El viaje de la esperanza - Ahora
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El viaje de la esperanza
EL VIAJE DE LA ESPERANZA
Cruz Roja
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parte 1 inmigracion canarias
Mamadou Diallo es licenciado en Matemáticas y Física. Nacido en Costa de Marfil (y con nacionalidad de Guinea Conakry), su periplo para llegar a España fue de todo menos agradable. En su país, donde impartía clases, las reiteradas huelgas en protesta por los bajos salarios hicieron que se viera amenazado por las autoridades. Dejó a su mujer e hijos y se embarcó en una patera. Tras una travesía de cinco días desde Mauritania, llegó a la playa de Los Cristianos, en el sur de Tenerife.
La historia de Mamadou se repite con otros nombres, situaciones y contextos. El año 2020, de hecho, se ha convertido en el segundo año con mayor llegada de personas de forma irregular por vía marítima desde 2006, con más de 41.650 atendidas en todo el territorio nacional. En lo que respecta al archipiélago canario, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2020, Cruz Roja Canarias ha atendido a 23.322 personas (1.117 mujeres, 22.205 hombres y 3.462 menores), cerca de 21.000 personas más que las atendidas por el programa de Atención Humanitaria a Inmigrantes en 2019, año en el que se prestó atención a 1.997 personas.
Por todo ello, Canarias se enfrenta actualmente a una situación extraordinaria. El aumento de la llegada de personas migrantes, junto con la pandemia de la COVID-19, ha provocado una situación sin precedentes en épocas recientes. Un contexto en el que Cruz Roja ha sabido dar respuesta y garantizar la acogida que precisan las personas que llegan a España en condiciones de extrema vulnerabilidad. La pandemia, aseguran desde la Organización, no ha hecho más que poner a prueba a “todos y todas como sociedad y como humanidad”. Un reto constante que en este 2021 todavía está por resolver.
parte 2 inmigracion canarias
Los flujos migratorios actuales
Para Raúl Báez Quintana, abogado del programa de Atención Humanitaria a Inmigrantes (liderado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, con la participación de Cruz Roja, entre otras entidades), los flujos migratorios no son ahora más diferentes que hace unos años.. “Es un fenómeno humano que acontece desde siempre: siempre nos hemos movido por distintos motivos”, asegura.
El abogado de Cruz Roja, que atesora 30 años de experiencia prestando servicio jurídico a las personas migrantes, recuerda que el mal llamado “efecto llamada” no existe como tal. Eso sí: “La disparidad económica entre los países ricos y pobres impulsa a buscar una mejor vida y unas mejores condiciones de vida”, advierte.
“Los flujos migratorios son un fenómeno humano que acontece desde siempre”
Los flujos migratorios beben de diversas causas, aunque existen tres especialmente recurrentes: los conflictos armados y la persecución política; el hostigamiento por cuestiones religiosas, de género, de procedencia étnica, de orientación sexual o culturales; y la huida de graves situaciones de índole socio-económica. Raúl Báez pone el foco en la importancia de individualizar las historias para no despojarlas de aquello que las hace únicas, pero también resuelve que la migración, muchas veces, depende de cuestiones económicas.
“Cuando un país es pobre; cuando el mercado laboral no puede absorber a la gente… como en España cuando, en 2008, la gente salió a buscar nuevas oportunidades”, recuerda Báez. Oportunidades que también buscaron las 5.683 personas que han llegado hasta las costas canarias y que han sido atendidas por Cruz Roja en Canarias en lo que va de año, en un total de 160 intervenciones.
Gran Canaria, Tenerife o Fuerteventura han sido las localizaciones que más cantidad de personas migrantes han acogido, con 16.463 personas, 3.669 personas y 1.394 personas respectivamente. Estas islas se convierten en el primer paso en tierra firme tras una ruta migratoria que destaca por su dureza y las frecuentes violaciones de derechos humanos que allí se sufren. Un trayecto no exento de numerosos peligros.
parte 3 inmigracion canarias
La ruta: un trayecto de riesgo
La ruta a Canarias es una de las más peligrosas de todas. Tanto es así, que el gran reto del viaje no es llegar bien; sino, simplemente, llegar. Se estima que en la ruta canaria mueren o desaparecen entre el 5 y el 8% de personas migrantes que salen de África. Por no hablar, por otro lado, de la enorme cantidad de embarcaciones que salen de su origen pero jamás llegan a su destino.
El trayecto hasta llegar al continente europeo dura mucho más que los diez días de travesía que separan África de las Islas Canarias, como sostiene el abogado Raúl Báez. “El proceso migratorio no solo se da en el mar”, recalca. “Se pueden tardar años. Hay personas, por ejemplo, que originariamente salen desde Malí”, ejemplifica. Malí, un estado sin litoral situado en África Occidental, hace que muchas personas tengan que desplazarse por vía terrestre durante un tiempo antes de alcanzar una costa desde donde partir. “Desde Marruecos quizá se puede tardar un día o dos, pero, desde más lejos, como Mauritania o Senegal, es complicadísimo”, calcula Báez.
Entre el 5 y el 8% de personas migrantes procedentes de África mueren o desaparecen en la ruta canaria
Durante el proceso, además, las personas migrantes se pueden encontrar con todo tipo de obstáculos y peligros. “Explotadores, traficantes de personas…”, comenta el abogado de Cruz Roja. Todo eso “hace mucha mella”, y provoca que se requiera de un “tiempo de recuperación” posterior para asimilar todo lo vivido.
En el caso de las mujeres, además, la situación se recrudece. “Son muy vulnerables, y víctimas de agresiones sexuales y embarazos no deseados. También los niños y las niñas”, menciona Raúl Báez.
¿Y luego de todo ese proceso? La llegada a un nuevo hogar, con todo lo que ello implica.
parte 4 inmigracion canarias
La llegada a Canarias
Después de vivir en su propia piel una de las rutas marítimas más peligrosas del mundo, se llega finalmente a la costa canaria, donde Cruz Roja se encarga de la primera asistencia humanitaria de personas migrantes y refugiadas a través de sus Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Ayuda Humanitaria.
Los equipos de Cruz Roja, integrados por cerca de 2.000 personas voluntarias, se despliegan ante la llegada de embarcaciones a las costas españolas y ofrecen atención humanitaria básica (ropa, mantas, alimentos, kits higiénicos…) y atención sociosanitaria. J. Miguel Vela y Paula Atochero forman parte del personal sanitario de Cruz Roja en Canarias, el primero como voluntario y la segunda como trabajadora, y participaron en uno de los casos más impactantes que recuerdan: la llegada de una bebé de dos años con una parada cardiorrespiratoria que fue reanimada por Miguel y Paula nada más tocar tierra, a pesar de que días más tarde, desgraciadamente, falleció en el hospital. “No nos esperábamos una intervención tan compleja”, confiesa Paula Atochero, que también recuerda que atendieron a muchos otros niños y niñas en una jornada que califica de complicada. Ayudar a la gente es básico para estas dos personas, que advierten de la importancia de ser conscientes y disponer de información de calidad para atender al conflicto migratorio actual.
Tras llegar a la costa y ser atendidas por organizaciones como Cruz Roja, las personas migrantes afrontan un nuevo viaje. Un nuevo mundo, lleno de posibilidades, pero también de numerosos retos. “Les digo que ahora empieza el proceso de construcción de su nueva vida”, explica Raúl Báez; algo que, asegura, “lleva su tiempo”.
Los equipos de Cruz Roja, integrados por cerca de 2.000 personas voluntarias, se despliegan cuando llegan las embarcaciones
Desde el servicio jurídico se les explica la ley. “Son personas adultas que han tomado una decisión personal. Pretendemos que tengan más información para tomar el resto de decisiones”, argumenta Báez. En algunos casos, las personas que llegan a Canarias lo hacen de paso, puesto que tienen familia o amistades en otros puntos geográficos. “El 98% son francófonos, por lo que hay una tendencia o deseo de ir hacia Bélgica, Francia, Suiza…”, añade el abogado.
En otros casos, hay que lidiar, además de con las expectativas generadas de antemano, con la frustración. “Algunas personas jóvenes tienen ganas de trabajar y no entienden conceptos como un permiso de residencia. Les cuesta entender el sistema, pero se lo explicamos”, indica Báez.
Desde Cruz Roja, por ejemplo, existen diversos tipos de acogida dependiendo de las necesidades del momento: la acogida integral, que se realiza en recursos de carácter permanente (desde alojamiento, manutención y cobertura de necesidades básicas hasta herramientas sociales, de aprendizaje del idioma, formación u orientación que impidan en lo posible su deterioro personal y su exclusión social); y la acogida de emergencia, centrada en recursos provisionales para una primera atención de emergencia que se activan cuando no son suficientes las plazas de Acogida Integral para hacer frente al volumen de llegadas. En 2020, 18.797 personas migrantes fueron acogidas en los recursos gestionados por Cruz Roja en Canarias. En lo que llevamos de 2021, se han acogido a un total de 1.907 personas. Y, si bien los flujos migratorios siempre han existido, la COVID-19 sí ha redefinido algunos de los perfiles habituales ligeramente.
“Vemos que hay perfiles distintos a los de otros años: gente preparada y formada que ya contaba con un empleo”, expresa Raúl Báez. A ello le encuentra una explicación: “Aquí tenemos paro, ERTE, seguridad social… ese colchón no existe allí y ha provocado la salida de muchas personas”, reflexiona.
El perfil de las personas migrantes ha variado ligeramente como consecuencia de la COVID-19
Gracias al Plan Cruz Roja RESPONDE, la mayor movilización de recursos, capacidades y personas de la historia de Cruz Roja, se ha hecho frente a la pandemia. Un plan que, en Canarias concretamente, ha permitido atender a más de 164.000 personas, mediante una intervención integral a través de sus áreas de emergencias, inclusión social, salud, socorros, educación, empleo y medio ambiente.
Cruz Roja Canarias cuenta actualmente con el valioso apoyo (puntual o continuado) de más de 16.000 personas voluntarias; de ellas, más de 3.400 se han sumado al voluntariado de Cruz Roja para hacer frente a la COVID-19, realizando algunas de las importantes labores de este plan.
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parte 5 inmigracion canarias
Historias llenas de humanidad
Pese a la dureza de los relatos de las personas migrantes que llegan para buscar una vida mejor, muchas historias desprenden un halo de esperanza. Algunas de ellas, se quedan en la Organización para devolver lo que Cruz Roja les ha dado. Mamadou Diallo, por ejemplo, trabaja actualmente en Cruz Roja como monitor ayudando a la integración de otras personas migrantes.
Kadijtou Gueye, original de Dakar (Senegal), llegó hace 13 años a España. Después de haber trabajado más de diez años en una pescadería, su reto ahora es reciclarse profesionalmente y encontrar una profesión relacionada con la cocina o el cuidado de niños y niñas. Con 41 años, no tiene miedo al porvenir, y demuestra una enorme capacidad de resiliencia.
Josephine Gomez, de Serekunda (Gambia), y Halima Zinedine, de Sebt Ait Rahou (Marruecos) también ejemplifican el proceso de adaptación al que tuvieron que enfrentarse cuando llegaron a las islas Canarias. La primera se trasladó a las islas después de que a su madre le saliera una oportunidad laboral. Ya en Canarias, estudió la carrera de Trabajo Social. Actualmente, trabaja en una ONG.
En el caso de Halima Zinedine, fue la búsqueda de una vida mejor la que le impulsó a emprender el viaje de su vida. Se subió a un cayuco con 14 años sin revelar a nadie sus planes y, ahora, 17 años después, tiene la vida que siempre quiso. No obstante, es consciente de todo lo que ha recorrido para llegar hasta aquí.
Algo común en todas las historias es la resiliencia
Muchos otros relatos también hablan de resiliencia, adaptación, esfuerzo, ganas, motivación y vida. Sobre todo, de una vida digna en una sociedad en la que se protegen y se garantizan los derechos. “Hay muchas historias de personas homosexuales que vienen y cuyos derechos no habían sido reconocidos o estaban en peligro”, concreta Raúl Báez. Por todo ello, las personas migrantes, señala el abogado, “valoran mucho” sus derechos y son plenamente conscientes de ellos durante el proceso de integración.
Los flujos migratorios nos acompañan desde siempre. Forman parte de la propia humanidad, un concepto que también remarca el abogado Raúl Báez al hablar de todos estos procesos. “Todos somos humanos, todos somos iguales”, apunta. Por ello, aboga por “concienciar, concienciar y concienciar” sobre esta situación. Porque la conciencia es clave para comprender los flujos migratorios y empatizar, de la forma más humana posible, con aquellas personas que simplemente buscan una vida mejor.
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