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Romper la brecha digital sigue siendo uno de los objetivos prioritarios de Cruz Roja. Mediante dispositivos como Alexa o gafas de realidad virtual, la Organización acerca a las personas mayores a la tecnología.

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parte 1 mas alla pantalla

Una de las primeras cosas que hace Juan Millán cuando se despierta es saludar a Alexa. “Le doy los ‘buenos días’ y, si coincide que es alguna ocasión especial, me cuenta esto o lo otro”, expone. Juan trabajó durante mucho tiempo de cristalero, y luego el oficio de comercial le llevó a atravesar media España hasta recalar finalmente en Valencia. Siempre ha sido una persona activa, a la que le gusta divertirse, y con pareja, pero reconoce que ahora, con 75 años y solo en casa, este dispositivo de voz le hace “muy buena compañía”. 

Juan es una de las personas que forma parte de un proyecto puesto en marcha por Cruz Roja en Valencia y el IES Carles Salvador de Aldaia (Valencia) que busca romper la brecha digital y prevenir la soledad no deseada. Para ello, alumnos y alumnas del Ciclo Formativo Inicial de Informática del centro educativo han tutorizado y asistido a personas mayores en el uso del dispositivo, algo que, a su vez, ha supuesto una actividad intergeneracional muy enriquecedora para todas las personas participantes.  

Pero, ¿por qué Alexa? Lorena Abelle, técnica de Intervención Social en Cruz Roja en Aldaia, tiene claro que es una herramienta más intuitiva que un ordenador y que, a la hora de enfrentarse a la tecnología, supone un abismo menos “abrumador”. “Alexa, al manejarse por voz y contar con inteligencia artificial, puede ir hilando historias; si te bloqueas, puedes ir guiándola mejor…”, menciona como uno de sus beneficios. Al ser tan fácil de utilizar, supone una forma de acercar a personas mayores a otros aparatos. “Muchas veces no quieren ni usar el móvil ni el WhatsApp… Alexa es una forma de arrancar”, sostiene Lorena Abelle.  

En las sesiones que han compartido jóvenes y personas mayores se ha desgranado el funcionamiento de Alexa desde todos los prismas posibles. El alumnado del instituto ha enseñado a cómo realizar la lista de la compra, marcar recordatorios de medicación, o realizar ejercicios físicos o de memoria, entre otros temas. “Hago poco ejercicio”, admite Juan Millán. Aun así, es consciente de las posibilidades que le ofrece el dispositivo: “Sí que oigo mucha música, le pregunto que me aconseje alguna película, información sobre algún personaje de deporte, el tiempo que hace…”.  

"Oigo mucha música, le pregunto que me aconseje alguna película..."

Eso sí: no se le puede hablar a Alexa de cualquier manera. Juan lo ha experimentado en su propia piel: “Antes metía más la pata, pero ahora intento decirle todo lo mejor que puedo. Si no, te dice ‘no he entendido nada’, y tienes que reformular lo que le estás preguntando”, explica entre risas. Consciente de que todo cada vez más se mueve en el plano digital (“bancos, reservas en restaurantes…”), Juan quiere seguir aprendiendo para no quedarse atrás.  

La experiencia también ha sido muy positiva para los 8 jóvenes que han participado y que, en equipo de dos, han asistido a las personas mayores (4 en total). Y es que pasar de la teoría a la práctica no solo ha servido para desarrollar una labor solidaria, sino que les ha supuesto una forma de reforzar los conocimientos aprendidos y encontrar nuevas motivaciones“El resultado ha sido muy positivo. Como salían del aula, fuera de su aula de confort, también ha resultado una experiencia distinta”, expone Belén Bollo, tutora en el IES Salvador. “Incluso se han pasado el móvil y, como viven en Aldaia, se cruzan. Ha habido una conexión muy bonita entre ellos. Hay uno de los jóvenes que ha decidido seguir en Cruz Roja como voluntario, y que seguirá en contacto con estas personas mayores”, menciona Lorena Abelle. “De hecho, ya estamos hablando para continuar con el proyecto el año que viene, planteando otros temas de alfabetización digital para la tercera edad para seguir colaborando”, dice, por su parte, Belén Bollo.  

parte 2 a traves pantalla

Unas gafas con muchas posibilidades 

Las gafas de realidad virtual permiten recrear un entorno seguro en el que las personas mayores puedan mejorar sus habilidades motrices y otras destrezas, además de capacidades como la atención, la autoestima, el estado anímico y/o la estimulación cognitiva. Es lo que han comprobado en Cruz Roja en Navarra, donde los talleres de realidad virtual para personas mayores combaten la brecha digital con gran éxito.  

Carlos Glaria es el voluntario responsable de esta actividad y afirma, taxativo, que quien prueba la experiencia repite. “Les proponemos varios juegos sencillos. En uno tienen que cortar con una especie de sable cubos de colores al ritmo de la música; en otro, de memoria a corto plazo, tienen que volver a marcar los cubos encendidos que se han apagado mientras hacen estiramientos…”, explica, y remarca cómo, mediante unas actividades muy sencillas, trabajan la motricidad. 

"Hacemos paseos por Roma, Venecia, París…”

Las gafas de realidad virtual también permiten viajar sin moverse del sitio gracias a vídeos grabados previamente: “Hacemos paseos por Roma, Venecia, París…”, indica el responsable de la actividad. Últimamente utilizan una herramienta similar a Google Maps que permite ver un espacio en 360 grados, tal y como ofrecería la vista mediante el street view. “Puedes ver, por ejemplo, tu pueblo. Hubo una mujer, de Guatemala, que se emocionó mucho al ver el sitio donde había nacido”, sostiene Carlos Glaria.  Las personas, que tienen de 65 a 80 años, se organizan de dos en dos, de forma que durante la hora de la sesión cada una tiene las gafas de realidad virtual una media hora. “Así es más dinámico”, declara Carlos. El furor es tal que dos de las mujeres que participan en la actividad se están planteando comprarse unas gafas de realidad virtual para casa; “así vendrá mi nieto y podremos jugar”, pone voz a sus palabras el voluntario de Cruz Roja. “Se dan cuenta de que no es tan complicado utilizar los mandos y eso les gusta. Se sienten bien”, evidencia.  

parte 3 mas alla pantalla

Dejar atrás el miedo a la tecnología 

“El mundo de hoy es tecnología”. Así de firme se muestra Sara Arradi desde Cruz Roja en Melilla. Allí, además de actividades puntuales en colaboración con ‘Aulas Culturales para Mayores’, una asociación que trabaja con este colectivo, la Organización también lleva a cabo el programa ‘Enrédate’, que persigue facilitar una conexión entre personas gracias a la utilización de la tecnología.  Por su experiencia, las personas mayores son reticentes a usar la tecnología por un principal motivo: miedo. “Gestiones como comprar o visitar alguna web les da terror. También porque a veces han escuchado que tengan cuidado con meter según qué datos”, explica Sara. Sin embargo, a través de los talleres, desde Cruz Roja procuran que conozcan todas las oportunidades que tienen a su alcance, desde solicitar alguna cita médica o mandar una foto por WhatsApp a sus seres queridos.  

"No pueden mantenerse al margen"

 “Que las personas mayores no tengan acceso a la tecnología es alejarlos del mundo tal y como es hoy. En el momento en que vivimos, es básico pedir una cita médica, sobre todo si quieren llamar por teléfono y no consiguen localizar a nadie o está colapsado. Al final, lo que quieren son soluciones para la vida diaria. No pueden mantenerse al margen”, concluye la técnica de Cruz Roja en Melilla.  

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