De nada sirve la teoría sin la práctica y la práctica sin la teoría. Ambas facetas conforman un todo y resultan clave cuando hablamos sobre formación. Porque aprender es uno de los caminos más apasionantes que todos y todas recorremos, y en los que la enseñanza (la forma de impartir conocimientos) marca la diferencia. “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”, decía el célebre inventor Benjamín Franklin.

Y es que para que los y las estudiantes aprendan (de verdad) hace falta una enseñanza sólida que se asiente en una metodología realista y de calidad. En Cruz Roja, los centros que imparten Formación Profesional cumplen con estos propósitos. Su misión es formar al alumnado en materias donde la Organización es experta, como es el caso del Grado Medio de Auxiliar de Enfermería, el Grado Medio de Emergencias Sanitarias o el Grado Superior de Integración Social, entre muchos otros. Casi todos relacionados con el sector socio sanitario, pero no exclusivamente.  Los centros en los que Cruz Roja imparte Formación Profesional, por otro lado, se encuentran en nueve provincias: A Coruña, Alicante, Baleares, Córdoba, Granada, Málaga, Madrid, Tenerife y Bizkaia. Cada una de ellas oferta un tipo de formaciones, que se pueden consultar al completo en este enlace.  

Las formaciones de Cruz Roja en intervención sociosanitaria son las que tienen mayor demanda 

Desde Granada, Elena Tejero, responsable del Plan de Formación de Cruz Roja en esta ciudad andaluza, corrobora que la formación más demandada es la relativa a la intervención sociosanitaria, marca indiscutible (joya de la corona, incluso) de la Organización. “Es en lo que destacamos, aquello donde tenemos más experiencia”, explica Tejero. La posibilidad de, una vez terminada la formación, hacer prácticas en la propia Cruz Roja hace que se cierre un círculo muy enriquecedor, tanto para los y las estudiantes como para la propia Organización. Después de todo, nunca se deja de aprender. 

Las peculiaridades de la Formación Profesional de Cruz Roja 

La principal particularidad de la Formación Profesional que ofrece Cruz Roja es el cuerpo docente. Para Elena Tejero, responsable del Plan de Formación de Cruz Roja en Granada, el profesorado es clave y constituye uno de los puntos diferenciales. “Los profesores y las profesoras son profesionales de Cruz Roja: enfermeros/as, médicos/as, técnicos/as en emergencias… que trabajan para la Organización. Puede haber profesionales externos también (la mayoría trabaja en el 061), pero si es alguien interno, es referente de la materia o módulo en cuestión”, menciona.  

El alumnado, por otro lado, también destaca este punto como una de las principales ventajas de formarse con Cruz Roja. Carlota Martínez, que se encuentra estudiando el Grado Medio en Emergencias Sanitarias en el centro de Cruz Roja en Madrid, reconoce que el profesorado es “gente que trata de primera mano todo lo que nos enseñan”, explica Carlota en este vídeo reportaje para ZONA CREO. “Al fin y al cabo, cuando te cuentan sus experiencias, no es algo lejano, sino de primera mano. Es lo que más me gusta”, admite. “Hablan de lo que les pasa en su día a día, en el desempeño de sus profesiones”, corrobora Elena Tejero.  

A estas consideraciones se suma la de David, que había escuchado muy buenas opiniones sobre el centro que imparte Formación Profesional en Alicante. Alentado por todo ello, se acercó para informarse sobre el Grado Medio de Cuidados Auxiliares de Enfermería. “Mi experiencia durante el curso fue muy buena, me gustó el ciclo”, dice. Tanto es así que, después, decidió especializarse más en la rama sanitaria y optó por completar los conocimientos adquiridos con un Grado Superior en Laboratorio, también en Cruz Roja.  

“Son gente que trata de primera mano todo lo que nos enseñan” 

El caso de Diego David es ligeramente distinto: gracias al voluntariado que hacía en Cruz Roja supo de las formaciones de la Organización. A raíz de esto, está estudiando actualmente el Grado Medio en Emergencias Sanitarias en Madrid. Todo, en conjunto, persigue un principal propósito: “Ayudar a la gente”, dice, “de hecho, lo compagino con el voluntariado”. 

En la propia Cruz Roja también existen opciones de poner en práctica todo lo aprendido en las clases. Y es que no son pocas las personas que, una vez culminan la formación, se quedan en la Organización. “La gran mayoría hace prácticas o voluntariado en el Plan de Socorros y Salud”, revela Elena Tejero, responsable del Plan de Formación en Granada. Una vez finalizan la formación, también existen otras vías que impulsan desde la Organización para ayudar al alumnado a encontrar un empleo. 

“En primer lugar, están las ofertas de trabajo internas que salen desde la propia Cruz Roja. Todas las personas pueden optar a ese puesto, pero si han sido voluntarias o han cursado la especialidad, tienen cierta preferencia en el baremo. Por otro lado, remitimos mediante mail todas las ofertas que nos llegan como centro oficial y las de bolsas/oposiciones que nos llegan desde los sindicatos”, señala Elena Tejero.  

Un Erasmus en Italia 

Olaia Pinto, una joven de 18 años de Bizkaia, confiesa que se le quedó una espinita clavada cuando, al terminar sus estudios de cuarto de la ESO, la COVID-19 frustró el viaje de fin de curso a Italia. Ahora, ha podido cumplir su sueño. Exalumna del Grado Medio Cuidados Auxiliares de Enfermería en Cruz Roja Bizkaia (solo le queda recibir el título), ha sido una de las cinco personas que ha realizado sus prácticas en Italia en 2021. Una experiencia muy enriquecedora que ha durado tres meses y que Olaia comenta con nostalgia y emoción. 

“Cuando me dijeron, en verano, que me habían seleccionado para irme de Erasmus a Italia, no me lo podía creer”, dice. “Ha sido una pasada, la verdad. Llegué a Italia sin saber nada de italiano, y he venido siendo una italiana de los pies a la cabeza”, sonríe. Calabria, región donde ha residido y donde ha hecho prácticas en una residencia de personas mayores, sin duda le ha robado el corazón. 

“Llegué a Italia sin saber nada de italiano, y he venido siendo una italiana de los pies a la cabeza” 

“Al principio, es cierto que al no saber italiano te cuesta comunicarte, pero a medida que pasaban los días, te ibas quedando con las cosas. Y todo el mundo ponía de su parte; las personas mayores te hablaban, hacían muecas para que las entendieras”, explica. Por ese mismo motivo, no alberga dudas: “Si me dijeran de volver a Italia, me iría de cabeza”. Por el momento, ya tiene el currículum listo y lo ha enviado a algunas ofertas laborales a la espera de que pueda surgir alguna oportunidad. “Me gustaría trabajar, pero lo primero es seguir estudiando un poco más”, advierte Olaia con sensatez, que no descarta seguir formándose para complementar más sus conocimientos.  

Teoría, práctica y muchas ganas 

Los ciclos formativos se realizan en horario de mañana o tardes. Las 30 horas semanales se reparten en 6 horas de lunes a viernes. En la modalidad presencial se deben cumplir unas horas mínimas en cada ciclo por cada año, aunque también existe en Granada la opción de hacer una modalidad semipresencial. “Nos costó conseguirlo, pero tenemos esta formación para gente que está trabajando al mismo tiempo, o necesita la titulación por algún motivo, pero no tienen disponibilidad”, recalca Elena Tejero. En este caso, la metodología se divide entre una plataforma virtual y algunas sesiones, especialmente prácticas, que sí requieren de asistencia.  

Precisamente, la parte práctica es una de las más deseadas por el alumnado y necesaria en las formaciones que se imparten; de hecho, los grados relativos a auxiliar de enfermería y emergencia sanitarias son “eminentemente prácticos”, cuenta la responsable del Plan de Formación de Granada.  

“Les encanta estar a pie de cama, hacer cosas con el paciente…”

Fátima Asensio, profesora en el Grado de Cuidados Auxiliares de Enfermería en el Centro de Formación Profesional de Cruz Roja en Madrid, y concretamente en el módulo de técnicas básicas de enfermería, es consciente de ello. “A los chavales les encanta que les contemos historias reales, que les hablemos de lo que se van a encontrar en su futuro profesional”, señala. “Tengo la suerte de ser la profe de esta asignatura. Tienen mucho que estudiar, pero conmigo también ven la parte práctica. Les encanta estar a pie de cama, hacer cosas con el paciente…”, agrega. 

Por todo ello, una buena noticia es que la pandemia haya dado un respiro y permitido que las clases estén a pleno rendimiento: de nuevo en el aula. “En su momento, nos vimos obligados a hacer las clases virtuales, pero ahora ya hemos recuperado lo presencial”, confirma Elena Tejero.  

Profesiones de futuro 

Nunca es tarde para encontrar la vocación. Y, si no, que se lo digan a Lola. Después de trabajar como administrativa en una farmacia, decidió ir un paso más allá y formarse en farmacia y parafarmacia en Cruz Roja Alicante. “Para mí era importante que, si lo hacía, fuera con gente que tuviera esa experiencia”, expresa, en primer lugar. Pero no solo eso, puesto que, a raíz del curso, “vi que me encantaba: que era mi vocación”. Lola no solo consiguió trabajo, sino que lleva ya 20 años en el mundo de la farmacia. “Estoy mirando incluso para hacer algo de ortopedia, porque también me encanta. A partir del grado, fue todo a mejor: cobrar más por la titulación… todo ventajas”, concluye. 

Las profesiones relacionadas con el ámbito sanitario, además, seguirán siendo vitales en el futuro. Para Elena Tejero, si algo ha demostrado la pandemia es que este sector es muy importante. “Hace falta gente que se forme en materia sanitaria. De hecho, del alumnado de Granada, podemos decir que el 75% ya está trabajando. Los y las estudiantes del ciclo pasado, que hacen las prácticas de octubre a diciembre, han tenido ofertas de trabajo mientras hacían las prácticas”, cuenta en esta línea.