Una experiencia inmersiva de cooperación y solidaridad para el voluntariado de Castilla y León - Ahora
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- Los flujos migratorios han sido siempre un motor para el desarrollo social y económico, y hoy en día forman parte integral de un mundo globalizado. Las migraciones contribuyen de manera significativa a las sociedades de acogida cuando se trabaja en la integración activa de las personas recién llegadas desde un enfoque intercultural y bidireccional, donde tanto quienes llegan como quienes acogen comparten la responsabilidad de la integración.
Por eso, con motivo del Día Mundial de las personas refugiadas que tuvo lugar el 20 junio, el pasado 22 de junio, el municipio de Reinoso de Cerrato (Palencia) fue escenario de la “I Jornada Autonómica de Voluntariado del Programa de Personas Refugiadas en Castilla y León”.
Esta iniciativa tuvo como objetivo crear un espacio de intercambio y reconocimiento para la labor voluntaria dentro del programa, destacando la participación e implicación de los voluntarios y voluntarias, y valorando su contribución para mejorar la sociedad.
Una jornada dedicada al voluntariado
Actualmente, Cruz Roja en Castilla y León cuenta con 14,540 personas voluntarias (9,348 mujeres y 5,192 hombres). De ellas, 921 participan en el Programa de Personas Refugiadas, con una representación de 35.72% de hombres y 64.28% de mujeres.
En Cruz Roja, el voluntariado es fundamental y ayuda a promover este intercambio bidireccional. Las personas voluntarias participan en diversas actividades para responder a las necesidades de los colectivos vulnerables, como acompañamientos sanitarios, asistencia en trámites y gestiones, apoyo a familias, traducción e interpretación, enseñanza del idioma, actividades de ocio y tiempo libre, talleres y contextualización, entrega de ayudas y sensibilización, entre otras.
La jornada tuvo como propósito favorecer el intercambio de experiencias, visibilizar su labor voluntaria, potenciar su reconocimiento público y reforzar su conocimiento sobre el Sistema Estatal de Acogida e Integración de personas solicitantes y beneficiarias de Protección Internacional. Además, Cruz Roja buscaba fomentar el desarrollo de habilidades y competencias entre el voluntariado del programa en Castilla y León.
Un juego de roles en la España despoblada
Reinoso de Cerrato, un municipio palentino con 45 habitantes, fue el lugar elegido para desarrollar este evento. Uno de los objetivos era crear alianzas con la “Estrategia de Cruz Roja con la España despoblada - Reto 1213”, que busca involucrar a municipios con menos de 100 habitantes en la solución de sus dificultades, proporcionando recursos y acompañamiento en procesos de autogestión.
La jornada contó con la participación de 40 habitantes del municipio, quienes colaboraron con la organización en apoyo logístico y voluntariado, asegurando el éxito del evento, y 100 personas voluntarias del programa.
El evento se basó en un nuevo modelo de gestión y desarrollo del voluntariado, buscando que los asistentes vivieran una experiencia formativa inmersiva. A través de un juego de roles, los participantes experimentaron valores como la cooperación, la solidaridad, la empatía y el sentido de pertenencia.
Una experiencia individual, grupal y comunitaria
La jornada se estructuró en tres esferas: la individual, donde cada participante trabajó su experiencia personal; la grupal, donde se desarrollaron misiones e itinerarios específicos; y la comunitaria, donde todos compartieron diversas experiencias.
Se formaron grupos de entre 8 y 10 personas voluntarias para recorrer diferentes puntos del pueblo, como el centro social, el centro de salud, la Plaza Mayor y el pórtico de la Iglesia. Cada punto simulaba un área de trabajo del Programa de Personas Refugiadas, abordando temas como trámites de documentación, empleo, atención sanitaria, situaciones específicas (trata, violencia de género), juventud, aprendizaje del idioma, acceso a vivienda, redes de apoyo y trayecto migratorio.
La jornada fue un éxito, ya que los 140 asistentes adquirieron conocimientos sobre el programa mediante esta dinámica de roles, viviendo experiencias significativas en un entorno de vida asociativa.
Como cierre del evento, los participantes disfrutaron de un paseo por el municipio y sus alrededores, con un enfoque medioambiental. Cruz Roja en Castilla y León concluyó la jornada entregando obsequios para promover el comercio local.
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