Unas relaciones familiares positivas son esenciales para prevenir suicidios en edades tempranas - Ahora
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- La Organización Mundial de la Salud estima que, en el mundo, una persona intenta quitarse la vida cada 3 segundos, y que cada 40 segundos se consuma un suicidio. En la actualidad el suicidio es la primera causa de muerteno natural, por delante de los homicidios y los conflictos bélicos juntos. La parentalidad positiva es un importante factor de prevención ante la ideación suicida.
Los datos mundiales reflejan que cerca de 800.000 personas se suicidan al año y que esta cifra aumentará en los próximos años. Además, el suicidio es, a día de hoy, la primera causa de muerte en jóvenes entre 15 y 29 años, solo precedida por el cáncer. Pero la idea suicida se puede prevenir, y una de las formas de hacerlo nace dentro de la propia familia.
“Los factores protectores de la idea suicida pueden ser desarrollados desde la infancia y numerosos estudios han demostrado que la parentalidad positiva es uno de los factores más relevantes”, explica Silvia Macias, psicóloga de los ERIE (Equipos de Respuesta Inmediata de Emergencias) de Cruz Roja en Toledo.
“La parentalidad positiva implica cuidar, desarrollar, reconocer y orientar a los hijos e hijas, sin recurrir a la violencia ni a la imposición, sino estableciendo límites adecuados para su crecimiento. Es un nuevo paradigma de intervención psicosocial con las familias que modera el efecto de la sintomatología depresiva/ansiosa y la impulsividad sobre la ideación suicida”, explica la psicóloga de Cruz Roja. “El fin de la parentalidad positiva es favorecer unas relaciones familiares positivas, responsables y respetuosas. Las características de la parentalidad positiva son vínculos afectivos cálidos, entorno estructurado, estimulación y apoyo del aprendizaje, reconocer el valor de los hijos e hijas, capacitación de los hijos, educación sin violencia y validación de las emociones”, entre otras.
Promoviendo relaciones saludables en el seno familiar
Este tipo de crianza tiene múltiples beneficios para las familias, los niños y las niñas y para la sociedad en general. Los padres y madres o las personas tutoras disfrutan más de la convivencia familiar, evitan conflictos innecesarios y fomentan un clima de confianza y colaboración con sus hijos e hijas. Los niños y niñas se sienten queridos, seguros y valorados, lo que favorece su autoestima, autonomía y capacidad de relacionarse con los demás de forma positiva y respetuosa. La sociedad se beneficia de tener ciudadanos más responsables y solidarios, que contribuyen al bienestar común; así mismo se previenen problemas sociales como la violencia, el abuso de drogas o los trastornos mentales.La parentalidad positiva es un factor de protección, una característica que puede ayudar a la disminución del riesgo de conducta suicida. Sin embargo, debemos tener presente que la presencia de varios factores de protección no es garantía de que el suicidio no pueda ocurrir. El suicidio es un fenómeno complejo y multicausal prevenible.
Pero ¿cómo se implementa en el seno familiar este tipo de parentalidad? “La parentalidad positiva es una práctica que se puede aprender y mejorar con el tiempo, es una inversión a largo plazo que merece la pena para todos”, apunta Silvia Macias. Esas pautas educativas en positivo que pueden prevenir la idea suicida se enseñan a los padres, madres o tutores adaptadas a las etapas del desarrollo (Primera infancia, infancia, preadolescencia, adolescencia) de sus hijos/as. “Que los tutores conozcan el desarrollo evolutivo de los niños, niñas o adolescentes y la necesidad de cada una de las fases por las que pasan es importante para actuar según sus necesidades. De esta forma se facilita a los padres y madres conocer el comportamiento y/o conductas de sus hijos e hijas. La idea es ofrecer herramientas adecuadas al desarrollo y a las responsabilidades que pueden asumir los menores”, explica la psicóloga de los Equipos de Respuesta Inmediata de Emergencias de Cruz Roja en Toledo. Precisamente, Macias está desarrollando esta corriente en un programa que trata de prevenir la ideación suicida. “De manera general, se interviene cuando hay un intento de suicidio. Por ello, este programa es innovador ya que se centra en la prevención de estas ideas a través de un modelo de parentalidad positiva”.
"La parentalidad positiva es una práctica que se puede aprender y mejorar con el tiempo, es una inversión a largo plazo que merece la pena para todos"
“La parentalidad positiva favorece el apego seguro y la empatía, reduce el estrés, aumenta la autoestima, mejora las habilidades sociales, entre otros, convirtiendo a los padres y madres en “colaboradores terapéuticos” en el día a día, concluye.
Existen programas, servicios o proyectos que se llevan a cabo desde las administraciones locales para fomentar la parentalidad positiva como son la mediación familiar, los centros y servicios sociales, los centros de juventud o servicios de ayuda a domicilio, entre otros, especializados para proporcionar información, asesoramiento e intervención para las familias. En Toledo, Cruz Roja cuenta con un centro de atención a las familias donde se fomenta con los padres la educación en positivo. Allí se atiende a las familias y se enseñan pautas psicoeducativas para atajar problemas que tienen que ver con la conducta de los y las menores.
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