ponía muy nerviosa, yo entré en ese mundo por casualidad, no tenía a nadie del gremio ni me había criado en una familia de artistas. Además de criar a mis hijos, siempre me he dedicado a la pintura. Me entusiasma. He realizado muchas exposiciones. Tengo más de 300 cuadros en Madrid y otros 300 en Mojácar (Almería). Hoy todavía sigo pintando.
parte 4
Tres de la Cruz Roja
Julia, Paloma, Isabel y Marion siguen, casi 70 años después, en el imaginario colectivo de todo un país, y es imposible recordar la película sin que nos venga a la mente aquella canción tan pegadiza que la acompañó y que también contribuyó al éxito de la obra. Tanto fue así, que en 1961 se estrenaba ‘Tres de la Cruz Roja’, una película de comedia dirigida por Fernando Palacios y cuya trama sigue a tres amigos muy aficionados al fútbol: Pepe, Jacinto y Manolo, interpretados por Tony Leblanc, José Luis López Vázquez y Manolo Gómez Bur, respectivamente. Los tres amigos descubren que, al hacerse voluntarios de Cruz Roja, pueden obtener acceso gratuito a los campos de fútbol, lo que les motiva a unirse a la Organización con intenciones no del todo altruistas.. Sin embargo, su plan no resulta tan sencillo. Al presentar su solicitud como voluntarios, el capitán de Cruz Roja, interpretado por Jesús Puente, se da cuenta de sus verdaderas intenciones y decide someterlos a un estricto entrenamiento. Los protagonistas aprenden sobre el compromiso y las responsabilidades de ser parte de la Organización, todo esto mientras intentan no abandonar su amor por el fútbol. Está disponible en RTVE y que puedes ver aquí (bajo registro en la web gratuito).
parte 6
Del séptimo arte, saltamos a la pequeña pantalla. Porque, como suelen decir voces expertas, si el siglo XX fue el del cine; el XXI es el de las series. Y en esas series hoy seguidas por millones de personas en todo el mundo también ha estado –y sigue estando– presente Cruz Roja. La historia de Cruz Roja Española discurre paralela a la historia de España. La Organización ha participado en los episodios más relevante de los últimos 160 años de este país. Uno de ellos fue la llamada Guerra del Riff o Guerra de África. En este conflicto está ambientada la serie española ‘Tiempos de Guerra’. En 1921, un grupo de Damas Enfermeras, comandadas por la Duquesa de la Victoria, fueron enviadas por la reina Victoria Eugenia a las zonas de conflicto con el fin de instalar hospitales y atender a los heridos.
También tuvo un pequeño papel Cruz Roja Española en otra de las series que mayor éxito ha tenido en el mundo en los últimos años. Hablamos de ‘The Crown’, la serie acerca del reinado de la reina Isabell II. En el episodio cinco de la quinta temporada, titulado "The Way Ahead", rodado en España, aparece una ambulancia. Es la ambulancia más antigua que se conserva de Cruz Roja Española. Un vehículo militar que data de antes de 1940 y que se encuentra en Zamora. No era la primera vez que esta ambulancia participaba en un rodaje.
Esta es solo una pequeña muestra de cómo Cruz Roja ha dejado su improntancia en la sociedad a través de la cultura. No importa el formato. A través de un cuadro, un tapiz, una canción o una película inolvidable. Todas las obras tienen algo en común. La identificación inequívoca de unos valores como algo inherente al Movimiento Humanitario que, desde hace más de siglo y medio, acompaña a cuantos necesitan de su apoyo en prácticamente todos los rincones del mundo.
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