“Somos una familia fuerte y no perdemos la esperanza” - Ahora

• El pasado 15 de agosto se cumplieron dos años del regreso al poder de los talibanes en Afganistán. Tomaron Kabul, la capital, y con ello, el control del país. Aquel mes de agosto de 2021 la vida de muchas familias, como la de Sodais, cambió para siempre. 

La situación en Afganistán era insostenible y para hacer frente a lo que estaba pasando y a petición de la Secretaría de Estado de Migraciones, en agosto de 2021, se activó la llamada Operación Antígona, dispositivo que consiguió acoger y atender a más de 2. 200 afganos y afganas durante nueve días de operación en la que participaron un gran número de entidades. En el caso de Cruz Roja participaron más de 1.000 personas, entre voluntarios, voluntarias y personal técnico de diferentes perfiles (psicosocial, asistencia sanitaria, comunicaciones y albergues…).

Sodais, de 19 años, y su familia son solo un ejemplo de los miles de afganos y afganas que tuvieron que huir de aquel mal sueño hecho realidad. “La situación que vivimos fue crítica, tanto la situación económica como la situación social, todo el mundo estaba preocupado y quería tener una solución a lo que estaba pasando”, asegura Sodais. En agosto de 2021, a través del dispositivo de evacuación activado por la Secretaría de Estado de Migraciones muchas familias afganas, incluida la de Sodais, consiguieron llegar a España. A partir de ese momento, se inició lo que sería un antes y un después en sus vidas. 

Tras una primera toma de contacto al llegar a España y un acompañamiento psicosocial, el siguiente paso consistía distribuir a la población afgana por diferentes lugares de España por medio de organizaciones, como Cruz Roja, que forman parte del Sistema de Acogida de Personas Solicitantes de Protección Internacional. “Cuando llegamos al aeropuerto de Madrid, a Torrejón de Ardoz, los trabajadores sociales y voluntarios de Cruz Roja fueron los que nos atendieron y nos ayudaron en la integración”, comenta Sodais.  

A partir de ese momento, las familias accedieron al Programa de Protección Internacional que podría alcanzar una duración de hasta 24 meses. “Lo primero que hicimos fue llegar a Toledo, donde empezamos una nueva vida, nos matricularon en el instituto, empezamos a ir a clases de español y ya comenzaron con las gestiones de sanidad y educación para vivir de la mejor manera”, apunta el joven. 

Un proceso o, mejor dicho, un cambio de vida cargado de emociones, de falta de entendimiento, de rabia y de tristeza por dejar atrás una parte de ti, un país. Tras dos años en España, a través del Ministerio, el pasado octubre pudieron traer a parte de su familia afgana. “Hemos podido traer a nuestros tíos y a nuestros abuelos”, dice Sodais. 
Ahora, Sodais y su familia, han cumplido dos años y un mes de su llegada a España y, por tanto, han finalizado el programa de Protección Internacional. “Ahora estamos en el año 2023, en el mes de septiembre, el año pasado se acabó el programa de Protección Internacional y ahora, gracias a dios nos encontramos en una buena situación”, asegura el joven. Gracias a su esfuerzo en integrarse en la ciudad y asistir a clases de castellano han podido encontrar un empleo y vivienda. El padre de Sodais trabaja desde hace 4 meses en Tragsatec, misma empresa donde trabajaba en su país, Sodais también ha encontrado empleo que lo compagina mientras estudia segundo de Bachillerato y sus hermanas de 10 y 14 años están escolarizadas. “Ha sido una suerte tener a Cruz Roja a nuestro lado, ahora nos encontramos en una buena situación y somos una familia independiente, podemos vivir con lo que tenemos y queremos progresar en el futuro”