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Atravesando fronteras, buscando protección
ATRAVESANDO FRONTERAS, BUSCANDO PROTECCIÓN
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parte 1 dm personas refugiadas
Imagina que un día te ves en la obligación de abandonar todo lo que conoces para emprender una nueva vida, incierta, difusa, lejos de tu hogar. Es lo que les sucede a las personas refugiadas y desplazadas que se ven forzadas a huir de sus lugares de origen por diversas causas, tales como conflictos o persecuciones. El 20 de junio es la fecha que conmemora el Día Mundial de las Personas Refugiadas. Una oportunidad para honrar a las personas refugiadas y reconocer su fuerza, coraje y resiliencia. Una ocasión perfecta para poner sobre la mesa sus derechos, necesidades y sueños, y fomentar la comprensión y empatía hacia ellas.
Hace 22 años las Naciones Unidas designó esta fecha para recordar estos hechos, pero continúa siendo de rabiosa actualidad su importancia. En 2022, en el conjunto de la Unión Europea se registraron 963.067 solicitudes de protección internacional de personas refugiadas o desplazadas frente a las 630.630 del año anterior. Los tres principales países donde solicitaron asilo fueron Alemania, con 243.835; Francia, con 156.455; y España, con 118.842.
A ello hay que sumar las más de 161.037 personas procedentes de Ucrania (todavía sumida en una situación compleja y devastadora) que han obtenido protección temporal desde marzo de 2022. En este sentido, la puesta en marcha de los Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) ha permitido aliviar el sistema de asilo y garantizar derechos fundamentales en tiempo récord. Además, entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2023, se han presentado 39.827 solicitudes de protección internacional y 3.696 de protección temporal de personas que huyen del conflicto de Ucrania.
Sin embargo, es importante recordar que una persona refugiada lo es independientemente de su origen, y que son múltiples las razones que la llevan a escapar de su país de origen (más allá del conflicto armado). Otros datos, como que las peticiones de asilo en 2022 crecieron un 82% más respecto al año anterior, también subrayan la búsqueda de una vida mejor que emprenden las personas refugiadas.
Hoy, 20 de junio, conviene poner el foco en que, tras estas cifras, hay ojos, rostros, corazones. Vidas enteras que dejan todo atrás y que buscan (ansían) encajar en sus nuevos destinos.
parte 2 dm personas refugiadas
El reto de llegar a un país nuevo
Fue una noche, viendo la televisión, cuando Manuel, un vecino de Jerez (Cádiz), tuvo una idea: poner a disposición de Cruz Roja una vivienda que tenía en alquiler para poder acoger a una familia que lo necesitara. Olga y sus dos hijas, procedentes de Ucrania, recalaron allí. Venían huyendo del conflicto, “con ganas de aprender, y de olvidar, aunque a veces no se pueda olvidar”, matiza Manuel, que confiesa que tienen una conexión “muy buena” a nivel personal. Después de un mes, Manuel está muy satisfecho de haber podido aportar su granito de arena y Olga solo tiene palabras de agradecimiento: “A Cruz Roja, y también a don Manuel, que todos los días nos ayuda a resolver cualquier problema”.
Pero un conflicto, como ya se ha mencionado anteriormente, no es el único motivo para marcharse del país que un día te vio nacer. Sergei dejó atrás su Rusia natal por su orientación sexual y ha encontrado, también en Jerez, un lugar donde se siente cómodo y aceptado. “Tengo una nueva familia con otras personas refugiadas, con muchas personas que pueden hacer muchas cosas buenas por ti y que no quieren nada de ti a cambio. Solo quieren ayudarte”, declara el joven. “Tengo una nueva vida en la que no tengo nada de lo que tenía antes. Tengo que aprender a aceptarlo, a adaptarme, pero soy más feliz porque puedo vivir tranquilo”, añade.
En términos similares se expresa Irene, que también dice que ha encontrado una familia en Cruz Roja. Tras la pandemia, Irene, junto a otros familiares y su hija de 15 años, decidieron dejar atrás su país debido a la “difícil” situación que estaba atravesando. Con 45 años, y la imposibilidad de homologar sus estudios, Irene llegó hasta un albergue de la Organización. “Fui haciendo cursos, formándome, viendo cómo hacer un currículum… me orientaron a nivel laboral, y finalmente me llamaron para un puesto de auxiliar administrativa”, cuenta satisfecha. “Estoy inmensamente agradecida con Cruz Roja, por mí, por mi hija”, concluye.
Raúl tuvo que migrar de su Venezuela natal y buscar una nueva vida junto a su familia en España. En Buitrago de Lozoya (Madrid), encontró su lugar, en una frutería regentada por Mari e Isidoro, que lo acogieron con los brazos abiertos y, tras un año, destacan de él su buena disposición, sus ganas de trabajar, y otras de sus cualidades. “No sé qué hubiera sido de mí sin Cruz Roja”, expone Raúl en Zona Creo.
“Nuestras tareas día a día es acompañar a las personas que llegan a este país. Personas que no han venido porque querían venir; hay factores detrás de ellos que les empujaron a coger la mochila y escapar, huir. Han tenido una vida igual o mejor que la nuestra y de un día para otro se tienen que ir. Es muy difícil para ellos”, recalca Mouruth Chhima, mediador social del Programa de Personas Refugiadas de Sierra Norte de Cruz Roja en Madrid.
El caso de Xochilt también es un éxito. Usuaria del programa de atención a personas refugiadas de 24 años, llegó del Salvador junto con su padre, su madre y su hermano menor en 2018 por la inseguridad que sufrían en su país. Actualmente, y tras contar con la ayuda de Cruz Roja en Palma (Baleares), está trabajando como camarera. Su padre y su madre también han encontrado un empleo, su hermano está estudiando, y tienen alquilada una vivienda que ya pueden pagar de forma autónoma. Recuerda que los inicios fueron “difíciles”, pero que, afortunadamente, “lo hemos logrado poco a poco. Lo hemos conseguido”.
parte 3 dm personas refugiadas
Cuando el refugio es España
Venezuela (45.748), Colombia (36.012), Perú (8.937), Marruecos (3.905) y Honduras (3.017) han sido las cinco principales nacionalidades de origen de las personas que solicitaron asilo en 2022. Latinoamérica sigue siendo, por todo ello, la región con mayor número de personas buscando refugio en España.
Por Comunidades Autónomas, el número de solicitudes de asilo en 2022 fue: Madrid 47.658, Andalucía 11.722, Catalunya 10.396, Comunidad Valenciana 7.258, Canarias 6.446, Galicia 5.124, Castilla y León 4.489, Región de Murcia 4.086, Euskadi 4.086, Aragón 3.170, Melilla 3.100, Castilla-La Mancha 2.726, Asturias 1.689, Illes Balears 1.236, Extremadura 1.153, Ceuta 1.080, Navarra 982, Cantabria 607, La Rioja 452. El 54% de los solicitantes de asilo eran hombres y el 46% mujeres. Por otro lado, los menores de edad representaron cerca del 18% del total.
parte 4 dm personas refugiadas
Humanidad por encima de todo
El trabajo de Cruz Roja Española con personas refugiadas se remonta a hace más de 30 años en coherencia con el cumplimiento de su principio inherente de Humanidad, orientado hacia personas y colectivos en situación de mayor vulnerabilidad. Las líneas de trabajo de la Organización en materia de migraciones abarcan la respuesta humanitaria, la protección, el apoyo y la defensa de las personas migrantes, refugiadas y desplazadas.
La Organización trabaja en importantes cuestiones como cubrir las necesidades básicas de información, de manutención, de seguridad, de salud, de vestuario y de alojamiento; la asistencia jurídica en el proceso de solicitud de Protección Internacional o Protección Temporal, así como asesoramiento y apoyo en otras gestiones.
También hay otros puntos clave como reforzar las competencias y habilidades para fomentar la autonomía personal a través de un itinerario de intervención sociolaboral personalizado; proporcionar un primer acompañamiento al mercado laboral en materia de empleo; fomentar la progresiva inmersión lingüística de las personas no castellano-parlantes; apoyo para la realización de múltiples gestiones y trámites administrativos (empadronamiento, tarjeta sanitaria, escolarización…); promover la creación de redes y la participación ciudadana igualitaria en la sociedad de acogida; colaboración en el Programa Piloto de Acogimiento familiar que ha promovido el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; o puesta en marcha de Centros de Recepción Atención y Derivación (CREADE).
El objetivo de todo ello es, por un lado, mejorar la percepción que la población en general tiene acerca de las personas solicitantes de asilo y refugiadas; y, por otro, aumentar el conocimiento de su situación en nuestro país. Transmitir que la inclusión social es un proceso bidireccional en el que influye tanto las herramientas y capacidades de la persona protagonista, como el contexto y el esfuerzo de la sociedad de acogida para superar obstáculos y favorecer la inclusión.
Las actividades que se realizan en el marco de este proyecto buscan contrarrestar el impacto negativo que tienen el desconocimiento de otras realidades y los prejuicios. En este sentido, las actividades de información y sensibilización llevadas a cabo deberían considerarse como el complemento fundamental y necesario del programa de acogida a solicitantes de protección internacional de Cruz Roja Española.
El programa de atención a personas refugiadas de Cruz Roja Española está financiado a través de diferentes convenios suscritos con la Secretaría de Estado de Migraciones, dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España y en colaboración con las administraciones públicas de ámbito estatal, regional y local. Cruz Roja Española, además de prestar asistencia y atención social a las personas migrantes y refugiadas de todo el territorio, cuenta con el portal www.migrar.org, que proporciona un servicio de asesoría legal gratuita online sobre cuestiones migratorias.
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